El reto ahora es la implementación de las reformas

Juan Pablo Castañón (yoinfluyo.com)

En el México del siglo XXI prevalece el Estado de Derecho en todas las regiones, se fortalece una cultura de legalidad con una visión de progreso y desarrollo de largo plazo, y todos los mexicanos contamos con oportunidades para desarrollar nuestro potencial. Esta es visión y la meta que visualiza Coparmex.

En los últimos 20 meses fueron aprobadas 11 reformas, que contenían 58 modificaciones a la Constitución, 81 cambios a leyes secundarias y la creación de 21 nuevos reglamentos. Las reformas son el resultado de décadas de discusión y análisis en las que el sector empresarial participó para vencer los mitos y obstáculos que frenan nuestro desarrollo como nación. Ahora, México cuenta con un nuevo diseño institucional, pero el ciudadano de a pie aún no experimenta los efectos de estos cambios. El gran desafío que enfrentamos consiste en instrumentar rápido y bien las reformas. Esto significa nuevos retos para todos porque, a diferencia del proceso legislativo, la aplicación de las reformas involucra a un mayor número de actores.

El Presidente de la República tiene la facultad para expedir reglamentos y vigilar el cumplimiento de nuestro marco legal, pero toca a los congresos locales, a los gobernadores y alcaldes y a cada servidor público aplicar las nuevas leyes para que finalmente tengamos mejores condiciones de vida para todos los mexicanos.

A nosotros como ciudadanos nos corresponde vigilar la correcta y oportuna aplicación de las reformas. En Coparmex nos comprometemos a supervisar su puesta en marcha a través de nuestros Centros Empresariales y nuestras Comisiones Nacionales de Trabajo. Fuimos promotores de algunas reformas y ahora queremos que estos cambios legales se conviertan en realidad en todos los rincones del país. Porque, recordemos, México se construye desde lo local hacia lo nacional.

En las reformas orientadas al crecimiento económico y prosperidad, particularmente en la energética, vigilaremos que la producción de energía no sólo se abra a nuevos competidores, sino que sirva para contar con un fondo petrolero robusto y suficiente. Inversión tanto privada como pública, que nos permita generar desarrollo. Vamos a trabajar en conjunto con la autoridad para que se aplique una política de Contenido Nacional que permita el crecimiento y fortalecimiento de las empresas nacionales. Para lograrlo, necesitamos jóvenes capacitados con acceso a la formación que brindan los tecnológicos, universidades y centros de investigación a través del Modelo Mexicano de Formación Dual.

Estaremos atentos a que la Reforma Energética nos permita la integración de las cadenas productivas y así generar empleos de calidad en la formalidad, con ingresos reales mayores a cinco salarios mínimos. Eso significará progreso para muchos mexicanos.

Coparmex participará activamente en los procesos, para que estas leyes se apliquen y vayamos cambiando aquellas estructuras que hoy nos impiden progresar. Esto no será fácil, porque implica eliminar privilegios, aceptar la competencia en áreas que antes eran controladas por unos cuantos.

Hemos realizado una gran cantidad de reformas. Recordemos: Laboral, Educativa, de la Ley de Amparo, Financiera y Fiscal, Energética, de Telecomunicaciones y Radiodifusión, de Competencia Económica, de Transparencia, Político Electoral y del Código de Procedimientos Penales. Son muchas, pero muy profundas e importantes para el desarrollo futuro del país. Sin embargo, está pendiente una reforma que permita combatir eficazmente la corrupción en todos los órdenes de gobierno y en todos los Poderes.

Queremos que se transparente el ejercicio de los recursos públicos y que cualquier desvío sea sancionado eficaz y oportunamente. La más reciente encuesta de Banxico indica que el 24 por ciento de los directivos entrevistados señala la corrupción como el principal lastre para realizar negocios en México. Es momento de erradicar esa cultura patrimonialista que privilegia el beneficio personal sobre el Bien Común. Ante el inicio de un próximo periodo ordinario, los legisladores tienen la palabra.