Sale EUA de Afganistán y cita Biden a Amlo

Columna del 18 de agosto del 2021

Sale EUA de Afganistán y cita Biden a Amlo

Jorge Miguel Ramírez Pérez jmramirez2019

 

Contra las expectativas del optimista Jack Sullivan que con toda la experiencia que le acompaña como asesor de seguridad nacional del presidente Biden, había calculado un asalto al poder de por lo menos seis meses a partir de la salida de las tropas estadounidenses, el Talibán, el grupo islamista beligerante, en menos de una semana se apoderó de la capital Kabul y de un número importante de poblaciones. Su llegada ha aterrorizado a sus opositores: el presidente Ashraf Ghani Ahmadzai, huyó tan luego consiguió un helicóptero. No tuvieron la misma suerte otros, que en un grado de desesperación prefirieron el intento absurdo, de huir hasta en las llantas de aviones que, al elevarse, cayeron los desafortunados encontrando la muerte. Se ahorraron las torturas de los fanáticos de Alá y sus atrocidades. ¡Terrible!

1. Estos dramas son reales y rebasan los análisis triviales de Occidente y de sus intelectuales, para quienes el simplismo los determina. Siempre condenan a Estados Unidos en primer término y así concluyen, no aportan. No se ubican, desconocen la realidad, porque piensan en utopías lo que no les permite conocer quienes son "El Talibán" y la imposibilidad de exportar a ese país, "valores" etéreos de los activistas progress que ni por asomo entienden la realpolitik, y los intereses que mueven a las potencias para intervenir en los escenarios mundiales. Porque en el asunto de Afganistán están metidos todos. Aparte de nuestros vecinos, están: Rusia, China, Arabia Saudita, Irán y sobresalientemente Paquistán, el Estado Islámico, Al Qaeda y particularmente la guardia revolucionaria de Irán, la que dirigía el extinto Quasem Soleimani.

2. Es cierto también que, al finalizar Obama, -en realidad la estratega de ese grupo: Hillary Clinton-ya había acordado evacuar las tropas estadounidenses, condicionando a que el Taliban no convirtiera a Afganistán en un santuario para los terroristas islamistas, entre ellos, Al-Qaeda y el Estado Islámico; lo que no solamente es improbable sino falso. En realidad, EUA ya no podía seguir erogando los 300 millones de dólares diarios que afirma Forbes se gastaban. Algunos señalan que en 20 años fueron 95 mil millones de dólares. Una fuga importante para las finanzas del gobierno. Por supuesto que se sabía del desenlace, lo que no se calculaba oficialmente o al menos se negaba por el jefe del Departamento de Estado Anthony Blinken, era una retirada tan deshonrosa, llena de temores, por lo que declaró hace unos días que Kabul, no era Saigón en aquel abril de 1975, un suceso de triste memoria para EUA.

3. Biden dijo ciertamente que no pueden los estadounidenses sostener una guerra a costa de sus vidas por una población que no quería confrontarse con la turba asesina y fanática del Talibán. Eso significó además que los efectivos del gobierno afgano dejaron abandonadas las posiciones, el armamento, equipo y tecnología en manos de sus enemigos, duplicando los riesgos porque en otras palabras, a los del Talibán se les proporcionó indirectamente y se les actualizó su armamento. ¿Porqué? Porque era insostenible el embate de la fanaticada. Y al fin y al cabo toda la población es islamista y en su mayoría montañeses, que creen en términos generales en la yihad, el llamado a desterrar del planeta a los que no son musulmanes. Por eso, los rollos de las primaveras árabes o el de democratizar a los afganos, era tan cierto como querer que la gente hiciera profesión de fe occidental y se transformaran voluntariamente en naciones que históricamente nunca han sido y no quieren ser.

4. Ahora viene lo bueno, porque no se necesitan más de cinco dedos de frente para entender que, lo que sigue es la venganza, así se inscribe la victoria de la tribu pastún, de la atrasada y cerrera etnia dominante entre los Talibán. Por cierto, este nombre significa estudiantes de las madrazas, escuelas instaladas en la frontera paquistaní y financiadas por Arabia saudita desde los años ochentas, cuando los mujaidines combatían a los soviéticos, época en la que Estados Unidos le atizaba a la URSS, mediante su entonces aliado Osama Bin Laden, quien después fue contratado para apoyar a los musulmanes en Kosovo. Son los del Talibán, hechura de ese terrorista que desean también vengar. Su religión es de venganzas, no aplica eso de tomarse todos de la mano y cantar juntos el Himno a La Alegría.

5. En el 2001 después de los atentados de la Torres Gemelas, hace veinte años, Estados Unidos echó al Talibán del gobierno afgano. Porque no quisieron entregar a Osama, tampoco quisieron los de Paquistán. Diez años después, en el 2011 fue acribillado el terrorista en Paquistán, pero la herida sigue supurando porque los Talibán hasta hoy se quieren vengar y siguen recibiendo apoyo de los saudiárabes, de los de Irán, y de la complicidad de Rusia y hasta China. A los rusos les agrada devolverle la misma moneda que recibieron de Estados Unidos en el siglo pasado, cuando fracasaron en imponer un régimen comunista en una zona que les interesa por ser colindante de países aliados a Rusia y que en la época de la URSS eran parte de esa entidad.

6. Entonces el hoyo es tan grande -cualquier observador lo diría- que se prepara una ofensiva terrorista que urge a Estados Unidos replantear todo el esquema geopolítico mundial. Porque la capacidad de autoinmolación de las fuerzas del Talibán, rebasa todo lo imaginable en la mente occidental. Sus combatientes, jóvenes en su mayoría, fueron desde niños despojados de su infancia y adiestrados en las escuelas islamistas, las madrazas, para morir por Alá, y sus huestes violentas. Esas enseñanzas depositadas y atiborradas en las mentes son su única enseñanza. Por eso se pueden ver en los videos a los combatientes divirtiéndose en Kabul, disfrutando al subir a carros chocones de feria y a un carrusel. Pobres diablos, sus amos los despojaron de ilusiones y de la niñez. La amenaza de auto sacrificio de esos combatientes es temible.

7. Y claro que, de Estados Unidos, llaman a López Obrador para el 9 de septiembre, para que se ponga las pilas, se olvide de sus proyectos que no lo son, y que entienda que las cadenas de producción compartida no pueden detenerse, y que pueden desatarse desestabilizaciones mayores. Que hay tareas conjuntas que realizar ya que los Talibán obtienen enormes ingresos por las drogas, en especial de la amapola, y por tanto están aliados a todos los cárteles mundiales que producen y venden ese mugrero. En el pasado el comandante del bloque musulmán chiita Quasem Soleimani, tenía contactos con la draghnetta de Calabria quienes lo relacionaron con los Zetas. Y como el horno no está para bollos, seguramente el líder de la cuatroté, preparará antes, una ruta por el Pacífico para enterar a los interesados. ¿o no?