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La Lista de Amlo. Excluye a Monreal

Columna del 7 de julio de 2021

La Lista de Amlo. Excluye a Monreal

Jorge Miguel Ramírez Pérez jmramirez4

 

Son progresistas dijo el jefe de la cuarta transformación, al señalar como sus posibles sucesores a Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Juan Ramón de la Fuente, Esteban Moctezuma, Tatiana Clouthier y Rocío Nahle y después de mencionar que se había acabado la tradición del tapado, ya no hubo ningún otro nombre. No mencionó a Ricardo Monreal.

Algo precipitó la declaración que muchos definen como prematura. Parece que ganarle el brinco a Monreal.

Este mensaje de López Obrador, será la comidilla de los comentarios políticos porque tiene varias lecturas probables, entre ellas, que recurre a sus esquemas favoritos del siglo pasado, con el modelo de "seis a la mesa" que impulsó Miguel de la Madrid, cuando en realidad en vez de los seis, solo tres eran los rivales: Salinas, Del Mazo y Bartlet. Los otros, García Ramírez prospecto de Luis Echeverría y sus dos amigos: Ramón Aguirre y Miguel González Avelar. Eran de relleno.

Y si empezamos por la hipótesis del relleno, podríamos decir que solo hay dos de los mencionados en el primer plano: la señora Sheinbaum y el canciller Ebrard, los demás, son de evidente acompañamiento: como Rocío Nahle, que con esta inclusión la acerca a buscar la candidatura de Veracruz, en un estado donde se necesita ser originario y ella es de Zacatecas; o como Tatiana Clouthier, quien difícilmente los radicales la aceptarían. En caso parecido está Esteban Moctezuma, identificado con el magnate Ricardo Salinas, quien se ve mas interesado que su representante y hubiera estado deseoso de ser incluido.

El médico de la Fuente, es un caso especial. Cuando se pretendía anular la elección de Felipe Calderón por las presiones de la avenida Reforma, donde López Obrador mantenía bloqueada la arteria; las "fuerzas vivas" traían al exrector de la UNAM en la propuesta para ocupar una figura de mando, mientras se negociaba una nueva convocatoria a elecciones. La conjura no prosperó, y De la Fuente se mantuvo al margen, no hizo aspavientos.

Y aunque lo mas sobresaliente del mensaje es la exclusión del líder del Senado, por otro lado aunque no se dice, aparentemente Monreal queda en libertad de tomar el camino que desee, lo que confirma el hecho que está en condición de opositor, aunque lo niegue y diga y vuelva a decir, que el entiende la jugada y que no piensa salirse del proyecto de la cuatro "T".

Porque efectivamente Monreal parecía operar en paralelo de su jefe. El año pasado impulsaba la candidatura de Morena, para su operador Alejandro Rojas Díaz Duran, su suplente en el Senado; y este año, apadrinaba al Partido Fuerza por México ambos asuntos sin resultados a su favor. Pero lo que sí le dio dividendos fueron las acciones de su gente en estas elecciones, manejándose en los entresijos del de la alianza contraria; haciendo labor de zapa a los Padierna-Bejarano, caciques del centro de la capital y en otros espacios, en las alcaldías perdidas por Morena.
Les salió a las fuerzas monrealistas el propósito de evidenciar a la Sheinbaum como artífice mediocre de la política interna de la capital, de ese modo les cargaron la debacle, sin considerar que los morenistas que estaban al frente de las alcaldías, eran ineficientes, improvisados e incapaces de controlar la corrupción.

Claro que hay historia, porque la disputa por la capital desde el 2018, entre la Sheinbaum y Monreal, dañó la carrera de este último, porque la legitimidad y el liderazgo lo tenía el zacatecano y a la filosa, los afectos pudieron más que el trabajo que Monreal suponía sería premiado.

