Columna GEOPOLÍTICA del 4 de abril de 2018
Jorge Miguel Ramírez Pérez.
Dos dichos famosos que usan los políticos de Estados Unidos se refieren a patos; uno dice, que si algo camina, grazna y mueve la cola como un pato debe ser un pato; el otro, se refiere a un pato cojo que en una carrera lo vendan a sabiendas que a la mitad de la competencia, se le romperá la patita irremisiblemente, pero como le precede fama, le apuestan los que no saben.
El primer caso es de identificación de un fenómeno por sus características y la lógica que lo determina. El segundo caso es permitir incluso alentar que un político compita en sabiendas que trae elementos que lo descalifican.
En la contienda, si es que es una contienda; los dos esquemas sirven para aventurar una hipótesis porque la lógica no deja de tener vigencia en la política, y lo que está sucediendo solamente se puede explicar a partir de algo normalmente inusual en toda su dimensión, -no digo que no existan antecedentes previos de estas manipulaciones- solo que ahora, los factores son muy rebuscados y todo parece que lo que tenemos sí coincide en la identificación del artefacto político que como dice el proverbio, es un pato: el gobierno está jugando a confundir y tiene preparado un acuerdo subrepticio para no salir del juego usando de patos cojos, o que parecen ser patos cojos.
¿Porqué lo afirmo?.... porque todo está muy raro. Un listado de inconsistencias a vuelo de pájaro, demuestran que las cosas no traen la manufactura de una lógica lineal; sino una armazón cuyas piezas no embonan por sí solas. Están allí porque se ha planeado que allí estén.
Pongamos el caso de la autorización que el INE le otorgó a López Obrador para que el Morena se convirtiera en un partido político; cuando se sabe que el gobierno siempre tiene la última palabra en integrar partidos políticos que solamente deben ser afines, para que se les de la voz de arranque.
Para nadie es un secreto que en el reparto de partidos políticos durante la presidencia de Salinas, por ejemplo quien llevó la voz cantante fue el desaparecido Manuel Camacho, que armó el PEVEM para Jorge González el padre del "Niño Verde"; a la educadora Elba Esther Gordillo, le concesionaron el PANAL; Raúl Salinas de Gortari metió a Alberto Anaya al frente del suyo el PT, y así han seguido repartiéndose los partidos nuevos, el PES lo prohijó políticamente Calderón, pero su validez se la debe a Peña. Pero el Morena le debe la vida a Peña Nieto.
Obviamente que el acuerdo lógico es que el Morena jamás le levantaría la voz a su padrino y propulsor. Por eso siempre que tiene oportunidad López Obrador grita a los cuatro vientos que no procederá contra Peña Nieto.
Eso fue parte del pago para tronar hace siete años la alianza del PAN y el PRD. La confrontación con los Chuchos fue definitiva, pero Peña le cumplió con el Morena, mientras se daba el cumplimiento de ese pacto, Raúl Salinas le prestó el PT, que hoy nuevamente está con él.
En esta elección presidencial no tiene López Obrador a nadie que se le enfrente; el único que iba pisándole fuerte los talones era Ricardo Anaya; pero Peña le mandó una andanada de golpes en los medios y con la PGR; y hoy anda por la tangente. Algunos temen que no suceda como con Rubén Mendoza hace 14 años, quien le iba a ganar a Peña la gubernatura del Estado de México y bastó que le mostrara la gente de Montiel algunos documentos arriba de un helicóptero, para que empezara a reducir su campaña. Si Anaya sigue con los palomazos y con los hacketones, eso da a entender.
Los errores del PAN en Guanajuato y en Yucatán desconsideran la valoración de un triunfo. Muchos estados proclives a votar por el Frente, no tienen coordinaciones eficaces y no se sienten entre la población. Ojalá sean acomodos y no el temor de un competidor tocado que se puede desvanecer.
De Meade no hay nada que hablar porque todo lo que dice es mentira. Es cojo, desde donde se le vea. No es lo suyo lo político, necesita su visera un lápiz en la oreja y sus cubre mangas. No tiene argumentos, eso de los ingresos y cómo viven los adversarios, no es tema; el tema es su política fiscal persecutoria contra los particulares; y a la vez la forma de solapar los cuantiosos hurtos de todo el andamiaje de la delincuencia política de cuello blanco. Es perder líneas comentar más. Ya le tiene reservado en el plan, López Obrador la secretaría de Hacienda, ¡va a decir que lo incorpora porque no es priísta sino ciudadano!
De pasada está la señora Calderón, otra que está muy inflada y de pasada le restará votos al PRI; le hace la segunda a Meade y va a dividir más el voto, no al PAN que la detesta –solo los que tuvieron puestos inmerecidos, están con ella- los demás sus guaruras y párele de contar. Ya no les sirve a los de arriba como los otros seudo independientes, pero no quieren que salga como los inventos del Bronco y Ríos Pitter, que ahora son respondones.
Por eso han dejado hacer y deshacer a López Obrador; es un plan que llevan bien: meter patos cojos con un pato mediocre. A ver si Anaya les gana la conspiración y demuestra que no lo tienen agarrado de una pata.