CULIACÁN.- (Noroeste) Imagine usted que en sólo siete días la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca se quedara sin ningún servidor público. Que el director de Apoyos y Servicios a la Comercialización presentara inesperadamente su renuncia y los trámites de miles de proyectos productivos sinaloenses se detuvieran. O que el subsecretario de Pesca solicitara súbitamente un permiso indefinido, y dejara a miles de pescadores sin motores para sus pangas al inicio de una temporada de captura de alguna especie marina. Seguramente la actividad primaria, clave en Sinaloa, se devastaría. Algo similar sucedió en las dos últimas semanas, cuando al menos 129 políticos, entre ellos alcaldes, diputados, regidores y servidores públicos del Ejecutivo estatal y de los 18 Ayuntamientos, solicitaron licencia y permisos, o simplemente renunciaron. Estos políticos buscan una candidatura a un puesto de elección popular, se mueven de un cargo a otro, sin concluir sus labores que les fueron confiadas por los ciudadanos. Van como "chapulines", saltando de la diputación a la Presidencia Municipal, de la Presidencia Municipal a la diputación, y así cada tres años cuando el Consejo Estatal Electoral convoca a elecciones populares para "renovar" los gobiernos de los 18 Ayuntamientos y las 40 curules del Congreso local.