El Presidente Enrique Peña Nieto logró un amarre político con las tres principales fuerzas políticas, PAN,
PRI y PRD con la única idea de "cambiar al País", que ocupa: transformar al país en una sociedad de de-
rechos; fomentar el crecimiento económico, el empleo y la competitividad, así como lograr la seguridad y jus-
ticia; incrementar la transparencia, la rendición de cuentas, el combate a la corrupción y lograr una goberna-
bilidad democrática.
La firma del documento fue con los dirigentes de los partidos, del PRD, Jesús Zambrano Grijalva; Gustavo Madero
Muñoz, del PAN y Cristina Díaz, del PRI, y obviamente Enrique Peña Nieto, para lograr los aspectos anteriores.
Peña Nieto se comprometió a ser un "factor de encuentro, de unidad, de diálogo propositivo y constructivo".
El objetivo de la firma del mencionado pacto tiene el objetivo de evitar la dispersión legislativa, evitar que el proyecto de
Peña quede entrampado en los temas de la reforma en las cámara legislativas, diputados federales y senadores.
A estos acuerdos nacionales tendrán que sumarse los gobernadores y presidentes municipales, con el fin de reconciliar sus
posturas políticas en torno a las principales reformas que ocupa el País, entre ellas, está la aspiración de realizar una auténtica
reforma educativa que eleve a rango constitucional el servicio profesional docente. La otra iniciativa es relacionada con la crea-
ción de dos cadenas de televisión más, que vengan a hacer la competencia a las existentes. La tercera, será crear la Ley de Res-
ponsabilidad Hacendaria y Deuda Pública para las entidades federativas y municipales. Es poner orden a los endeudamientos.
En relación a los derechos humanos, se plantea una ley que garantice la reparación del daño, otra para el uso legítimo de las fuerzas
públicas, como la necesidad de crear un sistema de seguridad universal. Otra es la creación de la gendarmería, que es el proyecto de
Peña Nieto, iniciativa que tienen congelada los partidos.
En realidad, el pacto es positivo porque obliga a los partidos a asumir su responsabilidad para analizar y aprobar temas considerados como fundamentales, que deberán darle forma y sacarlos de inmediato.
En todos estos escenarios se tiene contemplada la participación ciudadana, sobre todo en aquellos en donde hay un alto índice de inseguridad y violencia, en donde las autoridades tendrán que actuar con más energía y la sociedad deberá ayudar a crear conciencia