Columna del 24 de junio del 2020
Un adelanto a las elecciones del 2021
Jorge Miguel Ramírez Pérez
Se dice que las elecciones del 2021 serán definitivas para lo que pase en el país. Grupos molestos con lo que sucede a diario, afirman que se debe detener el daño en las elecciones, porque será irreversible.
López Obrador maneja desde que triunfó en el 2018, que las transformaciones deben ser apresuradas "para no perder impulso".
Está urgido de cambios todavía, pero su agenda ya tropezó varias veces, en todos los temas. La boca le ganó y no la contuvo.
Debió pensar que no conoce la operación del gobierno, que se guía por los dichos del priísmo rancio, como ese para frenar a la prensa de: "no se puede criticar a tres, al presidente, al ejército y a la virgen de Guadalupe", era la consigna de la tropa de la Federal de Seguridad. Retrasado unos ¿cincuenta años?
Aparte no tiene gente de calidad en los cargos públicos, son aduladores que no le entienden al negocio público... ni a ningún otro: soñadores cuyo único afán es creerse el cuento de que es fácil robar, sin ton ni son.
Peña y su banda eran cínicos porque tenían quienes en la penumbra les aconsejaban. López tiene jacobinos exaltados, que quieren robar, pero no saben cómo, solo saben cuánto. Y enloquecen. Allí está la hija del guerrillero Pablo Sandoval, Eréndira que saltó a un cargo inmenso para ella, y ocultó bienes que la retratan como una magnate de bienes raíces, junto con el marido, que también quería le entregaran la UNAM.
Y la lista de los "nuevos ricos" crece. Dice un amigo, en algo se mejoró: con Peña, los ladrones eran unos 2000; pero ahora son solo 200.
Y haciendo cuentas andan perdidos más de 700 mil millones de pesos, que no se sabe donde pararon. Por eso Herrera se consolida. Vamos a ver como resuelve la Auditoría Fiscal de la Federación de David Colmenares, los hoyancos. Parece que nadie los vigila.
Y la agenda quedó trunca en todo, hasta en los árboles que dizque iban a sembrar, porque le vendieron a la cabeza, puros imposibles; todo mundo sabe que no es así, como se reforesta. Tampoco pudo descentralizar las oficinas públicas; tronó el seguro popular en el peor momento, y lo sustituyó con nada. No pudo desmantelar las delegaciones federales, como era su intención inicial; no ha podido revertir las reformas energéticas, sin toparse con una barrera jurídica y con intereses internacionales; no pudo diagnosticar el curso de la pandemia. ¡En todo se equivocaron!
No pudieron idear un sistema para que no se cayera la economía, ni siquiera lo intentaron y han demostrado en cuatro meses que la burocracia central, las estatales y las municipales sirven para lo que se unta al queso.
En esta etapa se palpó que no hay razón de ser de muchos aparatos de pseudo gobierno, que cobran sueldos sin devengarlos en la realidad. Mientras el ejército está en calidad de una constructora, la delincuencia está apoderada de regiones completas y de las que no, parcialmente hacen de las suyas con patente de corso.
Analfabetas e improvisados ocupan cargos, puros cuates; los morenos no dejan pasar a nadie, son como los atlacomulcas.
Pero con todos esos errores y muchos más que llenarían páginas hasta el aburrimiento, tiene más del 40% de aprobación. Y se van a quedar con el Congreso en el 2021. En su momento, analizaremos las gubernaturas.
¡Sí, porque la gente no entiende que está perdida esa elección, el sistema de partidos está hecho para eso, para pulverizar el voto y que no ganen los que se oponen!
Morena está en el peor de los mundos, su dirigente Ramírez Cuéllar propuso una Gestapo con el INEGI, para investigar si hay piezas de Lladró en las casas, para cobrarles un impuesto o quitárselas. De risa loca. Quiere meter a la cárcel a Citlalli Ibáñez, alias Yeidckol; la auditó con las manos en la masa. Pero Obrador la va a perdonar, como perdonó este fin de semana a Cuauhtémoc Blanco, dejando en ridículo a la inteligencia financiera del atlacomulquense Santiago Nieto.
Morena no existe como partido, es siglas, no tiene cuadros dirigentes, las candidaturas las rifan. Lo que tiene es gente en lo electoral a sueldo: "siervos de la nación" para las ciudades y "sembrando vida" para el campo; grupos de choque: "los comités de defensa". Y tiene delegados del régimen, en la figura de súper delegados. Y tiene el dinero que todos suponen perdedizo.
Una elección de estado se gesta.
Pero la oposición es exactamente la que quieren. El PAN con el cuento de caperucita, invita al cadáver del PRD, en alianza para lateralmente incorporar sus propuestas de matrimonio igualitario, aborto y políticas de género. Obran exactamente en contra de su base original, para restarse votos y seguir en control de las siglas que les dan plurinominales, ¿o no?
El PRI y la carabina de Ambrosio es lo mismo, un partido de otro siglo, súper quemado, hasta la exageración: Lo que quiere, es hacerle al patiño con López, pero ya no le sirven. Ya le sirvieron zancadilleando a Anaya en la pasada elección. El PRI carga una nomenclatura en la que el más pobre tiene departamento en Houston y es compadre de algún narco. Son de asco.
Está, "México Libre", de Calderón que se dio cuenta que entregó el poder al PRI y no se lo devolvieron, como se lo imaginó ingenuamente. Actuó contra el PAN, y lo va a volver a dividir, es su trabajo. Por eso va estar en las boletas.
Y luego la chiquillada, toda o casi, de... AMLO.
Catorce partidos en total, así que.... a pensarle.