Columna del 14 de octubre del 2019
¿A dónde se fue el dinero de los ahorros?
Jorge Miguel Ramírez Pérez
Ya se sabe que Hacienda viene con el machete pelón. Que va a intentar por enésima ocasión meter a los informales, no a todos, sino a los que trabajan mas derecho, en el régimen fiscal para recaudarles una lana de sus exiguos ingresos: a las señoras del Amway, de Jafra y de otros esquemas en los que se ayudan para completar el gasto.
También sabemos que las gasolinas seguirán en su alza acostumbrada, ahora con el pretexto de siempre, que es: por efectos internacionales.
Y para aquéllos que siguen la buena costumbre de ahorrar , se les va a incrementar la retención, para castigarlos por creer en los hábitos de meterle algo al cochinito. Así es Hacienda, una madrasta de los que cumplen y una que presta todo el cuerpo, a los que secuestran camiones y personas, bajo la bandera que son pobres, se dicen muy pobres, pero muy gandayas.
Pero eso finalmente tiene la enseñanza para que el pueblo se desquite del pueblo esforzado. Porque es como un castigo extra el comprar su carrito y no usar el metro donde hay, y donde no hay, pues que se la arreglen; y lo de las señoras que venden por catálogo, también es un castigo, por impulsar el consumismo, han de decir. Porque solo lo que hacen y no hacen los que mandan, es lo que vale.
Ese es el populismo en realidad: un modelo del mitológico Procusto, pero mediocre; para que todos tengan un perfil homogéneo, no superior sino inferior. Para que sea el poder público el único elitista. Eso pensaban Lenin, Castro y Maduro. Achicar la brecha de los que tienen, con los que no tienen, pero para abajo todos, parejos.
Y entonces todo el presupuesto que pueda impulsar la agricultura comercial, hay que bajarlo o desaparecerlo; porque ¿cómo se atreven a recargar la economía con divisas?, cuando de lo que se trata es darle algo, no suficiente tampoco, a la siembra para supervivencia. Nada más.
Y lo mismo en las obras públicas, como han abusado de la corrupción, ahora que las carreteras se llenen de baches y los canales a desazolvar que sigan así, al cabo en las inundaciones los pobres pierden poco, los que pierden son los que tienen más, ¡Que caray!
Y en el 2020 vine un presupuesto para afectar la economía y hacer que todos bajen un escalón social, menos los que ya no pueden bajar más, porque ellos van a seguir igual, por un rumbo idéntico, porque lo que les dan de programas sociales, sirven para pistear una o dos veces, no más; aunque gente del lumpen que ascendió como Rosario
Robles aseguraba que con doce pesos diarios se puede vivir. ¡Hágame el favor! Esos son los datos oficiales. Pura magia.
Porque es cierto que la burocracia era y es enorme, es cierto que los liderazgos eran intermediarios abusivos y que con Peña, la simulación de obras y servicios llegó a niveles impensables.
Que las estructuras dizque autónomas nunca lo fueron, y que los partidos políticos son insaciables; que la normatividad del medio ambiente y cualquier regulación eran para que las mafias enquistadas pudieran sacar dinero únicamente; y que lo mismo hay que decir de los contratos de petróleos y de lo que el gobierno haya manejado.... pero esas verdades sin pruebas fehacientes y sin castigo a los cientos de atracadores y simuladores, son solo una burla porque no pasan de lo anecdótico.
Pero se trata de conducir un país. De recomponer un camino, no de borrarlo y quedarse sin brújula en medio del desierto.
A estas alturas, Hacienda, ya debería tener por lo menos, un diagnóstico puntual del gobierno y manejar una propuesta integral de la administración pública federal, de toda o siquiera de la que quedo prácticamente sin tareas, la que está en el limbo sin perspectivas, sin sanciones y sin planes de nada.
Porque el presupuesto del 2019 no se ejerció para lo que se definió.
Ya vamos a la mitad de octubre y el Secretario de Hacienda responde con las vaguedades tradicionales, generalidades sin precisión.
¿Y donde está el dinero ese? Todo el que no se uso, por ineficiencia, por corrupción o por lo que usted quiera y mande...¿Donde?
Es el dinero de las aportaciones, es dinero etiquetado, que es cierto también, con Peña se lo robaban. Pero había otras formas de controlarlo, no desaparecerlo.
Es un dineral de la bolsa participable lo que corresponde a las aportaciones, son el 38% del total, ¡fácil! casi lo doble que las participaciones, que integran el presupuesto de todos los estados.
¿No es así? ¿dónde quedó ese dineral del 2019? y no se gastó como se aprobó. Le dicen subejercicio, pero en realidad Hacienda no lo dispersó como se señalaba para el 2019. Y como nadie sabe argumentar y les da miedo reclamar, en el 2020 ya lo desaparecieron; así de fácil.
La tarea es de aritmética. Tarea difícil para los opositores que prefieren andar defendiendo el pasado, que ponerse a sumar e indagar, cómo les birlaron la lana bajo la inexacta versión de que son programas electorales... perdón, se les dice "sociales".