Es una gran reflexión de quien dijo alguna vez confirmando que “No hay mejor forma de crecer que cayendo”, y es que sin duda del ganar se aprenden grandes cosas, pero nunca tantas como de las derrotas, en el deporte es lo mismo tanto en lo personal como en equipo.
La semana pasada el Barcelona caía por primera vez en este año de temporada desde la derrota frente al Madrid en la Súper Copa de España, lo cual representaba que tanto en Liga como en Champions no conociera derrota, hasta, claro, el miércoles pasado contra el Celtic, que pudo ponerle un alto.
Si se analiza a ese Barcelona encontraremos un equipo completamente distinto al que veíamos años anteriores, a pesar de la gran ventaja que tienen en cada competición en la que han jugado, todavía hay grandes deficiencias que en el partido contra los escoceses salieron a relucir gracias al marcador, pero que eran bastantes visibles desde partidos anteriores.
El primer punto sin duda es lo defectuosa que hoy está la defensa del Barcelona, sin Pique y sin Puyol esto es un desastre, Mascherano hace lo que puede en una posición que en lo más mínimo es natural para él, Bartra claro que hace lo suyo y lo hace bien, por esto en dos semanas desde su debut, no podemos exigirle lo que dan Puyol o Pique con la gran experiencia que tienen los zagueros expertos blaugranas. Por esto, la necesidad de reforzar la zona defensiva es el primer factor que, sin duda, el Barcelona deberá atender.
En segundo lugar es la falta de agresividad del equipo, la necesidad de dar pases y contener el balón ha generado una dinámica de relajamiento al ataque y esto sumado a la poca participación de David Villa en la cancha causa sin duda una ausencia de acciones peligrosas fuera de las generadas por el más grande eje creativo de Xavi-Iniesta-Messi y que incluso en ellos se percibe esa lentitud.
Por último y ligado al punto anterior: la tranquilidad para enfrentar a cualquier adversario dándolo de antemano como “menor”, esto ha hecho que la intensidad de los partidos sea como se dice “a medio gas”, lo que incluso en ocasiones los ha puesto en condiciones un tanto adversas ya que por sentirse con una gran ventaja casi han sido remontados por los equipos que enfrentan, aún los más pequeños.
Sin duda a veces hay que perder para darnos cuenta de las cosas que cometemos mal en el camino, por supuesto esto debe ir de la mano de tomar las acciones necesarias para cambiar o corregir esos errores o estancamientos. Si el Barça no hace los ajustes necesarios podrá enfrentar un duro cierre de campaña en Liga y sobre todo en Champions.