Ante el peligro que representan algunos apartados de la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes al derecho de los padres a ser los primeros y principales educadores de los hijos y la inclusión de los supuestos “derechos sexuales”, hacemos un llamado enérgico a los legisladores a corregir dicha iniciativa en favor de los más vulnerables que son nuestros niños y adolescentes.
El artículo 16 de la Declaración de Derechos Humanos afirma que ”La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado”.
El Consejo de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en su 26° período de sesiones, aprobó la resolución de “Protección a la Familia”, que reconoce a ésta como el núcleo “natural y fundamental de la sociedad, y tiene derecho a la protección por parte de la sociedad y el Estado”.
El Consejo de Derechos Humanos de la ONU reconoce también “que la familia tiene la responsabilidad primaria de nutrir y proteger a los niños; además los niños, para el desarrollo completo y armonioso de su personalidad, deben crecer en un ambiente familiar y en una atmósfera de felicidad, amor y entendimiento”.
Los legisladores mexicanos deben garantizar la protección a los menores y garantizar a los padres de familia su papel fundamental en la educación y formación de sus hijos que son los futuros ciudadanos del país.
Deben los legisladores, también, legislar para que niños y adolescentes cuenten con una mejor educación, mayor seguridad, espacios de esparcimiento, acceso al deporte y a la cultura entre otras condiciones y alejarse de ideologías como las que pretenden imponer con los “derechos sexuales” que no tienen ningún fundamento en tratados internacionales ni en la Constitución Mexicana.
Animar a que la familia eduque a sus hijos es un medio fundamental para fortalecer sociedades saludables que nos permitan a todos superar incluso situaciones tan difíciles como la inseguridad, la violencia o los malos resultados en materia educativa.
Algunas fracciones de los artículos 37, 50, 58, 60 y 116, junto con otros, de esta iniciativa de Ley, plasman constantemente el incorporar derechos sexuales y re productivos y quitan derechos inalienables a los padres de familia que por naturaleza les corresponden.
Lejos de garantizar derechos que den protección a los menores, varios de los aspectos incluidos en esta iniciativa de Ley los colocan en un estado de auténtica vulnerabilidad.
Tienen los legisladores la oportunidad de demostrar su compromiso con la niñez y la familia mexicana modificando todos los apartados de la ley que puedan poner en riesgo a nuestros menores mexicanos y de esta manera recuperar la confianza que han perdido ante la sociedad.