MAZATLÁN.- De acuerdo al calendario católico, con la celebración del Día de la Candelaria, este 2 de febrero terminan las fiestas navideñas, con un ritual religioso que consiste en llevar a bendecir al Niño Dios que salió en la Rosca de Reyes y luego celebrar con uno de los antojitos de mayor arraigo en México, los tamales. Originalmente, quienes tenían la suerte de encontrar al Niño Dios en la Rosca de Reyes debían ayudar a preparar los tamales; sin embargo, en estas épocas se confía en la mano experta de alguien más para prepararlos y llevarlos a casa, lo que se ha convertido en un negocio redituable para miles de
personas en todo México. El Día de la Candelaria es importante tanto para quienes aprovechan para reunirse con familiares y amigos, siguen la tradición católica de levantar al niño, vestirlo de gala y presentarlo en la iglesia para luego hacer la fi esta en su honor, como para aquellos que se dedican a la preparación y venta de tamales. “Este es el mejor día del año para la venta de tamales, hay personas que mandan hacer hasta 200 tamales, porque son para oficinas o escuelas, la gente se organiza y cooperan todos los que sacaron el niño de la rosca, para pagar el costo”, explica Carmen Sarabia, quien se dedica a hacer tamales por encargo. Incluso, hay quienes además de los tamales piden o preparan otros platillos para acompañarlos, como son los frijoles puercos y la sopa seca, que son típicos en la región. En Mazatlán existen muchas personas que se dedican a la elaboración y venta de tamales. De igual modo, hay quienes son de gusto exótico y hacen pedidos especiales al vecino municipio de Escuinapa, para degustar en el Día de la Candelaria de unos “tamales barbones”.