Columna Geopolítica del 12 de febrero de 2018
Jorge Miguel Ramírez Pérez
Dos alternativas se perfilan: una, la de transformar las condiciones mediante cambios paulatinos y pacíficos; y otra, la de hacer cambios que dividan a la sociedad mediante un escenario violento.
A Obrador se le asocia con esta última postura. Aunque lo niegue. Nadie que ofrezca hacer alianza con los narcotraficantes, que fustigue al secretario de la Defensa; y que quiera regresar a México como era hace cuarenta años, puede hacerlo sin violencia.
Obrador lleva una campaña desde antes del 2006, su método es trastornar al estado en su esencia. De hecho, ninguno en sus cabales que se recuerde en el mundo; se ha propuesto incorporar abiertamente, un acuerdo con los delincuentes en su propio país.
Quien no entienda este hecho, como un grave y cínico antecedente de traición al estado mexicano; no tiene una idea de lo que está en juego en esta elección. Sencillamente Obrador quiere despojar de toda legalidad al estado, arrancar de tajo sus instituciones, no reformarlas.
Ese es el objetivo de Obrador: desestabilizar al sistema, provocar un caos, como esa fumada de trasladar las secretarías a los estados, para que los titulares puedan rivalizar con los gobernadores y para repartir cargos a los adictos a su persona, en las regiones del interior y al mismo tiempo echar a la calle a los sindicalizados y a los de servicio civil.
No nos hagamos, quiere inaugurar una dictadura.
La otra opción la del cambio escalonado la tiene Anaya. ¿Por qué? la alternativa de Meade, no existe en el panorama de lo que está en la mesa. El candidato del PRI, no considera en absoluto, el cambio. Cree que él está por encima de los errores de su partido y del gobierno donde ocupó tres carteras de primer nivel. Él nadie más que él es uno de ellos. Por eso su candidatura nació abortada, es una defensa a ultranza para indexar a los contribuyentes las malas administraciones, los derroches y la corrupción con sus saqueos y endeudamientos. No es otra cosa.
De tal suerte que Anaya representa la única opción real en la boleta, por un cambio sin virulencia, un cambio ordenado.
Y eso lo van a ir entendiendo los votantes: unos ya lo entienden; faltan los tradicionalistas que se aferran todavía, a darle una oportunidad más a los irresposables del PRI; y faltan todos los demás, que no pueden caer en el juego de malgastar el voto en personajes de caricatura, los dizque independientes.
Hasta los que no votan, deben votar para seguir absteniéndose, si quieren.
Ese es el voto inteligente.
Porque lo demás es dejarse morir en vida, Los alemanes desesperados del mal gobierno votaron por Hitler; los venezolanos hartos de los corruptos, votaron por Chávez. Todos usaron de las pasiones y tiraron al basurero los razonamientos. Sus hijos, sus nietos se los demadan. Y no se la acaban. Hay que pensarle.
Los que sí están convencidos de que Anaya va a ganar, en primer lugar son sus contrincantes del gobierno.
Las baterías que usan en esta etapa son los encabezados y los comentaristas de consigna que insultan y sobajan a Anaya, mas que a cualquiera. Por eso me parece que para él los ataques, son la mejor medida de que las cosas marchan bien. "Los perros ladran Sancho, señal que vamos andando". El relato del Proceso de la Fundación para comprar un edificio del PAN en Querétaro , refleja el tratamiento desesperado de darle una fuerte carga de sospecha a un asunto sin delito. No traen más.
Y ni cambiando al del CISEN saldrá más. No es el caso de Obrador que se cura en salud, diciendo que sabe que ese organismo, tiene un expediente gordo de sus trapacerías. Ese sí es un pájaro de cuenta.
Si se reflexiona se puede concluir, que la dinámica tal como ha sucedido en otras ocasiones, va a ir escalando por segmentos. El analista Raymundo Rivapalacio, da cuenta de las inclinaciones de los empresarios. Cada vez menos, van a escuchar el canto de las sirenas rumbo a las escolleras.Ya no los va a sorprender alguien como Romo, el ingenioso del embuste.
Por otra parte se gastan las maniobras destinadas a otro momento, porque para Obrador todo se puede desmoronar. El escenario al cierre de esta etapa de precampañas, se volvió repetitivo y le subieron al nivel de riesgo, mostrándo cartas mayores, dos ejemplos: las encuestas de El País, diario de izquierdas; y los comentarios de Carlos Slim a través de testaferros, en el The New York Times dando ambos medios, como seguro ganador a Obrador prematuramente.
Son los esfuerzos de los monopolistas, incluyendo a la malograda Televisa, por colgarse de un clavo ardiendo, apostando a volver al pasado, a ver si son reversibles las canonjías perdidas.
Pero no será así. Carlos Slim seguirá perdiendo. Ya tiene 30 mil millones de dólares menos. Quiere que Obrador llegue para sacarlo del hoyo; hasta invitó tragos de whiski de 40 años a Bill Clinton... para avalar a Obrador, no nada más como aficionado del beisbol.
Solo hay un detalle: con un leve retraso en la Historia. Los Clinton ya no mandan.
Es Trump, y por eso no pueden los Murat darle caballazo a Meade; porque Videgaray es el único interlocutor que tiene el gobierno de México, es el que lo metió y estará con él hasta que pierda rotundamente. Los dos quieren salvar su cabeza.
A Salinas y a Peña, publicamente ya los amnistió Obrador... deben estar preocupados.
Anaya va ganar.