Columna 1º de Diciembre del 2021
Los candidatos del 2024
Jorge Miguel Ramírez Pérez
A 31 meses de la votación presidencial -sin duda una fecha lejana-, paradójicamente, la carrera por sustituir a Obrador ya comenzó desde que, él mismo, en julio de este año, con toda la malicia, encuerdó a un grupo de sus colaboradores a quienes denominó en su vulgar lenguaje característico de la simpleza y humillación, como corcholatas, ni siquiera como fichas de juego. Dos de los seis de esa lista: Claudia Sheibaum y Marcelo Ebrard, eran los que habría que tomar en cuenta. Los demás, de relleno, como lo anoté en su momento. Una reminiscencia del viejo priísmo, como todo lo que hace, ponderando el lado pícaro de la política, de la mala política ufanándose en reírse de las ambiciones de los que no tienen cabida.
Desde entonces y hasta ahora, Obrador marginó a Ricardo Monreal, a quien abiertamente le niega acceso a su persona y lo somete socarronamente al acuerdo con el secretario de Gobernación Adán López. Sigue enfadado el líder, porque perdió Morena la zona occidental de la capital y culpa al zacatecano de ese fracaso inolvidable.
Obrador es incapaz de entender que la profesional de las huelgas universitarias, la señora Sheibaum, -así como él no olvida ninguna de sus amarguras- para mucha gente, es intragable, su pasado de rijosa no se olvida. Y su gira por el país, abandonando su puesto en Cdmex, como candidata presidencial sencillamente no pega. Muy difícil la tiene el líder, porque su enamoramiento -porque no es otra cosa-, es incomprendido, nadie se imagina a una tipa agria en peroratas cotidianas. Obrador en sus mañaneras embelesa a la chusma, tiene el empaque de merolico, pero su protegida ni eso.
Entonces son tres, los hoy todavía alineados a Obrador, más el de refilón, Adán Augusto, que incorporó el líder en boca de Mario Delgado. Esa jugada pudiera ser la que Obrador desea más, pero después de la Sheibaum; aunque sabe que cualquiera de los anteriores tiene mas senda labrada en los medios. Y no se arriesga.
Es taimado Obrador, a estas alturas del partido; busca la reelección, con desesperación y denuedo, pero sus globos sonda de las consultas le dicen que no cuenta con la gente para aventarse el tiro. Ese, es su malhumor, no otro. Le preocupan los miles de millones que no pueden comprobar los militares designados en puestos para otros perfiles; y también percibe la cola que están dejando sus hijos.
Un autogolpe con apoyo de la milicia no le resuelve, se le complica en lo internacional; y no cuaja el salto en el trapecio, por mas que haya dividido a los tres contendientes de su cuadra. Porque ese era el argumento de haber abierto el juego antes de vender los boletos: "ya ven, están divididos, no se va a terminar la transformación... voy a tener que entrar de vuelta yo".
¡Si chucha, cómo no!
Así, lo que le queda es ilusionarse que Claudia Sheibaum es una marioneta en todo, le aguanta todo y con el argumento de que ya es tiempo para que una mujer encabece el gobierno, para él, no hay otra y no es ninguna sorpresa saber, que es ella la que tiene designada ante los fracasos de prolongar su mandato directo.
Está por verse el broncón entre los morenos, porque la facción comunista que apoya a Sheibaum es la que siempre ha estado perdiendo en ese partido, por mas que sus discursos sean radicales, no asustan a los expriístas, que tienen más horas de vuelo accionando.
Si se empecina el líder, en inglés, leader, y en alemán Füher, con el dedazo a favor de Claudia, le quedan a Marcelo y a Ricardo casi todos los demás partidos.
¿Porqué?
Porque el Verde, para empezar, se distingue por sus deslealtades se lleva a los demás en el tema, y vaya que es mucho decir. Ya no tendría mucho que sacarle a Obrador, que de por sí, no es generoso, sino solo con los que de plano son abyectos a su persona e ignorantes para ejercer un cargo, como sus ayudantes o guaruras, si no es por esos dos factores, no podrían arribar sin esfuerzo a ninguna oportunidad.
El PT el partido propiedad de Alberto Anaya que comparte en compromiso discreto con Raúl Salinas de Gortari, seguiría con Sheibaum. Sus dos baluartes: Bartlet y Noroña, son repudiados hasta en Morena.
Quedan, Convergencia el partido de Dante Delgado, quien no parece tener fuerza suficiente para disciplinar a los gobernadores de Jalisco y Nuevo León, Enrique Alfaro y Samuel García, junto con el alcalde de Monterrey Donaldo Colosio hijo, sus mejores cartas.
Están el PRI y el PRD, éste último recibiendo golpes por las raterías de los incondicionales del improvisado Miguel Mancera, quienes lógicamente lo involucran, como líder en el senado de ese partido se lo esperaba, porque estaba muy jalador con los de Morena, pero no va a lograr parar las evidencias. Otro, Aureoles, que estaba haciéndose la víctima, tampoco lo salva la quemazón. Así que los Chuchos nuevamente pueden rentar el Partido a Monreal, junto con el PRI; o a Ebrad incluyendo a Convergencia...
¿Y el PAN?
Contra lo que se cree, el PAN no va a ir en candidatura común a menos que se sumen el PRI y el PRD a la candidatura que proponga el PAN, prácticamente de manera unilateral. Hace tres días, en la reunión nacional de legisladores panistas, celebrada en Mérida, Marco Cortés, volvió a pronunciarse por el gobernador Mauricio Vila, como candidato presidencial de ese partido. Desde julio, acalambró a la Alianza, cuando empezó a candidatearlo. Seguramente Cortés no va a cambiar la propuesta, porque Vila le representa un oasis en medio del desierto. De hecho, es el mejor gobernador a nivel nacional. Lo que va a generar que Obrador lo quiera cooptar, es decir comprar con embajadas o chucherías, pero ya no le da tiempo.
Quedan los de "Sí por México" empeñados junto con el Frente Cívico Nacional, ilusionados en que les cachar algo, porque pensar que el PRI tiene alguno como los Murat, Osorio o el mismo Beltrones, es no tener idea de lo que está en juego.