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Los orígenes del entreguismo y las notas laudatorias a Biden

Columna del 10 de febrero del 2021

Los orígenes del entreguismo y las notas laudatorias a Biden

Jorge Miguel Ramírez Pérezjmramirez4

 

Muchos autores recientes que investigan la historia mexicana, como Raúl Bringas Nostti en uso de los datos y el sentido común, refieren, por ejemplo, que la invasión de los marines estadounidenses de 1847-1848 en México, una vez apoderados de la capital, nunca fueron rechazados por la población, por el contrario, les significó ingresos y una forma de coexistencia que no es la de rechazo a los invasores, lo que difiere de lo que enseñan en las escuelas primarias los profesores y el texto gratuito, en donde manifiestan con vehemencia patriótica ante sus auditorios infantiles, la supervivencia bajo un sentimiento de humillación. Y es de entenderse la verdad, porque después de 173 años, lamentablemente, muchos mexicanos de hoy ven en los políticos estadounidense la solución política de los problemas de nuestro país.

Suponen los que así se expresan que acordes a la propaganda de sí mismos, los estadounidenses van actuar en favor de sus vecinos, incluso tomando las riendas del poder nacional, ante lo que pudieran considerar las indolencias de las autoridades propias. Están muy mal, los que así piensan. Y lo hacen porque ven afuera las soluciones de adentro. Sueñan traicionando la elemental lógica, con un vecino que se va a meter a tu casa a arreglar a toda tu familia, tus problemas económicos, sicológicos y axiológicos para que su agenda se convierta en la tuya y la defiendas como si fuera la propia... a eso le llama Joseph Nye, poder cooptativo. Y se aplica, no es nuevo, es un mecanismo geopolítico.

Son muchos quienes escriben del regreso a un paraíso de sabiduría política con Biden, relatan a destiempo lo que sintieron, como si fuera cierto, lo que llaman la pesadilla con Trump, tomando partido por los demócratas que en la práctica son los que más han lastimado los intereses de México. Simplemente Obama, es el que mas deportaciones hubo realizado en la historia entre los dos países.

Comentan los más, protegidos de Open Society, la intervencionista y sediciosa ONG del siniestro George Soros, que hay un regreso a lo políticamente correcto, es decir a la hipocresía como forma sobresaliente para actuar de manera alevosa, pero eso sí, con cortesía. Consideran los amanuenses de Soros, que con Biden se regresa a la normalidad para que los fondos del erario público, se gasten en cortarle la vida a los hijos indeseados antes de completar su nacimiento.

Indudablemente se considera también el regreso al buen camino, reanudar las hostilidades contra Rusia; cancelar la vuelta a casa de las tropas en Alemania y en el medio Oriente y abrirle, la oportunidad a los iraníes de seguir enriqueciendo uranio con fines bélicos, aunque en ese tono de lo políticamente correcto se admita que, si prometen hacerlo con otros fines, bastaría una solicitud encarecida para que se les vuelva a otorgar, todos los protocolos mas falsos que los dólares de dos unidades.

El regocijo de los laudatorios de Biden, esgrime el fin de una política antimigratoria, que solo pueden creer quienes esperan todo en el horizonte del pensamiento mágico.

Ahora Trump, el malo, el bocón parece menos loco que su sucesor. Espera el veredicto de un juicio insustancial, que le dará mas fuerza, por la ambigüedad indemostrable de un llamado a la sedición, que debería para aportar elementos reales, acompañarse de pruebas contundentes de un armado de autogolpe desde el poder, no una arenga apasionada por la impotencia de no haber contenido la mecánica de defraudación electoral, tan dominada aquí por los activistas tradicionales de los partidos.

Trump claro que tuvo errores, principalmente con sus expresiones sin dominio personal y sus elucubraciones sobre un muro, que lo originaron sus antecesores, incluso Obama fue el que le puso mayor empeño. Y por ello, dejó un mal antecedente en el discurso, no era la solución tampoco para México, aunque firmó el Tratado. Pero no me digan que con Biden, el paraíso está asegurado y un futuro promisorio para nuestro país se acerca.