Columna del 4 de mayo del 2022
Las tareas de EUA a Ebrad y a López
Jorge Miguel Ramírez Pérez
No cabe duda que lo que se oculta y que debería ser público, en realidad es del mas alto interés de los ciudadanos, es decir, de los pocos a quienes les importa lo que pasa en su país. Y a pesar de que son generalidades las que se traslucen de la conversación telefónica del día 29 de abril entre Biden y Obrador, se mencionan oficialmente los temas de: migración, seguridad nacional, y el proyecto de apoyo a Centroamérica.
Vayamos por partes. El interlocutor que Ebrard tuvo ayer para estos temas enunciados desde el día 29, pero ahora en el terreno de las precisiones es Alejandro Mayorkas, el Secretario de Seguridad Nacional, área donde está la agenda negra con México de manera prioritaria. Lejos de tratarse de una reunión protocolaria, todo indica que lo que se va a desplegar es un sistema de sanciones directas e indirectas ante una amenaza que calculan crecerá una vez que se derogue el Título 42 de la Ley de Salud de EUA, que permitía en medio del Covid19, devolver indocumentados sin mayores trámites; al grado que esperan las autoridades de allá que una oleada de solicitantes de asilo y migrantes de todo tipo, se apresten a penetrar a los EUA una vez se de a conocer la invalidez de ese título.
En marzo el número de indocumentados devueltos fue de más de 200 mil, una cifra sin precedentes. Es un problema mayúsculo para la nación estadounidense que por mucha captación de mano de obra que pudiera necesitar, no tendría forma de colocar a tantas personas, en un lapso corto de tiempo. Algunos argumentan que, actualmente de acuerdo con el censo de EUA casi un 20% de la población tiene origen latinoamericano, o "hispano" como allá le llaman; y que, por ser un país poblado por corrientes migratorias desde su origen como colonias británicas, debe continuar con esa línea fundacional de manera persistente.
Pero finalmente toda decisión migratoria como regla internacional depende de la voluntad del gobierno del país a donde se quiere establecer el migrante. En pocas palabras, para ir a vivir a otro país, depende de que te inviten o te lo permitan oficialmente sus habitantes. Es una voluntad ajena al deseo o necesidad de los migrantes.
Hay que recordar que, desde el inicio del 2019 se suscitaron las provocaciones.
Como autoridad migratoria en México la secretaria de Gobernación Olga Sánchez, -por cierto, amiga del Secretario de Relaciones Exteriores Marcelo Ebrard- empezó a impulsar la migración extranjera indiscriminada hacia Estados Unidos, hablaba la señora de que tenían derechos humanos los que quisieran meterse en donde quisieran, equivalente a impulsar invadir una casa ajena como hacían los bolcheviques en la Rusia leninista; ese "criterio" era apoyado por el gobierno de México, incluso muchos editorialistas y columnistas alababan lo que hoy se ve como una provocación.
Escribí entonces, que era un error y que se estaba gestando un problema mayor que finalmente iba a recaer en México, porque los expulsados no están en su país de origen sino en el nuestro, en las fronteras y en lo demás del territorio mexicano.
Ahora nos hemos enterado por Donald Trump que esa promoción invasiva de migrantes que prohijaban las autoridades mexicanas en el 2019; unos meses después, recibió un parón cuando el entonces presidente de EUA amenazó con represalias económicas y políticas, si no se movilizaban tropas mexicanas en las fronteras para impedir el paso masivo de indocumentados.
Porque hoy parece que nadie se acuerda de todo ese desbarajuste, al grado que, violando la Ley de la Administración Pública Federal, la Secretaría de Relaciones Exteriores "se hizo cargo" de migración una atribución exclusiva de Gobernación.
Después de que Trump evidenció públicamente el éxito de sus amenazas como lo hizo en el discurso de Ohio, dejando como mentirosos a López Obrador y a Ebrad que afirmaban no recibir órdenes; no les queda mayor remedio que escuchar con atención lo que Mayorkas les indique para crear un muro virtual en el Istmo de Tehuantepec, con un doble propósito: uno, formar un corredor de transporte interoceánico terrestre que a la vez funja como barrera de control de Sur a Norte y apoye la agilización del canal de Panamá. Donde los caminos y carreteras transversales tengan filtros.
Y dos, una zona de industrialización que concentre en la parte Sur el acopio de mercancías para darle continuidad a las cadenas de producción de los socios del Tratado, en gran medida para recuperar las empresas de inversión americana que estaban asentadas en China. Este enorme concentrado se podría extender en diversas etapas hasta Centroamérica, mediante la Agencia de Desarrollo, la USAID subintegrándola al complejo industrial del Tratado.
Obviamente se requiere reforzamiento de milicias en las tres fronteras de México las consabidas de norte y sur y la virtual del istmo. Y allí está el trabajo que ahora van a tener que realizar los que se la pasan en las grillas de la sucesión y en las ocurrencias de un socialismo trasnochado.
Para ese efecto los Estados Unidos simultáneamente, como si fuera una broma de mal gusto, mandan de vocero de la democracia, a un autoritario, al mismísimo López Obrador en una gira de sensibilización a dos grupos de países; a los que intentan la democracia real en Centroamérica; y a las dictaduras recalcitrantes: Cuba, Nicaragua y Venezuela con el fin de ofrecerles una intermediación con el poder hegemónico de la región y con el compromiso de un calendario para que dejen su posición intransigente y cedan en el mediano plazo el poder.... Por eso Raúl Castro hasta salió de su hedónico enclaustramiento y se apresta a defender sus intereses.
¡Ni hablar ahora si los pusieron a trabajar!