Al quitarle la jefatura de gobierno, Monreal en automático perdía la oportunidad de ser el sucesor de Obrador. Muy sencillo, en el Senado no hay presupuesto que inspire más allá de alguna gubernatura, mientras que las arcas de la Tesorería y sobre todo las recolecciones de la informalidad, dan para el guardadito que hiciera posible empezar un enorme proyecto con paso firme.

Por eso las versiones de una alianza ya pactada de la 4 T con los priístas Alejandro Moreno, y José Nelson Murat traducía que la condicionante era llevar a Monreal a la candidatura de la presidencia del 2024, por los vericuetos del PRIMOR de entrada. Pero al darse la ruptura de facto, eso ya no funcionó tal cual, porque creo que hay dos premisas que deben considerarse en el mediano plazo.

En primer lugar, el hecho es que los dos contendientes de mayor empuje, Sheinbaum y Ebrard, no han sido descargados del problema de la Línea 12, cuando el responsable de los daños constructivos en primera instancia es la empresa de Slim, asunto que se vio medianamente cubierto, sin rozar al ricachón; tampoco se han afectado a los supervisores y funcionarios directamente encargados de resolver las anomalías que ya deberían haber aparecido en los medios, bajo las rejas como acto de prestidigitación a la que se le tiene acostumbrado al público.

Algo importante se cuece para mantener el asunto en suspenso.

Se entiende que el jefe de la cuarta no sabe hasta donde realmente, él mantendría sus índices de popularidad prologando su mandato. Porque así pasó con Porfirio Díaz, quien había hasta permitido una entrevista a nivel internacional con el periodista James Creelman en 1907, aunque se publicó seis meses después en México en 1908; el dato es que curiosamente tres años antes de su reelección, definía que dejaría el poder y que no contendería en 1910. Y a la mera hora se echó para atrás. Se presentó para ser presidente desalentando a sus seguidores que en esos tres años se habían hecho ilusiones de ocupar su silla.

En segundo lugar, el escenario indica que lo que se presentaría sería una lucha soterrada para bajar del liderazgo del Senado a Ricardo Monreal, quitarle el poder que tiene, en la persona de Gabriel García el jefe de los servidores de la nación y de los súper-delegados que regresa al Senado para ese fin.

De ser así, la estrategia indicaría dos vertientes: una, que Monreal estaría avanzando para tener el apoyo de los tres partidos PRI-PAN-PRD más Movimiento Ciudadano, lo que indudablemente le descompone el plan a Obrador y lo obliga, por así decirlo, a enfrentar directamente a Monreal y a sus hipotéticos aliados, encabezando el proyecto de reelección.

La otra vertiente es una variante: la cuatro "T" penetra como el caballo de Troya, el espectro opositor y gane o pierda electoralmente AMLO o Monreal, ganan porque son de la misma jugada.

Es solo una opinión. ¿Usted tiene otra?

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¿México narcoestado y fallido? Aureoles no fue recibido

Columna del 30 de junio del 2021

¿México narcoestado y fallido? Aureoles no fue recibido

Jorge Miguel Ramírez Pérez jmramirez3

 

No me puedo imaginar qué falta para declarar a nuestro querido y amadísimo país como un narcoestado. Porque todos los días las demostraciones de poder acompañadas de su correspondiente impunidad de parte de las bandas delincuenciales, se hacen evidentes.

Videos profusamente divulgados donde sujetos capturados de las bandas rivales confiesan sus fechorías y son ejecutados, se ha vuelto un lugar común, a nadie sorprenden.

Si el lector supiera que por prácticas semejantes en otras latitudes, por ejemplo las ejecuciones de parte de los criminales del autoproclamado Estado Islámico, fueron un detonador suficiente para que las potencias se unieran contra esa deformación política y religiosa, en una guerra sin cuartel; sabrían que desde sus mullidos sillones de complacencia, esas manifestaciones de violencia no pueden quedar allí, como si no hubiera pasado nada.

