Columna del 7 de septiembre del 2020
¿Cómo quedan los partidos?
Jorge Miguel Ramírez Pérez
Los partidos políticos son indispensables para el funcionamiento del sistema político democrático. Se supone, que canalizan el interés de un electorado diferenciado por grandes corrientes de inclinación ideológica o de intereses comunes para enfocar los problemas de la vida colectiva.
Un sistema de partidos que represente a la sociedad en su conjunto es lo que se busca teóricamente, para que el ciudadano se sienta comprometido y participante en las tareas de gobierno.
Originalmente a nivel mundial las características de esos institutos, como señalé, era su ideología, es decir, la fórmula para razonar las soluciones desde un enfoque de valores básicos, la libertad como preponderancia para los partidos de derecha; y la igualdad, como referente sobresaliente para los de izquierda, en términos generales.
Se entendía que los empresarios querían libertad, así como los profesionales y las capas más preparadas de la sociedad para alcanzar sus objetivos, sobre todo en un contexto de mercado para competir en calidad y servicios. Los comunicadores y los interesados en ejercer las libertades de expresión y asociación como las iglesias, también tendrían que tener preferencias por los regímenes de libertades, que a la vez propugnarían por controlar a los prevaricadores del orden, algo indispensable para respetar la vida de las personas y sus bienes.
En sus formas negativas, la derecha se caracteriza por aumentar el consumo de bienes innecesarios incluso, sus élites siempre quieren hacer "un poco más de dinero" muchos son insaciables, actúan como si se fueran a terminar las oportunidades.
La izquierda por su parte, es conocida en el mundo, por su discurso de igualdad que significa en términos prácticos, aumentar impuestos y hacer crecer la maquinaria de la burocracia tratando de sustituir en la medida de lo posible y a veces hasta lo mas imprudente, a los empresarios por oficinas de gobierno, que complican trámites, los repiten y recrean una élite de privilegios burocráticos bajo la supuesta defensa de los mas desprotegidos. En lo negativo, la izquierda se caracteriza por movilizaciones permanentes y caóticas y lideres todólogos e insuflados, que no aceptan críticas y quieren perdurar directamente o indirectamente en el poder.
En ambos sistemas poco mejoran las condiciones de las desventajas sociales, que tienen raíces mas profundas. Pero es un hecho que con las facilidades a la inversión, hay empleo.
La ventaja de la democracia en los países donde se practica de tiempo, es que cuando los votantes se hartan de que los defectos rebasen a las virtudes, los puedan a cambiar en el periodo subsiguiente, pero si dañan en el transcurso, es casi imposible impedir que no lo sigan haciendo hasta que termine el período establecido. Solo los gobiernos parlamentarios tienen las facilidades de hacer y deshacer gobiernos de acuerdo a los vaivenes políticos, con daños mínimos generalmente a la estabilidad de esas naciones.
En México no se cumplen en la práctica las consideraciones democráticas básicas arriba anotadas, en principio, porque no hay sino partidos que se autodenominan de izquierda y progresistas. Es decir, todos los partidos pretenden como meta jamás cumplida, resolver el problema de la pobreza, es decir, acabar con la desigualdad. Al final los números que no mienten, todos, llámense como se llamen, todos la incrementan.
Morena, el PRI, el PT, el PRD, el Movimiento Ciudadano, Encuentro Solidario, y hasta el PAN son de alguna gama de las izquierdas, éste último tiene una ideología humanista, y por lo mismo como las de los demás partidos humanistas marxistas, con un enfoque similar, solo que en la variante de un humanismo escolástico. El PAN tiene como prioridad también, atacar la desigualdad, no pondera el tema de producir más riqueza. Actualmente el PAN tiene cuadros que promueven la ideología de género y desde que Calderón, se alió al PRD, que está en contra de las políticas de vida y familia, es tibio en ese posicionamiento.
No incluí al Partido Verde, el club de los juniores de los priístas viejos, porque eso no es nada. Es una banda depredadora, que ha sido aliada de todos los gobiernos y de todos los partidos en el poder, dejando una evidencia más, de que todos los gobiernos no solo tienen semejanzas, sino en el caso del Verde el comportamiento del poder ha sido preciso, todos lo han contratado con sus votaciones, a cambio de que se mantenga de parásito, con porcentajes precarios.
En esta ocasión los partidos que pretendían el registro, menos el partido de Calderón y el de Espino, ambos enemigos irreconciliables, eran de esa amorfa izquierda: las Redes Sociales Progresistas y el que fue el PANAL, de los maestros sindicalistas de ambos bandos; el de Pedro Haces, un político obrerista; el de César Augusto Santiago, aglutinador de abuelos mapaches del PRI; y Encuentro Solidario apoyado por líderes religiosos adoctrinados en la teología de la liberación en su rama evangélica. De izquierda.
No quedó ninguno de ellos, solo Encuentro Solidario que pasó de panzazo, de hecho, sus plataformas como dije, no tienen diferenciación y desde allí, deberían haber sido bateados; ahorrándoles el tiempo perdido, "con reglas claras", como dijo uno de los dirigentes tirados por la borda.
El de Espino, exlíder del PAN se suponía de derecha, pero sin ideología de derecha, que chistoso. Y el de "México Libre" de la familia Zavala-Martín del Campo, dirigida por Calderón, donde no se veía a la derecha empresarial, sino a una corriente clerical con fuerza menor, como le demostraron los consejeros, -por cierto, en un papel inusitado de "legalistas"-, que hicieron asambleas en templos, como si no supiera el errático expresidente, que era súper vigilado y que sus ingenuidades y berrinches frívolos como pretendió gobernar en el pasado, no le iban acarrear sino enemistades que si duran, no como su paso en el gobierno que fue efímero.
Así como quedaron.
Todavía son muchos partidos, que no se diferencian unos de otros, por eso sus representantes brincan de un lado al otro, son gente muy parecida, casi todos con el mismo corte: se dicen luchadores sociales, pero son: estatistas, alérgicos a gobernar, improvisados, autoritarios, sin ideas, y se la pasan alegando privilegios.