Cínicos, bandidos y asesinos

José Antonio Ortega (yoinfluyo.com)

El diputado del PRI por Jalisco, Leobardo Alcalá Padilla, le puso el cascabel al gato.

Ante la infame campaña de la izquierda para culpar de las atrocidades de Iguala al gobierno del Presidente Enrique Peña y promover su derrocamiento, atrocidades que son responsabilidad exclusiva de -¡precisamente!- políticos de izquierda, el legislador priista desde la tribuna de la Cámara de Diputados, respondió:

Sí, revocación de mandato, pero a quienes apoyan a los asesinos, a esos habría que revocarles el mandato, ¡son unos cínicos, son bandidos y son asesinos! ¡Ustedes se los llevaron vivos, ahora ustedes tienen que regresárnoslos también vivos!”.

No sobra repetirlo. Quien ordenó el asesinato de seis personas y la desaparición forzada de 43 alumnos de la Escuela Normal de Ayotzinapa –el peor acto de violación a los derechos humanos desde la masacre del 2 de octubre de 1968– fue el político de izquierda José Luis Abarca, presidente municipal de Iguala postulado por el PRD.

El gobernador Ángel Aguirre, que encubrió los crímenes previos de Abarca (el asesinato de cuando menos cuatro personas) y que le facilitó su escapatoria, es distinguido militante de izquierda, miembro del PRD. Los políticos que favorecieron en el último tramo las carreras políticas de estos criminales, son los dirigentes de los partidos de izquierda PRD y MORENA.

Los dos senadores del PRD por Guerrero, casi todos sus diputados federales, casi todos sus diputados locales (destacadamente el presidente del Congreso local) y cuando menos 12 de sus presidentes municipales, han sido señalados por sus nexos con grupos criminales.

Familiares y amigos de Armando Chavarría, el legislador y presidente del Congreso local asesinado en 2009, culpan del crimen a Zeferino Torreblanca, el ex gobernador del PRD.

Yo no milito en ningún partido político. Yo no voté por Enrique Peña, pero él es a quien eligió la mayoría de los mexicanos. Y esa voluntad mayoritaria es la que los golpistas quieren atropellar.

El Presidente Peña ha cometido varios errores ante los hechos de Iguala, pero el mayor es asumir culpas ajenas y no haber ido por los políticos criminales que han llevado al país a su peor crisis en décadas.

¿Qué espera para actuar, señor Presidente?