Pero no se acongojan los ciudadanos, los pocos que se les puede considerar en esa categoría, ni tampoco la masa se conmueve ante las masacres, despojos, violaciones, y deportaciones de cientos o miles de habitantes que sufren bajo este estado de terror, sin que nadie, absolutamente nadie haga algo por detener ese clima que, a decir del alto mando del Comando Norte, acongoja el 35% del territorio nacional.

Y como dice con valentía el gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles, no se puede combatir al crimen cuando se encuentra en condiciones de protección de las autoridades encargadas de combatirlo y lo que es peor, ahora existen corrientes políticas estructuradas en torno a partidos y organizaciones que inciden en el poder público, usando el medio de gobierno, las formas ejecutivas de la violencia física legítima, en su favor, porque la relación de los criminales con los políticos avalados por ellos financiera y operativamente, han dado paso a un híbrido destructor de la vida de las instituciones: la clase narcopolítica...

Esos narcopolíticos surgidos cada vez más numerosos y cada vez en más altos cargos, es una clase espuria que desde hace tiempo viene deformando la vida de México, con deterioros evidentes de la baja calidad de vida colectiva que se experimenta.

Y son muchos los señalados en ese tinglado de traición, ayer, por ejemplo, se publicaba en el influyente diario español "El País" que el abogado Juan Collado, estructurador de negocios de políticos de alto rango, ahora en prisión era un maniobrador de lavado de dinero de uno de los grupos delictivos de México. Por sus relaciones con expresidentes y su vida social de relumbrón, no podría ser un delincuente aislado del poder público.

Pero desde hace décadas los nexos políticos con los barones de las drogas han sido la constante de un gobierno que parece trabajar para algún grupo de maleantes en vez de otro.

Policías políticas como la Dirección Federal de Seguridad, policías ministeriales y los antes denominados judiciales; jefes militares y políticos de las áreas de seguridad, eran asociados directamente con el padrinazgo de los capos o de la intervención de intermediarios entre estos y los hombres de las decisiones, para incrustar malandros que tanto usaban los uniformes de la ley burlada, como los roles de malditos, con el mismo entusiasmo y sangre frías para mantener a México sojuzgado por la suciedad.

Pero hoy las cosas han cambiado, los jefes del crimen no solo quieren imponer jefes policiacos, sino políticos de todos los rangos: diputados, gobernadores y hasta presidentes, que por lo menos se hagan de la vista gorda como si no hubiera un grave problema que amenaza a cada mexicano.

Porque mayor prueba de que no les importa el dominio del crimen a los que deben combatirlo, que ni siquiera se dignó Obrador en recibir a Aureoles, aunque sea como es su costumbre para cabulear al que se le pare enfrente. Sencillamente argumentó que no era ministerio público, otro que dice: ¿yo, porqué?

Y aunque Zbigniew Brzenzinski, el malvado asesor de seguridad nacional de Carter, decía que ningún país podría prescindir del crimen organizado para gobernar; habría que entender aceptando sin conceder, que los jefes de los malos se encargarían de mantener un orden en el bajo mundo, siempre y cuando hubiera una hegemonía de poder para ese efecto. En otras palabras, habría en ese cínico esquema un jefe reconocido. Cosa indispensable...

Y para acabar, aquí los narcopolíticos no son sino apéndices de poder fragmentado de las mafias, que por lo menos en estas condiciones están en pugna y no tienen hegemonía entre los villanos...

Así que una vez zozobrando el estado de derecho convirtiéndose en un estado fallido, ni siquiera el de los narcopolíticos puede emerger como sustituto bizarro, porque para rematar es un narcoestado fallido porque no puede someter a los grupos rivales que están en pugna sin cuartel.

Un narcoestado fragmentado hasta en su negritud, ¡Dios nos tenga misericordia!

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La endeble democracia mexicana se muere, nadie la defiende

Columna 23 de junio del 2021

La endeble democracia mexicana se muere, nadie la defiende

Jorge Miguel Ramírez Pérez jmramirez2

 

Sí, nadie defiende a la democracia, porque los ojos del resentimiento y los cerebros del pragmatismo brutal, no quieren ver los peligros de su desaparición en México. La sed de venganza que se ha anidado en las masas es mayor que las razones concretas para cultivarla.

