BC tricolor: si o no...

Contra lo que no pocos pudieran haber pensado, la realidad del priismo en Baja California apunta a que, su militancia, hará parece todo lo que esté a su alcance para garantizar, no la victoria de su candidato al gobierno en los próximos comicios de julio, como aconsejaría una sana lógica, ¡sino que Acción Nacional, su principal opositor en la norteña entidad perpetúe, por al menos seis años más, su estadía en el Palacio de Gobierno de Mexicali!
Y esto, como advertimos con toda oportunidad —¿Todo al Pacto?, 6/02/2013— no porque el PRI no aspire a recuperar la gubernatura bajacaliforniana luego de 24 años de gobiernos blanquiazules sino, esencialmente, por la consolidada certeza existente en el primer nivel de dirección del tricolor de que un eventual triunfo de su candidato en los próximos comicios pondría en cuestión la vigencia del Pacto por México, suscrito por el presidente Enrique Peña Nieto con los dirigentes del PAN y el PRD, 24 horas escasas después de haber tomado posesión.
Ayer, confirmada apenas la especie de que el impresentable Jorge Hank Rhon adelantaba los preparativos para registrarse como aspirante a la candidatura del Revolucionario Institucional al gobierno estatal, tales hipótesis ganaron fuerza y tomaron, prácticamente por asalto, las redes sociales.
Y esto, no sólo por el hecho de que el priismo designó ya, desde el pasado martes 5, al beltronista Fernando Castro Trenti, como su abanderado en la contienda a la que irá en alianza con el Partido Verde Ecologista de México, el Partido del Trabajo y el evangélico Partido Encuentro Social, sino por la poco esclarecedora respuesta que, en opinión de los más, ofreció su dirigente nacional, César Camacho Quiroz, al ser interrogado sobre tal posibilidad.
El señor Hank, señaló en mexiquense “está, como cualquier priista, en su derecho de registrarse…” abriendo con ello las puertas a una eventual división de la que el único afectado será el priismo y su candidato oficial que, en caso de ganar las internas, enfrentará la campaña y elección en condiciones no idóneas y, en el supuesto de perderlas, posibilitará una candidatura que nadie, al menos de manera explícita, desea se concrete, dados los altísimos costos (políticos) que el PRI deberá pagar por tener al controvertido ex edil de Tijuana como su abanderado.
Habrá, en principio, un directo beneficiario: el panismo y su candidato… y, de manera secundaria, el citado Pacto que, quiérase que no, tendrá en las elecciones del próximo julio —comicios que, vale destacar, meterán ruido en 14 de los estados de la República— uno, cuando no el más complicado de los muchos retos para el mantenimiento de su muy cuidada y necesaria subsistencia…
Al cierre de la jornada de hoy, cuando concluya la recepción de registros de aspirantes a abanderar al tricolor, estaremos en capacidad de validar lo aquí señalado. Veremos