"Promoviendo la Participación Ciudadana"

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InicioEN LA OPINION DE:

¡La dignidad no se negocia!

dignidad humanaKlaus Feldmann Petersen

Una pequeña historia que leí recientemente, nos deja claro el para qué sirven las leyes, y que la clave es la justicia. Debemos tener en cuenta que las leyes son para el hombre y no el hombre para las leyes. Y que las leyes no pueden ir contra la Naturaleza, o como se diría en el Derecho Romano, "Contra Natura", que es lo que los seguidores de la cultura de la muerte (las mafias de izquierda, económicas y políticas) se empeñan en hacer, con lo que no sólo atacan al hombre poniendo en peligro no sólo su libertad, sino todo lo más valioso para él, lo que se ve claramente en la campaña por imponer la ideología de género que va contra la vida, la familia y la libertad religiosa.

Pero igual de grave es lo que se hace contra la Naturaleza: un fuerte deterioro del medio ambiente, lo que por lo pronto está provocando fuertísimos desastres naturales de los que luego culpan a "El Niño", fenómeno de calentamiento del mar en el Océano Pacifico, o más recientemente "La Niña" en el Océano Atlántico. Que el primero provocó apenas un daño tremendo en el Perú. Aunque también se está notando en las graves sequias en enormes áreas que son la causa este año del hambre y la muerte en el Sudán, Etiopía, Abisinia, en África; pero que también se resiente en el norte de México y otras regiones (culpa del deterioro ambiental, no de "El Niño").

Pues bien, para tener claro qué se requiere para enderezar las cosas, nos ayudará la pequeña y simpática historia que a continuación citamos:

Facultad de Derechos: clase magistral (anónimo)

Una mañana, cuando nuestro nuevo profesor de "Introducción al Derecho" entró en la clase, lo primero que hizo fue preguntarle el nombre a un alumno que estaba sentado en la primera fila:

- ¿Cómo te llamas?

Me llamo Juan, señor.

¡Vete de mi clase y no quiero que vuelvas nunca más! - gritó el desagradable profesor.

Juan estaba desconcertado. Cuando reaccionó se levantó torpemente, recogió sus cosas y salió de la clase. Todos estábamos asustados e indignados, pero nadie dijo nada.

- Está bien. ¡Ahora sí! ¿Para qué sirven las leyes?...

Seguíamos asustados, pero poco a poco comenzamos a responder a su pregunta: "Para que haya un orden en nuestra sociedad". "¡No!", contestaba el profesor. "Para cumplirlas". "¡No!". "Para que la gente mala pague por sus actos". "¡¡No!!

- ¿Pero es que nadie sabrá responder esta pregunta?"

- "Para que haya justicia", dijo tímidamente una chica.

- "¡Por fin! Eso es... para que haya justicia. Y ahora, ¿para qué sirve la justicia?"

Todos empezábamos a estar molestos por esa actitud tan grosera. Sin embargo, seguíamos respondiendo: "Para salvaguardar los derechos humanos". "Bien, ¿qué más?", decía el profesor. "Para diferenciar lo que está bien de lo que está mal"... Seguir... "Para premiar a quien hace el bien"..

- Ok, no está mal, pero... respondan a esta pregunta: ¿Actué correctamente al expulsar de la clase a Juan?

Todos nos quedamos callados, nadie respondía.

- Quiero una respuesta decidida y unánime.

¡¡No!! - dijimos todos a la vez.

- ¿Podría decirse que cometí una injusticia?

¡Sí!

- ¿Por qué nadie hizo nada al respecto? ¿Para qué queremos leyes y reglas, si no disponemos de la valentía para llevarlas a la práctica?

- Cada uno de ustedes tiene la obligación de actuar cuando presencia una injusticia. TODOS. ¡No vuelvan a quedarse callados nunca más!

- Vete a buscar a Juan - dijo mirándome fijamente.

Aquel día recibí la lección más práctica de mi clase de Derecho: "Cuando no defendemos nuestros derechos, perdemos la dignidad, y la dignidad no se negocia".

¡La dignidad humana no se negocia!

No podemos quedarnos callados, debemos hacer respetar nuestros derechos, el Derecho a la Vida, a tener una Familia normal, a que se respete el derecho de los pequeñuelos a tener un papá y una mamá; a que se respete nuestra libertad religiosa, a que no traten de aprovechar las leyes para imponer situaciones que van contra la naturaleza humana, que respeten nuestros valores, que se nos permita darle a Dios nuevamente el lugar que le corresponde en la vida pública, así como en la vida privada. Que se reinstaure la cultura de la vida y del amor.

