Apego a la legalidad.

Según el IFE sólo Andrés Manuel López Obrador excedió los topes de gastos de campaña; en tanto que Peña, Quadri y Vázquez Mota se quedaron por abajo. Ciertamente la campaña de Josefina fue bastante deslucida, en cierto sentido del mismo modo que la de Quadri, en tanto que este último contaba con el menor presupuesto de todos, por lo que no estuvo al nivel de las de los dos punteros de las encuestas y la elección. Pero de ahí a que Enrique Peña, el PRI y El Verde, hayan gastado menos de lo que tenían autorizado es, en el mejor de los casos, un error matemático evidente; en alguna parte los contadores tuvieron que restar en vez de sumar. En cualquier ciudad, poblado o ranchería donde usted se parara durante el proceso, podía encontrar panfletos, volantes, playeras, gorras y espectaculares de EPN; y el costo de estas herramientas de promoción no es poco, mucho menos durante un proceso electoral en el que la demanda de trabajo es enorme y la capacidad de las imprentas limitada. Además que el dinero fluye con tal de obtener lo que se desea, nada menos que la Presidencia de la República. Aparte de estos gastos, Peña Nieto y el PRI contaron con oficinas y equipo para atender a las redes sociales, en facebook y twitter el gasto no fue menor, no digamos en las páginas web que tuvieran posibilidad de poner publicidad. Si es verdad que AMLO excedió el gasto permitido, lo cual no es de dudarse, entonces el PRI y Peña lo excedieron también y con creces. El IFE debe apegarse a su papel de árbitro y no detenerse en consideraciones de tipo político, no porque la persona a la que declaró triunfadora del proceso electoral se encuentre ya en funciones le debe temblar la mano o la voz para señalar las irregularidades que se cometieron, esto pondría, una vez más, en entre dicho su apego a los principios de legalidad e imparcialidad. Los mexicanos no nos podemos dar ese lujo.