(EL PAÍS/Gil Alessi) La Fiscalía de São Paulo ha pedido prisión preventiva para el expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva. El exmandatario, del Partido de los Trabajadores (PT), fue denunciado por este mismo organismo el miércoles por lavado de dinero y ocultación de patrimonio. Ahora, los fiscales aseguran que existe riesgo de fuga y de que obstaculice las investigaciones.
La petición de cárcel para Lula, divulgada íntegramente por el portal jurídico Jota, es contundente. Argumenta que una fuga de Lula sería "extremadamente simple" y sostiene que, al aislarlo, garantizarían "el orden público, la instrucción del proceso y la aplicación de la ley". Los fiscales expresan su temor de que el expresidente movilice a su "red violenta de apoyo" para obstaculizar el proceso en su contra y que amenace a víctimas y testigos.
La acusación también ataca a la presidenta de la República porque pretende "blindar al denunciado, erigiéndolo en un ciudadano por encima de la ley".
Desde hace días, en Brasilia llueven los rumores sobre la posibilidad de que Rousseff le ofreciese a su padrino político un puesto en el Gobierno para convertirlo en aforado, informa Afonso Benites. Mientras este ocupase la cartera solo podría ser juzgado por el Supremo Tribunal Federal. Parte de la opinión pública ve la posibilidad de un nombramiento como una especie de confesión de culpabilidad de Lula y como una señal de la pérdida de poder de la presidenta.
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