La Sugestión Masiva: Obrador y los alcances del fascismo

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Columna Geopolítica del 18 de abril del 2018

Jorge Miguel Ramírez Pérez

El triunfo de Adolfo Hitler en 1933 y más aún su antecedente: el triunfo de Benito Mussolini en 1922 han sido temas muy analizados y discutidos entre los interesados en los impactos sicológicos extremos de las masas.

Tanto Mussolini como Hitler eran personajes que en su momento, es decir en el lapso histórico de su arribo al poder; eran vistos como una solución necesaria, crecieron en popularidad, no solo con sus fieles seguidores, que eran obsesivos y violentos; sino sedujeron a distintos estratos sociales que en otras condiciones serían sus adversarios políticos.

Hoy si tratamos de esquematizar esos hechos históricos, se ven paralelos con procesos actuales, a primera vista no parecen tener una relación puntual, porque los elementos externos, sus visibilidades emblemáticas no son tan evidentes.

Pero haciendo a un lado las vestimentas, los saludos y ademanes; las banderas y uniformes que fueron consustanciales a las formas folclóricas que le dieron identidad a esas deformaciones políticas. Se revela que atrás, hubo técnicas que también ahora se siguen aplicando para la manipulación colectiva.

¿Porqué qué fue lo que sucedió para que personas con conductas orientadas a la sensatez, la perdieran?

Siguieron a líderes de la mentira, que tomaron literalmente sus vidas para precipitarlas contra las vidas de otros semejantes.

Porque así fue.

A la hora de la negociación política y del conteo de votos tanto los fascistas como los nazis, no puede decirse que tuvieron que entrar -por la puerta de atrás-, sino que su presencia en esos gobiernos, estuvo respaldada por votos reales y por el irremediable arreglo de los poderes que les precedieron.

Si se analiza, se repiten situaciones semejantes, que se manifiestan como una constante por las insuficiencias de los partidos y el descrédito de los políticos profesionales incapaces de estabilizar el sistema de gobierno.

Y por eso el estudio de Andrea Cavalleti que titula Sugestión, publicado en Torino, la ciudad de los magos en el 2011, ofrece una sucesión erudita de comentarios que incluyen a Thomas Mann, y a Mesmer. A Rousseau en la discusión de la voluntad política; a Freud con comentarios sobre el tema del trastorno e hipnosis

colectiva, y docenas de estudiosos, que concluyen reconociendo el uso del engaño sicosocial para fines de dominación política. Carl Schmitt, dice que :

"El gobierno bipolítico", que captura la población marcando las divisiones entre sano y malsano, normal y anormal, amigo y enemigo, entre vida digna e indigna de ser vivida, no tendría entonces otro aspecto que el de la gran máquina psicotécnica de sugestión de masas"

Que es lo que se vive hoy... muy intensamente en la escena electoral y que interpretando a Cavalletti se configura como una fascinación política, que no tiene otra conducción que inclinar las preferencias a los factores que hacen posible el fascismo.

Algo que parece que sería remoto dentro del catecismo de la manipulación que intenta vender una izquierda indefinida y prefigurada de visiones fantasiosas. Sin doctrina.

La "izquierda obradorista", es ese fenómeno porque es primitiva. Ni siquiera tiene que ver con el marxismo. Y conste que no es para mí una ideología aceptable, porque como dijo Daniel Bell, el autor del concepto de la sociedad posindustrial: la de Marx, es una visión andrajosa, de la sociedad en general.

El discurso del Morena es algo menos todavía.

Se habla de una retrospectiva que explica como oráculo: "el libro vaquero", un empobrecido nacionalismo, naif. Los "súperbarrios" y los anónimos del "Pancho Villa", que no son otra cosa que la personificación pedestre del fascismo. Masas y sus élites de violencia, dispuestas a linchar opositores, "a los enemigos del pueblo".

Y toda esa parafernalia encendida por la sugestión masiva.

Por una enfermedad que reproduce los mismos anti argumentos, que giran en la premisa de: "cómo los demás fracasaron debe intentarse la revolución con un tata"; un gurú iluminado, producto de los sueños caóticos de la rebelión de los sesentas, uno que como dijo la anacrónica grupi Tatiana, despliegue peace and love.

Es Obrador un Osho:, que tiene seguidores entre los adolecentes mentales que sueñan con que les paguen con "becas" sus paraísos artificiales, o como aquéllos de la tercera edad, que no quisieron ser jóvenes cuando lo eran porque no se atrevieron a equivocarse; y ahora sugestionados con el magnetismo animal, el que desveló Mesmer, quieren apresurar el paso hacia un precipicio como el de Hamelin, por un sendero que desconocen, porque tampoco fueron niños.

Creen los sugestionados como dijo Lenin en 1918, en el infantilismo de izquierda.

Ni siquiera se dan cuenta que están hipnotizados por el fascismo.