Columna del 27 de enero del 2021
La apuesta de Sinaloa por la Alianza de Partidos
Jorge Miguel Ramírez Pérez
La alianza de partidos empieza bien en Sinaloa. El perfil seleccionado del senador Mario Zamora suma a los intereses del grupo gobernante local que parecía autorreferente, el apoyo de los políticos de la gama nacional, de todos los partidos unificados. Es un caso relevante, se aglutinó en torno a un político joven pero experimentado, el objetivo original de una alianza estratégica para detener el deterioro decretado por la incapacidad y la improvisación de un gobierno empeñado en un programa de mentiras y frivolidades, como es el gobierno de Morena y sus aliados.
Las amenazas al país no son menores, para este año los legisladores de Morena han planeado una escalada de gran agresividad, encubiertos en la distracción de la pandemia y en los escándalos de los errores criminales de su manejo. Quieren, como si presintieran que no lo van a poder hacer en otra oportunidad, tirar los cimientos de la autonomía monetaria, golpeando al Banco de México con una iniciativa al vapor que le resta facultades y la sujeta a las inestabilidades de las corrientes políticas de ocurrencias.
Entre otras bribonadas, ya prepara el senador Narro, de parte de las fracciones que representan al gobierno, una ofensiva de expropiaciones y de un golpe, acabar con la productividad agropecuaria del país, constriñendo la propiedad de la tenencia de la tierra a cinco hectáreas, para que se fragmenten las unidades que dan de comer a los mexicanos y que, además, traen divisas al país. En el 2020 fue el único rubro que pudo, sin ningún apoyo, sumar ingresos a México por más de 26 mil millones de dólares. Junto con las remesas, que llegaron a los 40 mil millones de dólares fueron los dos conceptos que pudieron superar los descalabros causados no únicamente por la pandemia, sino por un gobierno ausente de capacidad, y sin rumbo.
Por esas y otras razones evidentes que se expresan en cifras no en dichos sin sustento, la unidad de contrarios y la suma de esfuerzos se hace imprescindible.
Sinaloa que tiene su economía fundamentalmente fincada en la producción agrícola con cerca de un millón de hectáreas de riego, tiene que reaccionar contra los embates de los que medran con resentimientos y odios, como moneda de cambio.
No se puede seguir permitiendo que el mal gobierno se quede con los dineros de los estados y municipios: los fondos de aportaciones fueron desapareciendo durante estos dos años y para el 2021, van a aplicar la misma receta. El objetivo: sumir las economías locales en la pobreza y la falta de inversión pública. Estamos hablando de un dineral, un apoyo mas que complementario para paliar las limitaciones del fondo general participable.
Asombraba que muchos gobernadores, alcaldes, y políticos no parecían tener los instrumentos para detener la escalada de destrucción de las instituciones y de la economía de los estados. Pero, como todo tiene su tiempo, así como sentencia el Eclesiastés; desde la sociedad civil, mas allá de la sociedad política, surgió la estrategia de la defensa de México.
Por eso la alianza partidista se origina en la sociedad civil y no como creen sus enemigos, en una simple componenda partidista. Su fortaleza es una sociedad lastimada que, ya decidió impedir la caída de México, que determinó parar a la mentira como programa único de gobierno.
La incapacidad, la improvisación, y la corrupción de la horda que se sumó a la suerte política de un liderazgo, no tiene salida, no pudieron sacar adelante ninguno de los retos nacionales.
La alianza en el país tiene un futuro inmediato porque está animada por la generosidad.
En Sinaloa, se optó por el mejor perfil y la gente recupera su tenacidad. Zamora tiene un gran reto: conducir una maquina plural, que aglutina talentos y capacidades que se van a necesitar en el trayecto de campaña y de gobierno, con un liderazgo congruente. El hombre sabe de batallas y de experiencias difíciles, de administración pública y de trato social. La apuesta está en marcha no hay que detenerse.