De inmediato desaparecerá la corrupción (aunque no sea en una forma total), parte del sistema del hueso, que da lugar al narcotráfico, tata de blancas y de menores, falta de seguridad, pobreza, hambre, lucha contra la vida, la familia, la libertad religiosa, la imposición de la ideología de género, y todos los demás males que padecemos, que además es el mayor enemigo del medio ambiente, así como la ambición de dinero y poder, y la soberbia, que serán mínimos al ser nuestros valores los que sean la pauta de nuestro actuar.

El reinstaurar la cultura de la vida y del amor no será fácil, pero sí posible, sólo hará falta que cada quien ponga su granito de arena. ¡Quién contra mí, si Dios está conmigo! Y Nuestro Señor lo dijo: "Las puertas del infierno no prevalecerán contra mi Iglesia".

La dignidad humana se basa en las enseñanzas de Nuestro Señor.

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Morelos: caímos... otra vez

morelos otravezAntonio Maza Pereda

Uno de los trucos más utilizados por la clase política cuando no tiene argumentos para defender sus acciones o sus dichos, es cambiar el tema, preferiblemente a través de un ataque. Personal, si es posible. Increíblemente, la ciudadanía seguimos cayendo una y otra vez en esa trampa. Es importante describirla a detalle para que no siga ocurriendo.

El caso del Obispo Ramón Castro Castro es muy característico de esta táctica, pero de ninguna manera es único. El Sr. Obispo de Cuernavaca, haciéndose eco de su feligresía y de los hechos que están a la vista de todos los ciudadanos de su diócesis, señaló que no es cierto que haya disminuido la violencia en el Estado de Morelos. Esto lo niega el Gobernador y una parte importante de las fuerzas políticas, pero la ciudadanía no les cree. El resto, usted lo conoce.

Lo que sigue es un ataque personal, incluyendo calumnias, al Obispo de Morelos. Y el truco funciona. Deja de hablarse del problema de inseguridad que tiene la entidad. La atención se centra en demostrar que esas acusaciones son infundadas. La feligresía, entendiblemente, se aboca a defender a su Obispo. Otros organismos nacionales se hacen eco de esta reacción. Una buena parte la ciudadanía del estado, aún la no católica, se une a esta repulsa. Excelente reacción, por supuesto. Digna de alabanza.

Pero el resultado es que ya no se habla del tema original. Ha cambiado el asunto. Porque, para efectos prácticos, ya no se habla de la situación de inseguridad que tiene el Estado, de la parte de responsabilidad que le toca a sus autoridades, ni de las soluciones que pueden ofrecerse. A los medios, por supuesto, lo que les interesa es lo novedoso, lo escandaloso. Las acusaciones al gobierno estatal ya son noticia vieja. Lo interesante, lo impactante, es el caso del Obispo al que se le amenaza con llevarlo a la cárcel y las acciones que toman sus feligreses para defenderlo. Una vez que pase la novedad, habrá otras noticias y se nos desviará la atención. Otra vez.

De poco importará que se haya demostrado que se mintió en sus acusaciones al Sr. Obispo. Eso no es noticia. Nadie compra un periódico porque tenga a ocho columnas la noticia de que se encontró a un político mintiendo. Es tan frecuente que resulta aburrido.

Podríamos cuestionarnos: ¿No será que la ciudadanía tenemos un síndrome colectivo de déficit de atención? ¿No será que no tenemos la capacidad de mantener la atención en un tema por un tiempo largo? ¿Será que sólo nos importa lo escandaloso, lo amarillista, lo que vende periódicos o eleva los puntos de rating?

Sí, parece que seguimos tropezando nos con la misma piedra. Una y otra vez. Por eso el truco funciona. Y seguiremos tropezándonos hasta que entendamos de qué manera nos están manipulando.

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La Voz del Papa: “En la misericordia de Dios, el mundo encontrará la paz”

angelus170402Acordaos siempre de su enseñanza: es en resumen el mensaje del papa Francisco hace dos años, en el 10º aniversario de la muerte de san Juan Pablo II (18 de mayo de 1920-2 de abril del 2005). Un mensaje siempre válido en este 12º aniversario del nacimiento al cielo de este santo papa polaco.

El papa Juan Pablo II se extinge en la tarde del sábado 2 de abril del 2005, en el tiempo litúrgico del domingo de la Misericordia Divina que él había instituido en respuesta a la demanda expresada por Cristo a santa Faustina Kowalska (1905-1938) que el papa polaco canonizó el mismo día de esta institución, el 30 de abril del 2000. La fecha de su muerte sella así de alguna manera su testamento espiritual.

