(INDICADOR POLÍTICO/Carlos Ramírez) Lo interesante de Sinaloa es el escenario contradictorio: en el 2010 el aspirante priísta Mario López Valdés Malova fue desdeñado por su partido, armó la alianza PAN-PRD-Convergencia y ganó las elecciones; para su sucesión en el 2016 lleva la delantera el PRI con su secretario de Gobierno Gerardo Vargas, pero el PRI nacional podría reproducir el escenario de fractura interna si insiste en imponer a David López, exdirector de comunicación social del presidente Peña Nieto, a pesar de su escasa tendencia en las encuestas.
Asimismo, el PRI podría arriesgarse si le da la nominación al empresario Jesús Vizcarra que fue derrotado en el 2010 por Malova pero que a la fecha lo afecta el tema de su relación con el capo Ismael El Mayo Zambada, al grado de que EE.UU. le retiró la visa y le cerró la frontera a la compra de su carne. Vizcarra podría convertirse en tema nacional y bilateral negativo por el tema de la visa cancelada.
Y si el PRI se encuentra al frente de las encuestas, la designación tendrá que tomar en cuenta otro elemento adicional: los independientes. Formado en el PAN, Manuel Clouthier Carrillo jugó en el carril de los independientes para diputado federal y ganó con ventaja; de modo natural se colocó en el espacio de posibilidades de ser independiente a la gubernatura y de ahí independiente a la presidencia en el 2018.