Columna del 24 de febrero del 2021
El mando neomalthusiano de Biden
Jorge Miguel Ramírez Pérez
Hace 255 años el 13 de febrero de 1766, nació en Surrey Inglaterra, el clérigo anglicano, Thomas Malthus quien más que un teólogo con aportaciones en ese campo, se le conoce porque en 1798, publicó de manera anónima en la primera edición, su famoso "Ensayo sobre el principio de población", en el que expuso que una catástrofe se cernía sobre la humanidad en tanto que esta crecía exponencialmente, de forma geométrica, la producción de alimentos crecía aritméticamente. Su planteamiento ha sido desde entonces de gran influencia en el mundo, y se le considera, un pensador de la Economía, lo que además era cierto y se atestigua, por la amistad que tenía con David Ricardo, ya que ambos priorizaban el análisis económico en la posesión de la tierra y por ende en su productividad.
La influencia de Malthus durante el siglo XIX, centuria de dominio geopolítico por parte de Inglaterra, fue fuente de inspiración para Charles Darwin, quien como Malthus creía que la existencia de la humanidad, dependía de su capacidad de adaptabilidad, es decir de la sobrevivencia de los mas fuertes. Tronco conceptual de la política de Hitler en el siglo XX.
Los neomalthusianos bordan desde finales del siglo XIX sobre el mismo tema, impedir que la gente se reproduzca, la eugenesia, el antinatalismo, son parte de las promociones de las que hoy sobresalen el aborto, y las políticas que difundan relaciones variopintas, siempre y cuando no se asocien al matrimonio natural, de hombre y mujer; o mujer y hombre si prefieren.
Claro está que Malthus afirmaba que una persona desheredada no cabía en el mundo, su existencia estorbaba, y esa creencia prosigue en el mismo tenor. Los pobres son los que tienen el mayor problema por su número y la incapacidad del sistema por resolverles la existencia. En las condiciones actuales ya no pueden ser fácilmente utilizados como carne de cañón, porque de hecho fuera de las guerras de "baja intensidad" alentadas dentro de la misma estratagema; las luchas se han reducido para evitar una catástrofe nuclear; y la prole, los proletarios antes tan útiles para la industria ya no son tan necesarios en un contexto mundial donde los proceso automatizados y la robótica, tienden a hacerlos prescindibles.
Se puede decir que los magnates de los hiper negocios deben concluir que, ahora, los pobres estorban más. Y no solo los pobres, sino toda la gente sale sobrando. Un mundo en el que los que tienen el dominio, quieren zampárselo solos.
Estas ideologías tienden a los destructivo. Por eso el crecimiento de la población nativa en Europa se ha detenido, y como de todas maneras, siguen necesitando gente que deben hacer las labores indeseables en el sistema, se han llenado de asiáticos, de africanos que no andan con la conciencia de autodestruirse en aras de un egoísmo para "disfrutar" menos tipos del mundo; como se sabe, a ellos, a los nuevos migrantes, no les interesa un mundo sin hijos; y como parte, de un destino impensado los europeos van cediendo sus países y su condiciones de comodidades acumuladas, a quienes menos se hubieran imaginado.
Pero como las irracionalidades se contagian y se convierten en caballos de batalla, para los que perdieron ideales y rasgos humanos en su forma de pensar, salen los propugnadores de las políticas antinatalistas como según esto, acérrimos defensores de las comunidades de la diversidad sexual, la que no procrea, a implantar un régimen de terror a quienes no privilegian las formas organizadas para evitar la reproducción.
Ese es Biden y su memorando enviado a las embajadas y consulados de la Unión Americana, en el mundo, como una rápida y urgente resolución de gobierno, que amenaza a los demás gobiernos y sus dirigentes, que no promuevan y privilegien incentivos para que niños, jóvenes, adultos, y hasta los de la tercera edad, gocen de privilegios, protección, y un status de superioridad, siempre y cuando se inscriban en las listas de diversidad parasexual, no reproductiva; para que se les otorguen cuotas de poder, posiciones en los gobiernos y en todas las instituciones por órdenes del emperador que quiere eunucos a los habitantes del planeta.
La amenaza incluye cancelación de visas y acuerdos, si no se acatan las instrucciones precisas que marquen una definitiva y evidente castración colectiva. Es el verdadero Biden, un viejecito perverso con ganas de eliminar por la vía diplomática por ahora, a los indeseables que parecen ser los habitantes futuros de todo el planeta a quienes prefiere no natos. Por lo pronto la agenda antivida, se avala con funcionarios y colaboradores que hacen de las formas réprobas, un alarde para someter a quienes piensan distinto. La intolerancia llegó a la cuna de la libertad tan vitoreada.