(SINEMBARGO) El 5 de junio pasado, los votantes de 12 estados de la República inesperadamente le dieron al Partido Revolucionario Institucional (PRI) del Presidente Enrique Peña Nieto "una buena patada", afirma The Economist. En las elecciones para gobernadores, el PRI perdió siete estados ante el Partido Acción Nacional (PAN). En cuatro de esos estados, el PRI no había perdido el poder nunca antes.
"Después de 86 años en el que ha gobernado Veracruz, le ganamos al PRI", exclamó Miguel Ángel Yunes, el candidato del PAN y ganador en esa entidad. "Así es como se supone que debe funcionar la democracia: los votantes enojados deben lanzar los vagos hacia fuera", plantea en su nueva edición la influyente revista británica.
Para México, esto ["lanzar a los vagos hacia fuera"] es todavía una novedad, destaca la publicación, pues fue apenas en 2000 que siete décadas de gobierno de un solo partido [el PRI] finalmente terminaron cuando Vicente Fox Quesada, del PAN ganó la Presidencia.
Sin embargo, expone en un texto titulado "El blues de México", la esperanza que la victoria de Fox Quesada planteó hacia una transformación profunda y duradera "dio paso a la desilusión" y hoy el sistema está fragmentado, lo que conviene al priismo que, a pesar del "mal humor social" en México estima conservar el poder en 2018 con 30% de los votos en el padrón electoral o incluso menos.