Ebrard: la herencia irresponsable

La herencia de Marcelo Ebrard es más grave de lo que parece. Deja una ciudad con la mayor deuda pública del país: 60 mil millones de pesos; con ejecuciones e incidencia delictiva al alza; el DF caracterizado por violaciones a los derechos humanos, con presos políticos y bajo “enclaves de autoritarismo”, según la CDHDF, y un transporte fuera de control. Aún más: Ebrard se va más entre cuestionamientos que entre reconocimientos. Presume obra en el DF —rasgo demagógico porque para eso es el presupuesto: para infraestructura—, pero, en gran medida, fueron trabajos inconclusos, como ocurrió con los segundos pisos del Periférico Sur. La improvisación fue el sello de su gobierno y, de ahí, las ineficiencias. Miguel Ángel Mancera recibe una ciudad enferma. 1) El DF registra endeudamiento por 60 mil millones de pesos, casi el doble, por ejemplo, que Coahuila. “Somos el número uno en deuda pública”, revela el diputado local Héctor Saúl Téllez. Y más: la renegociación de la deuda capitalina —que inicialmente debería pagarse a ocho años para limpiar a corto plazo las finanzas locales—, ahora se pagará en los próximos 30 y 40 años. Dos generaciones de capitalinos endeudados por adelantado. 2) La capital registra el porcentaje más alto de personas de 18 o más años de edad víctimas de algún delito, con 21%; le sigue Chihuahua, con 12%, y NL, con ocho por ciento. En la tasa general de incidencia delictiva por cada 100 mil habitantes, el DF es líder con 26 mil 500 (fuente: ICESI). Las ejecuciones también se han disparado, al registrar mil 48 en los últimos años. 3) Vaya paradoja: una ciudad que se precia ser “de izquierda”, es ejemplo de violaciones a los derechos humanos. El gobierno del falso izquierdista registra cifras vergonzantes: la CDHDF reporta ocho mil 225 quejas calificadas con tendencia a violaciones a derechos humanos cometidas por servidores públicos del GDF. Violaciones graves: 509. Expedientes abiertos contra servidores públicos por casos de tortura: 385. Desaparición forzada: 89. Ejecuciones extrajudiciales: 33. En su informe anual de labores 2011, la Comisión advierte que no se han erradicado la desaparición forzada y la tortura en el DF “debido a que permanecen enclaves de autoritarismo”. Ebrard jamás atendió estas barbaries. Siempre desdeñó la labor de la CDHDF con la cual tuvo enfrentamientos. 4) La aparición de presos políticos también fue sello del gobierno de Ebrard. Los casos más sonados e indignantes son el de Alfredo Maya, dueño del New’s Divine —el único en prisión, mientras los policías que provocaron la muerte de ocho adolescentes y de tres policías más, así como los funcionarios de la GAM responsables, están libres—. “Me siento un preso político”, le dijo Maya a la reportera Yohali Reséndiz, de Cadenatres Noticias, en una entrevista dentro del Reclusorio Oriente. Y el otro caso indignante es el de Lorena González Hernández, en prisión acusada de haber participado en el secuestro de Fernando Martí. Los verdaderos responsables del plagio y muerte de Martí —Los Petriciolet— ya fueron detenidos y están confesos. María Elena Ontiveros, La Güera, la mujer que montó el retén en CU, también confesa y presa. A Lorena se le imputaron otros 11 secuestros. Ninguno se le comprobó. Sigue en la cárcel por los testimonios endebles y absurdos de Christian Salmones, escolta de Martí, y por una acusación descabellada de un tal José Manuel Domínguez Palacio, en cuya declaración… ¡ni siquiera recordaba en dónde vivía! Lo que se ha hecho con Lorena es una canallada. Ruindad. Le toca ahora a Mancera remediar esta injusticia. González Hernández es, como Maya, presa política del GDF. 5) Durante el gobierno del falso izquierdista murieron…¡180 personas atropelladas o por accidentes causados por microbuses! Es la herencia de la muerte de Marcelo, quien jamás intentó evitar que los micros de la muerte enlutaran hogares. Vamos: ni siquiera ofreció condolencias a las familias. La herencia de Ebrard es una manzana envenenada para su sucesor. Una buena señal de Mancera sería revisar a fondo los casos de Maya y de Lorena González. Esperemos. Por lo demás, Marcelo Ebrard se va con un 7 de calificación ciudadana, de acuerdo a la reciente encuesta realizada por El Universal. De panzazo. Qué vergüenza.