Restablezcamos la paz

Por Juan Pablo Castañón, Presidente Nacional de Coparmex, para yoinfluyo.com

Ante el resurgimiento de la violencia en algunas regiones del país, los empresarios de la COPARMEX sumamos esfuerzos con amplios sectores de la sociedad y con las instituciones del país, para impulsar un gran acuerdo nacional de combate al crimen organizado, la ilegalidad y la impunidad.

 

Hoy reiteramos nuestra solidaridad con el dolor de las familias de los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa y con el reclamo de conocer la verdad y obtener justicia. Esperamos que los responsables sean identificados, detenidos y castigados con todo el rigor de nuestras leyes. En éste, como en todos los casos, no cabe la impunidad.

Lo sucedido en Iguala debe dar pie a que el país viva un nuevo capítulo en la historia de nuestras instituciones. Tiene que marcar un alto a la impunidad, a la injusticia, la pasividad y omisión de las instituciones permeadas por el crimen organizado y la corrupción, así como de la sociedad misma, que necesita responder a lo que México reclama. No más Igualas en ningún lugar del país. Nunca más impunidad en ningún nivel.

Sin embargo, México no puede ser rehén de la coyuntura: es inaceptable que el dolor y la natural indignación de la sociedad por los lamentables hechos ocurridos en Iguala, sean tomados y cooptados como pretexto por quienes buscan alterar el orden, desestabilizar a nuestras instituciones y afectar la sana convivencia en algunas partes de nuestro país.

Llamamos a todos los sectores de la sociedad a suscribir un compromiso indeclinable con la legalidad y el Estado de Derecho. Nunca la violencia trae consigo la paz. La indignación legítima no puede justificar el quebranto a los derechos de los demás, de la convivencia en paz. Por eso, reprobamos todo acto de violencia de quienes demandan justicia, pero en realidad, al demandarla, cometen actos vandálicos, afectan a las personas, a las empresas, a los trabajadores y dañan las vías de comunicación, como fue el caso del bloqueo al aeropuerto de Acapulco y la Autopista del Sol.

La sociedad mexicana pide justicia, pero los que todos los días nos levantamos a trabajar, a producir y abastecer con productos y servicios a las familias mexicanas, también necesitamos garantías mínimas de seguridad en las calles y en las plazas. Sobre todo los trabajadores; ellos que van y trabajan en las calles para dar servicios a la comunidad.

Llamamos a las autoridades municipales, estatales y federales a que cumplan con su obligación de garantizar el libre tránsito en las carreteras, la convivencia pacífica en nuestras calles, para que nuestros trabajadores estén a salvo en el desempeño de sus labores, para que nosotros podamos convivir con tranquilidad; para que podamos hacer el traslado seguro de personas y también de las mercancías, para que los niños y los maestros puedan ir a la escuela con toda seguridad. Para que las amas de casa puedan hacer sus actividades. Para que todos los mexicanos sigamos viviendo en un ambiente de seguridad y de paz.

Los ataques registrados en contra de las instalaciones de empresas y sus trabajadores dañan a la misma sociedad que se quiere proteger; ponen en riesgo la estabilidad que requieren las inversiones y el funcionamiento de los negocios. El daño ya es cuantioso para algunas entidades como Guerrero, cuya principal actividad económica es el turismo, y Michoacán, productor de alimentos que se sirven en la mesa de los mexicanos. Y no sólo se trata del daño económico; que quede claro. Lo principal somos las personas, por tanto el daño económico tiene consecuencias en la convivencia, en la seguridad, en la paz de las familias mexicanas.

Con carácter de urgencia, se necesita que las autoridades actúen para restablecer las condiciones mínimas de normalidad en las regiones más afectadas, y para ir recuperando la ruta a la armonía y a la paz. No necesitamos personas que protesten por actos justificados, que necesiten cubrirse la cara.

Hagamos la democracia con una reflexión y participación profunda, de cara a la sociedad. Unos con otros, discutamos lo que la justicia y la convivencia en paz debe de ser, por los mexicanos. De crítica y autocrítica, pero también de unidad y preservación de la armonía para el futuro de los mexicanos. Estamos seguros de que México sabrá resolver los conflictos actuales y salir adelante. Porque somos muchos los mexicanos que queremos la paz. Lo hemos hecho muchas veces y el compromiso con nuestros hijos nos reclama hoy sacar lo mejor de cada quien en beneficio de nuestra querida Patria.

Los invito a reflexionar y a participar desde nuestras empresas, desde nuestras familias, desde nuestras regiones, en la construcción de este México que es de todos.

No porque Iguala, Guerrero o Michoacán queden lejos de nuestra propia comunidad sintamos ajena esta circunstancia que pasa nuestro país. Este México es de todos. Pongamos todo de nuestra parte para recuperar la legalidad y la vigencia del Estado de Derecho. Porque esta es nuestra Nación.