Columna del 24 de noviembre del 2021
Decreto para reservar el gasto, discurso para acalambrar: la destrucción de la República eso es la 4T, ¡hasta quedar en los huesos, y secos!
Jorge Miguel Ramírez Pérez
"....y me colocó en medio de un valle que estaba lleno de huesos.
Me hizo pasearme entre ellos,
y pude observar que había muchísimos huesos en el valle,
huesos que estaban completamente secos"
Ezequiel 37:1-2
Es impactante el proceso de destrucción nunca antes visto en la historia de México. Generalmente se asocia la destrucción a lo que vemos en lo material: catástrofes en las guerras o de los fenómenos naturales como terremotos o inundaciones; el fenómeno demoledor es algo que puede ir mas allá de lo estrictamente material; puede, como pasa en México, dirigirse a lo estructural de la vida política de las personas, a su entorno social, y a sus formas culturales.
Porque lo que hace la 4 T es atacar de lleno al corazón y a lo indispensable de la vida jurídica de los mexicanos, cambiar el orden legal del estado de derecho; transmutarlo por otro andamiaje jurídico central y controlador, porque como lo analiza Hannah Arendt la estudiosa del totalitarismo; la construcción legal de los totalitarios se diferencian de las demás tiranías, en que éstos fabrican un edificio de arbitrariedades legales, para derrumbar todo lo demás; y lo hacen, además, con el apoyo de las masas enervadas por el odio alimentado desde el mismo poder que las inflama.
¿Porqué en México?
Algo simple y desalmado ...
Hay que recordar que el proyecto de la "Cuatro T" es la destrucción. Se anunció que ésta, sería la cuarta destrucción del país. Por supuesto no lo dijeron así, obviamente; cambiaron la palabra por transformación, una transformación como la de Cuba, de isla preciosa a ruinas por ejemplo. En las anteriores "transformaciones": la independencia, la reforma y la revolución, según ese discurso de primaria, la violencia es el camino del mejoramiento. Muchos que no creemos en la cultura telenovelera y en los escritos sin objetividad histórica, lo dudamos, en términos de costo-beneficio pesaron más los negativos,por ejemplo: perdimos más de la mitad del territorio nacional, y un millón de muertos en la zacapela que empezó Madero.
Pero no queda allí la principal motivación para dejar en cenizas la República que ya se desmorona. Hay que recordar que el líder lo avisó también antes de todo esto, cuando en un alarde de cinismo y presunción desde marzo del 2018 con periodistas de Milenio declaró: "voy a encabezar el mas importante movimiento político no solo nacional, sino mundial..." así textual, lo que pocos repararon en diagnosticar la megalomanía de quien aspiraba entonces a ser presidente.
Ningún pasaje retrata tan bien el delirio de grandeza como la destrucción del templo de Diana en Éfeso, por un sujeto: Eróstrato, un pastor que aspiraba al reconocimiento del mundo. Habiéndo fracasado en todas las artes donde creía sería enaltecido, optó por alcanzar la fama, -su objetivo central- destruyendo una de las 7 maravillas del mundo antiguo. La fama, fue el motor para la fechoría.
Obrador está obsesionado por el aplauso generalizado de la humanidad, así se vió en su discurso fantasioso de la ONU, sobre todo entendiendo que era ate nel Consejo de Seguridad y en todo, como Eróstrato, ha fracasado, no llena los estándares básicos. Para todo tiene pretextos, nada culmina, cambia de opinión constantemente, porque desconoce los temas de la política y de la administración pública; gasta mucho más de lo que pretende ahorrar, su sistema es esencialmente corrupto porque para empezar es discrecional, eso es anacrónico, ni en el siglo XIX cabría. Y no quiero enumerar la lista de fracasos y mentiras fraudulentas porque sería largo, repetitivo, y porque todos lo saben...
Pero todos los días algún engrendo bolivariano o una junta de chamanes de la edad de piedra de donde se originan mentalmente, le llenan la cabeza con salidas a los reveses, para destruir el estado mexicano, cada vez mas cerca de lo vital, y cada vez mas fuerte es el golpe.
Por eso el discurso del general Sandoval no es algo menor; debe inscribirse en ese contexto, el de destrucción de la República. Porqué la República son sus instituciones. Y éstas, minuciosamente diferenciadas, como se establecen en el estado moderno. De ellas, también sobresalía el Ejército como garante de la integridad de la República.
Llegó Obrador y empezaron las confusiones calculadas para sobajar personalidades e instituciones. Porque el estado de derecho distingue que el ciudadano puede hacer y decir lo que le pegue en gana mientras no infrinja la ley, no así los funcionarios que están estrictamente obligados a hacer y decir únicamente lo que la ley les manda.
El jefe del ejército no es un ciudadano común que pueda hablar lo que se le antoje: él no es un anfitrión a una fiesta para andar invitando a pasarse al pensamiento único del movimiento obradorista. Es algo pesado, aquí y en cualquier lugar con respeto a la institucionalidad, por eso la frase de recomendar sumarse a la Cuatro T, en realidad por su investidura, poder y mando armado, es una advertencia para aquéllos que tienen otros puntos de vista divergentes del gobierno y para los que recurren a instancias legales para ampararse contra las violaciones constitucionales.
Y no están distantes ni el decreto de antier, configurando las obras públicas obradoristas como si fueran "seguridad nacional" en la más absoluta inconstitucionalidad, con el único propósito de cancelar las facultades ciudadanas e institucionales de informarse de lo que hace el gobierno con los recursos de los contribuyentes, ni tampoco el discurso del alto mando militar, quien desde la coerción, subraya que el ejército tiene siglas partidistas, preferencias, y en vez de sumisión al estado de derecho le rinde a los liderazgos temporales.
Fue un discurso fraguado desde el poder, y calculado para generar terror político, que es el primer factor que menciona la erudita en totalitarismo Arendt: ¡el terrorismo de Estado!
¿Hay algo que agregar a la destrucción de la República para que quede ésta en un valle de huesos secos?