(EL NUEVO HERALD/Antonio María Delgado) La derrota electoral sufrida el domingo por el régimen de Nicolás Maduro, que sentó los cimientos de un verdadero proceso de cambio en el país, se produjo luego que la máxima cúpula del chavismo perdiera el respaldo incondicional del alto mando militar que terminó rehusándose a participar en lo que hubiese sido un fraude masivo.
Fuentes cercanas a la situación explicaron que el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, se rehusó a participar a las intenciones de Maduro y del presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, por desconocer en la masiva victoria de la oposición, lo que hubiera gestado un peligroso escenario de violencia.
Según las fuentes, Padrino insistió ante Cabello y Maduro que las Fuerzas Armadas venezolanas solo respetarían un anuncio que reflejara el resultado recogido en las urnas de votación, decisión que terminó obligando al chavismo a reconocer la victoria de la oposición.
“Padrino López asumió un gran riesgo, se la jugó para preservar la institucionalidad”, dijo una de las fuentes que habló bajo condición de anonimato.
Otra de las fuentes agregó: “No quería convertirse en el responsable de las muertes que podrían producirse” como resultado de lo que el régimen, en su desesperación, estaba preparando para ejecutar.
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