Lo mismo aplica en las mentes excesivamente prácticas de la filosofía de que: "haya sido como haya sido", para quienes los números escuetos son suficientes. Como si pudieran recortarlos de la imagen de una elección en muchos estados, como en Sinaloa, que huele a podrido; y la receta de los corifeos es seguir con el proyecto de borrón y cuenta nueva. Mientras la oligarquía no se toque, lo demás es lo de menos.

Por eso veo agónica a la democracia.

Porque de por sí la implantación de la democracia fue una apuesta cupular en México, enmarcada en las euforias de la caída del sistema soviético en Rusia y en las presiones hegemónicas manifiestas, haciéndonos recordar a Josep Colomer que afirmaba que las democracias impuestas desde arriba, son ineficaces y dolorosas; la mexicana tiende a caerse por esos orígenes y porque nadie la defiende porque no la entienden con cabalidad.

En realidad, la gente cree que la democracia es cambiar de amo. Así de absurdo es el entendimiento de la política en nuestro país.

Pero, vayamos por lo básico: la democracia y la violencia son antagónicas. Si hay un sistema político que es refractario a la mecánica de las violencias sociales, es el democrático.

De hecho, la democracia es la salida que conocemos en política, para evitar la lucha con el más fuerte, y sustentarla en el mecanismo de las mayorías con respeto de los derechos de la minoría.

La democracia en ese sentido es palabra, diálogo, un rasgo de civilización en el proceder político, de ninguna manera barbarie cacical o delictiva.

Por eso Michelle Bachelet, la Alta Comisionada en Derechos Humanos de la ONU, fustiga las elecciones mexicanas como un síndrome de violencia consustancial, porque el número de muertes derivado de el proceso es de noventa y tantas personas, y pone el dedo en la llaga a los políticos locales, que dicen que no pasó nada, que hay que seguir para adelante. La Bachelet mencionó a Sinaloa.

Y creo que de toda la ONU, la Bachelet es de las pocas que sabe y entiende lo que pasó aquí.

La reprobación internacional no les importa a los interfectos, están contentos, les salió la jugada por las buenas y por las malas dicen. En otras palabras, este tipo de agandalle se vuelve permanente, porque no hay culpables, aunque haya habido víctimas, y la principal, la ciudadanía que confiaba que salir a votar era seguro, ¡vaya que ilusos somos!

El México de la impunidad vuelve a ganar ¡al carajo!, ¡al diablo las instituciones!

De lo que se trata es aparentar gobierno, hacer como que se hace, acaban de decir que van a rifar playas para financiar una presa, que antes de las elecciones hasta fecha de terminación daban. Y es que es igual, no hay ciudadanos, son mascotas.

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La hora de los ciudadanos

Columna del 16 de junio del 2021

La hora de los ciudadanos

Jorge Miguel Ramírez Pérezjmramirez2019

 

Solo quiero mencionar un "pequeño detalle" que falta en el análisis del camino de la masa hacia la dictadura: la acción ciudadana.

Sí, los ciudadanos, como tales, es decir todos los que no están sujetos mentalmente al destino de los partidos políticos y que no necesariamente esperan en sus decisiones cupulares, para tomar decisiones de su entorno comunitario y social; todavía no han realmente expresado su frustración y desaliento por la perspectiva que se espera a partir del 6 de junio.

Porque siendo realistas, la represión está a la orden del día, porque no conformes la camarilla del poder, con el voto fanatizado de las hordas solferinas; despliegan un discurso harto amargado y envidioso contra las clases medias, reproduciendo odios; pero también catapultando represalias que no se dejan esperar y ya van por los líderes religiosos de las diversas iglesias, usando como novedad a la Unidad de Inteligencia Financiera, la nueva policía política del régimen; porque el culto oficial al aspirante a demiurgo de Palacio Nacional, no admite otros cultos. Así de evidente.