"El Señor resucitado se ofrece como don a la humanidad, que a veces parece extraviada y dominada por el poder del mal, por el egoísmo y por el miedo, su amor que perdona, que reconcilia y abre de nuevo el alma a la esperanza. Este amor que convierte los corazones y que da la paz. El mundo tiene una gran necesidad de comprensión y de acoger la Divina Misericordia!", escribió para el 3 de abril de 2005.

En la inauguración del nuevo santuario de la Divina Misericordia en Cracovia Lagiewniki, sábado 17 de agosto de 2002, dijo: "En la misericordia de Dios el mundo encontrará la paz, y el hombre, la felicidad. Os encomiendo esta tarea a vosotros, amadísimos hermanos y hermanas, a la Iglesia que está en Cracovia y en Polonia, y a todos los devotos de la Misericordia divina que vengan de Polonia y del mundo entero. ¡Sed testigos de la misericordia!"

"Con los ojos del alma, agregó Juan Pablo II, deseamos contemplar la mirada de Jesús misericordioso, para encontrar en la profundidad de esta mirada el reflejo de su vida , lo mismo que la luz de la gracia, que tantas veces hemos recibido y que Dios nos reserva para todos los días y para el último día"

Y destacó el papel del Espíritu Santo: "Es el Espíritu Santo, Consolador y el Espíritu de Verdad, quien nos conduce en el camino de la Divina Misericordia"

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Tatuajes indelebles

tatuajes indeleblesÓscar Fidencio Ibáñez

En esta generación que tiende a rehuir los compromisos permanentes, los tatuajes en la piel son algo relativamente común. Posiblemente la actitud generacional de "vivir el momento" permita la decisión de tatuarse un día, aunque la acción tenga consecuencias permanentes, distinto a mantener una relación o compromiso permanente consigo mismo o con alguien más, ya que eso implica estar dispuesto cada día a renovar la intención.

Existen diferentes razones para hacerse un tatuaje; en general, son por identidad, por estética, por moda o una mezcla de las anteriores. Los tatuajes que dan identidad son comunes desde hace mucho tiempo. Antiguamente se usaban para señalar la pertenencia o la esclavitud; más tarde para identificarse como miembros de algún grupo especial, ya sea de guerreros, religiosos, pandillas, o delincuentes; también por motivos de homenaje, cariño o recuerdo de algún hecho o persona memorable.

Están también los que son una expresión personal que acentúa alguna manifestación interior, un sentimiento o recuerdo particular, con un énfasis mayor en lo artístico, lo religioso o por razones estéticas; y por supuesto, está quienes se sienten impulsados por la presión de grupo, "un momento de locura", o simplemente por moda. Aparentemente los que se tatúan por estos motivos son más susceptibles de arrepentirse.

La condición de marca imborrable en algunas ocasiones causa arrepentimiento. Hay casos públicos de artistas que se tatuaron el nombre de alguna pareja y al terminar la relación optan por borrar el tatuaje; por supuesto, el costo, el dolor y el riesgo varían en cada caso. Recuerdo el comentario de la esposa de un amigo sobre un tatuaje muy bonito, pero que ella asociaba a una relación anterior y eso la perturbaba.

Hay otro tipo de "tatuajes" que se fijan en la mente, como las improntas y traumas prácticamente indelebles que se graban en el cerebro de las personas durante la niñez, y que de alguna manera condicionan nuestro actuar. Muchos problemas de relaciones personales y de comportamiento social se derivan de estas marcas primarias que actúan en el inconsciente, provocan miedos e inseguridades que llevan a aceptar o a ejercer violencia y control, provocando manipulaciones, celos, traiciones y rompimientos.

Así como ya hay métodos para borrar los tatuajes en la piel, también las marcas en nuestra mente pueden ser atendidas para mejorar nuestro comportamiento. A diferencia de la visibilidad en la piel de un tatuaje, en el cerebro las "marcas indelebles" no se ven y muchas veces ni siquiera se perciben, precisamente por estar en el inconsciente, lo que hace más difícil su tratamiento.

En el plano espiritual se puede hablar del "tatuaje" que recibimos los cristianos en el Bautismo: "No entristezcan al Espíritu Santo de Dios, que los ha marcado con un sello para el día de la redención. Eviten la amargura, los arrebatos, la ira, los gritos, los insultos y toda clase de maldad. Por el contrario, sean mutuamente buenos y compasivos, perdonándose los unos a los otros como Dios los ha perdonado en Cristo" (Ef 4, 30-32).

Cuaresma es un tiempo propicio para que a través de la reconciliación con Dios y los demás, renovemos nuestro "tatuaje espiritual" para poder atender la recomendación: "Vivan como hijos de la luz. Ahora bien, el fruto de la luz es la bondad, la justicia y la verdad. Sepan discernir lo que agrada al Señor, y no participen de las obras estériles de las tinieblas" (Ef 5, 8-11).

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