Columna del 13 de enero del 2020
Irán no es de fiar
Jorge Miguel Ramírez Pérez
Que Irán haya reconocido su responsabilidad en el derribamiento "accidental" del avión de Ukraine International Airlines el miércoles pasado, matando a 176 personas no es un asunto menor y no fue gratuito, precedió a los reiterados señalamientos de Occidente para que explicara el régimen islamista los hechos; menos se puede aislar el suceso a la actitud vengativa del régimen, por la muerte de su caudillo, el terrorista general Quassem Soleimani.
En principio, hay que decir que casi nadie en el mundo quisiera una guerra entre Estados Unidos e Irán no solo por lo encarnizado que puede resultar, sino porque está en juego la paz mundial que, en el Medio Oriente, siempre representa un riesgo mayor por los conflictos políticos, étnicos y religiosos que tienen décadas en la línea de incertidumbre y violencia.
En ese contexto, está latente siempre la opción del uso de armas nucleares que serían devastadoras no solo para los involucrados directamente, sino para todo el orbe. En 1945 se dio esa lamentable solución, ante la persistencia de Japón de seguir sin ceder en el conflicto, aunque los costos en vidas humanas y demolición material se prolongaran ilimitadamente. En este caso Estados Unidos, de un zarpazo finiquitó el conflicto con los terribles episodios de Hiroshima y Nagasaki en 1945.
Pero esos días nadie quiere que se repitan, aunque todos los tienen en mente.
Y es que las protestan contra la guerra no solo se manifiestan en el Occidente sino suman también a cientos de iraníes en Teherán, que a su vez quieren que renuncie el Ayatolá Alí Khameni, líder supremo del régimen islámico cuya legitimación original, nunca satisfizo a grupos contrarios porque hubo maniobras, para que, sin tener el título de ayatolá; Kahamení ascendiera en 1989 a encabezar la "Revolución Islámica" fundada en 1979 por el Ayatolá Rullá Jomeni, tras el derrocamiento del Sha de Irán.
Los iraníes disidentes señalan a Alí Khameni como propulsor de medidas autoritarias, sobre todo en lo que hace a las mujeres y su vestimenta; al control de los medios y a la penetración creciente del régimen en todos los aspectos de la vida comunitaria.
Las manifestaciones recientes por las alzas de precios y sobre todo de gasolina han sido duramente reprimidas por Khameni, a pesar de que Irán tiene las terceras reservas mundiales de petróleo, incluso segundas, si no se consideran las de Canada de "petróleo no convencional". En los últimos meses se habla de nuevos yacimientos por explotarse.
El hecho es, que Irán padece las sanciones económicas y comerciales, impuestas por Estados Unidos, después de que Donald Trump cancelara el programa de cooperación nuclear, que Obama había firmado en 2013, para contener las amenazas iraníes bajo el falso compromiso que el enriquecimiento de uranio,
estaba destinado a una planta de energía eléctrica; y no como se sabía de parte de las fuentes de inteligencia, con el fin de obtener armas nucleares como propósito prioritario.
Donald Trump contra las opiniones de los demócratas que no desembocaban en soluciones, sino en la prolongación de la amenaza cortó esa relación y desmontó las verdaderas intenciones de los clérigos islamistas que dominan el país. Hoy lamentablemente se ve que hubo razón para frenar el programa nuclear.
Porque calificar de un "error humano" la orden de abatir el avión ucraniano es inadmisible, aunque el general Amir Ali Hajizadeh comandante aeroespacial de la Guardia Revolucionaria, que Soleimani encabezaba, señale a un operador de misiles como chivo expiatorio.
Y no solo se justifica el encono de Trudeau el primer ministro canadiense por la irreparable pérdida de sus compatriotas y demás pasajeros; sino la repulsa por una maniobra a todas luces infame y cobarde, contra un avión civil.
El asunto pone de relieve la gravedad de que el régimen islamista pudiera tener acceso a la tecnología nuclear. En primer lugar, negaron su responsabilidad por tres días, y cuando se vieron evidenciados por los hechos admitieron el error supuesto de un subordinado que hará el papel de víctima patriótica.
Ahora imagínese amigo lector, usted que con buena fe quiere la paz; si le siguen con el programa nuclear es tanto como darle a un loco irresponsable una bomba que puede disparar en un momento de desquite y rabia; y luego justificar como "error humano".
Los clérigos iraníes fanatizados en la entelequia que profesan, no tienen límites, quieren de entrada destruir Israel y Estados Unidos como lo afirman en sus discursos cotidianos; después a sus vecinos musulmanes sunníes, como Arabia saudita, Emiratos y los que se le atraviesen.
Así que construir la paz requiere algo mas que la sola voluntad, para el que amenaza se calme...