Columna del 19 de febrero del 3030
Reflexiones sobre la inseguridad
Jorge Miguel Ramírez Pérez 
Lo primero que me viene a la mente es que el gabinete actual no solo no está preparado para gobernar, sino que ni siquiera tienen una idea del problemón en que se metieron.
Dan la impresión de que sin saber un ápice de lo que es y significa la palabra gobernar, se aprovecharon de la ingenuidad de los votantes del 2018 para ocupar cargos que les quedan muy grandes. Para esta gente, lo único que entienden de “gobernar” es hacerle al Santa Claus huehuenche: repartir dádivas directamente esperando que los que reciben, estén -ante ellos- hincados de agradecimiento, y que por una beca o un apoyo empeñen su alma de por vida, ante la llamada 4ª. transformación y sigan votando para que el fracaso se asiente definitivamente en este país.
Esa pobre visión despectiva hacia los mexicanos, tratándoles a todos como pedigüeños o muertos de hambre, es el único programa de gobierno del que disponen.
Muchos han esperado un plan de desarrollo que surja de la chistera del merolico, para arrancar la economía y sacarla del estancamiento que amenaza los seis años; pero no hay tal, y si existiera ese plan, es tan secreto, que nadie lo sabe, ni ellos.
Lo mismo debe decirse de la estrategia de seguridad. No existe.
Mataron a mansalva a mujeres y niños indefensos, con la saña de chacales y no hay, después de meses, ningún esclarecimiento. La estrategia es que se les olvide a los familiares que existieron sus seres queridos; al fin que al pueblo bueno y sabio no le importa absolutamente nada, su bondad es tan peculiar que lleva el egoísmo al nivel de virtud exaltada y su sabiduría es tan completa, que se contenta conque se pitorreen de la tragedia y que se les califique a los dolientes como payasos de un show.
Burla y no hacer nada, es la estrategia.
Y así quedan para sepultar en los recuerdos de un pueblo sin memoria, las masacres durante un año en: Tamaulipas, Veracruz, Hidalgo, Guanajuato y Michoacán. Los hacinamientos de migrantes en las fronteras Sur y Norte, alebrestados por la misma señora Sánchez Cordero a venir a México; los vandalismos en la Ciudad de México de lo mejor de la cultura: estatuas, monumentos, edificios históricos, convertidos en muladares; las agresiones a las instalaciones en la UNAM, las tomas de las carreteras por la falta de apoyos al campo; los hoyos en las finanzas de las pensiones; la desaparición de medicinas; los contratos de dedazo abierto, a lo cínico; la falta de transparencia en las cuentas del Aeropuerto, porque nunca ha sido demostrado el fraude tan cacareado a nivel rumor. Allí se quedo, en la nada.
Quedan también para el silencio de los ingenuos, el desbarajuste de las delegaciones federales, que nadie sabe nada de ellas y allí siguen; el mega atraco a la cuenta del 18 % del Fondo General Participable, del ramo de aportaciones federales, miles de millones que les birlaron a los estados sin que ningún gobernador chistara; y abusos en el reparto del pago electoral, que le dicen apoyos sociales; así como en la manipulación partidista de los fondos, con empleados que no lo son, los dizque servidores de la nación, equipo de porros del régimen que pertenecen a las diferentes tribus del Morena que está por desaparecer, porque su líder no los pudo controlar. No lo pelan. ¡Así!
El pago a seudo líderes religiosos y chamanes de la fracasada cartilla moral, de la que ya nadie habla; fracasos en la política exterior del tamaño que me los pidas, lo del dictador Evo Morales, que ahora les mienta la madre; el fracaso de convencer a Maduro que entregara el poder y se refugiara en México; y hasta la traición a sus amigos del crimen organizado que ya les han pegado en los dos últimos meses con mas de 130 extradiciones fast track. Mientras se pelean los del gabinete de seguridad sobre la nada, porque ninguno tiene soluciones.
Y mientras matan niñas y el Gobierno de la Ciudad declara contradicciones en las necropsias, cubriendo a la mafia, porque no se sabe donde empieza ésta y donde termina la autoridad, son lo mismo en Iztapalapa, Xochimilco, Tláhuac, Álvaro Obregón, la Cuauhtémoc donde tres veces han aprendido al líder del crimen y tres veces han errado en fincar el debido proceso. La izquierda lleva en el poder de la capital 23 años seguidos, desde el siglo pasado 1997, y voy a creer que no saben que pasa. ¡Puros fracasos!
Enfrentamientos violentos en el Aeropuerto, incremento del huachicol y puros chismes para distraer a los tontos en las mañaneras...
Y me falta mucho más: desempleo, corrupción y el rotundo fiasco en la siembra de árboles con costos inflados que ya los quisiera el gabinete peñista cualquier domingo.
Pero lo que mas duele es la inseguridad y la burla de las bestias que despellejan a sus mujeres y les saquen las entrañas; y que, lejos de consternación, se les ratifique como humanos con derechos. Lo que mas enardece es que se siga con la irresponsabilidad y cobardía como argumento de un ñero listo, del porro astuto; con la especie de que se van a atacar las causas de la inseguridad, que son las carencias sociales. Discurso de los anarquistas del siglo XIX.
Porque los mexicanos se “van a volver buenos” por autoconvencimiento; luego que experimenten ese renacimiento a la bondad espontánea, entenderán que no se puede usar la violencia, igualito que Fox quien dijo que la violencia, ni legítima. Es decir, mandado al basurero todas las leyes, la Constitución y rajándose del único trabajo verdadero para el que se les nombró presidentes, el de poner orden (punto).
