De acuerdo con el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), es necesario fortalecer el mercado interno y la inversión, para lograr que este año la economía mexicana pueda crecer por arriba de 3.5 por ciento.
Afirmó que el único motor verdaderamente importante que se tiene en estos momentos es la economía de Estados Unidos, la cual muestra un dinamismo importante, pero no hará que México crezca por arriba de 3.5 por ciento.
Para ello, sostuvo, hay que consolidar los esfuerzos para fortalecer el mercado interno y el entorno general para la inversión y bienestar del país, a través de hacer frente de manera decidida a los problemas de inseguridad, corrupción e impunidad.
Si se logran avances en todo lo anterior, podríamos aspirar a tasas cercanas a 5.0% para 2018, como originalmente se estimó a principios del sexenio”, argumentó en su publicación semanal Análisis Económico Ejecutivo.
Estimó que en 2014 la economía mexicana habrá crecido poco menos de la mitad de la tasa cercana a 4.0% que se tenía prevista, y refirió que para este año las autoridades anticipan un avance en un rango entre 3.2 y 4.2 por ciento.
Para que el Producto Interno Bruto (PIB) de 2015 crezca por arriba de 3.5%, estimó, se requieren importantes esfuerzos, sobre todo cuando el mercado interno está estancado y la posibilidad de fortalecerlo requiere de políticas públicas destinadas a estimular la capacidad de consumo.
El organismo de investigación del sector privado explicó que el mercado interno refleja toda la población ocupada y las remuneraciones que percibe, y es lo que puede considerarse como la capacidad de demanda.
Sin embargo, añadió, para que ésta aumente de manera sostenible, es fundamental que sus componentes mantengan una tendencia al alza, pero hasta ahora, ni se ha logrado tener la cantidad de empleos formales requeridos por la población, ni los salarios han tenido una ganancia real importante tras la pérdida del poder adquisitivo de 1976 a 2000.
De hecho, la estructura de la creación de empleos se ha modificado, de tal forma que los nuevos puestos de trabajo se concentran en rangos salariales bajos.
Según las cifras al tercer trimestre del año pasado, los desocupados en busca de un empleo y los ocupados que tienen la necesidad y disponibilidad de ofertar más tiempo de trabajo de lo que su ocupación actual le permite (subocupación), sumaban 6.8 millones de personas.
A estas habría que incluir todos aquellos que cada año se integran al mercado de trabajo, lo que muestra a necesidad que tiene el país en materia laboral, apuntó el CEESP.
En su opinión, la reforma fiscal no incentiva el consumo y la inversión, pues la creación de nuevos impuestos a productos de consumo general y mayores tasas impositivas agudizaron la precarización del empleo.
Además, un sistema fiscal más complejo y caro ha generado un ambiente poco atractivo para la inversión privada, consideró.
Señaló que la inversión pública, la cual tiene un importante papel en el crecimiento y competitividad del país a través de la construcción de infraestructura, no refleja resultados favorable en los últimos años.
Indicó que durante 2013 el gasto público en inversión física se vio afectado por el inicio del nuevo periodo presidencial y fue uno de los principales factores con incidencia negativa en el crecimiento de ese año, aunque para 2014 se observó un cambio importante que llevó a crecer este rubro de gasto a niveles de dos dígitos.
No obstante, esto no se refleja en el ritmo de avance de la economía, pues las cifras del Sistema de Cuentas Nacionales de México que publica el INEGI indican que durante los tres primeros trimestres de 2014 la inversión pública promedió una caída anual de 6.8 por ciento.