En estos tiempos donde hay familias abandonadas por el padre y la madre, dónde sólo importa el hoy, el placer, lo relativo, lo inmediato, donde hay tantos niños que crecen sin papá o sin mamá, donde hay pleitos por solamente demostrar quien tiene el poder sin importar que los hijos son las víctimas, donde lo que importa es el dinero, el consumir, el tener, el placer, lo material, donde predomina el egoísmo, donde no hay pensamiento y gana la ignorancia, donde hay tantos niños lastimados en su dignidad por los mismos miembros de la familias, es necesario y urgente hacer una pausa y reflexionar sobre si estamos haciendo lo correcto como padres de familia.
Es necesario preguntaros si verdaderamente somos ejemplo para nuestros hijos ya que ante este panorama que tenemos del mundo y sociedad actual debemos encontrar los signos de los tiempos para ser mejores padres, mejores educadores y por lo tanto mejores formadores de personas y como consecuencia una mejor sociedad.
Es necesario que todos confiemos en la familia como lugar y espacio idóneo donde todos pueden crecer integralmente y asumir cada uno su propia responsabilidad, como esposos, padres, hermanos e hijos viviendo cada día con responsabilidad sus compromisos, alegrías y sacrificios pero sobre todo es necesario que le abramos nuestras familias a aquellos que por algún motivo no viven el ambiente familiar de armonía donde puedan desarrollarse como personas capaces de trabajar por el bienestar personal, familiar y de la sociedad en general.
La familia bien vale la pena.