Por eso no se han expresado suficientemente las inconformidades por el maltrato del gobierno a un sector de peso en la sociedad, esto ha sido en lo superficial; en lo obvio, adentro de algunas organizaciones o círculos de liderazgo, no en la arena abierta de la política.

Las quejas generales han sido anónimas y en las redes, irónicas, distantes de la indignación. Se puede pensar que son parte del tratamiento de la vacunación de la realidad para que ésta no pegue en el nivel del daño real y se diluya en la broma insulsa.

La prensa por su parte ha hecho un papel sobresaliente mejor de lo que esperaba, insisten los comunicadores en suponer que la sociedad mexicana alguna vez haya sido, aunque brevemente, una sociedad moderna.

Pero todos esos esfuerzos y otros, tuvieron un propósito definido: el de cerrarle el paso a la concentración de poder personal y de camarilla.

Pero en el pasado proceso electoral sólo se avanzó en un segmento de población con sentido analítico y con tendencia a aceptar su papel como ciudadanos verdaderos, no imaginarios, en medio de un mar ominoso de oscuridad y de vulgar manipulación.

Por eso la población con mayor nivel educativo y responsabilidad social se volcó en amplias zonas de la capital de la República. Un garbanzo de libra, después de décadas de hacerle el juego a las bandas del anarquismo, hecho poder público desde finales del siglo pasado.

Parece que muchos allí, empezaron a despertar de su izquierdismo equivocadamente idealizado.

Pero algo que pudo correr con mejores resultados que lo que hicieron los capitalinos y del Estado de México, todos en la parte occidental del valle de México, no se cristalizó en amplias regiones; porque a falta de detallar las causas precisas de la alianza de los tres partidos, se dejaron al azar las soluciones que sin estrategia se vieron únicamente en la categoría de fórmulas de escritorio. No hubo plan de guerra. Punto.

Se partió de la infundada idea de que la gente estaba convencida que con Morena y sus aliados estaban peor y que lo hecho maliciosamente con Peña Nieto, estaba olvidado.

Claro, que el "buen propósito" no se trasladó tampoco al mundo concreto con candidatos de corte diferente, ya no digamos con buena imagen. Sencillamente sin pasados ocultos. Se repitieron los nombres de las estructuras segregadoras de los partidos políticos y en las plurinominales, el apoderamiento de las cúpulas fue atroz, sin tregua. Se llevaron todas. Y en automático se le privó a la alianza de ciudadanizar su proyecto ante los ojos de los electores.

Hasta allí siguen las cosas trabadas, sin causas comunes, endebles ante el embate del poder que le falta poquito, para tener todo. De hecho, carecen de un proyecto político, no el de una secta que lo tiene.

Pero lo malo además de lo referido, es que los partidos políticos de todas las especies, jamás tuvieron una agenda.

Así de ilógico se presentaron todos en una competencia como en el pasado, ofreciendo baratijas y dinerillo. Contra la razón -generalizo- unos apelando a las emociones pedestres, y otros a la idolatría, como sugestión masiva. En ambos casos, pretendiendo que una narrativa sin compromisos políticos, con cero argumentaciones, les devolvieran lo que en el pasado no supieron como lo obtuvieron; y para los arribistas, la apuesta a que la adulación al líder era de sobra el soporte de la victoria.

Eso fue una mecánica que compartieron todos, repito, los que ganaron, igual. Aunque los de Morena tuvieron, además, la participación decidida del narco, ahora incursionando en el convencimiento político, es decir en amenazas y levantones contra la alianza opositora.

Lo bueno es que, dentro de lo muy malo, de todas maneras, el campo está abierto a los ciudadanos. Y con ello es la última llamada para México.

Las ideas primero son las que hay que esgrimir con denuedo; y después, el poder sin siglas comprometedoras previas.

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