El gran desaire de los sinaloenses por el proceso electoral del pasado 7 de julio no contribuye a la transición democrática en nuestro estado ni en nuestro país, los políticos no se dan por aludidos cuando la gente no participa. Basta ver el gran festejo del PRI al ganar las elecciones de Culiacán, en lo que ciertamente fue una paliza para sus contrincantes, pero en la que comparandose con el proceso electoral inmediato anterior tuvo 65 mil votos menos.
La ausencia de votantes manda un mensaje equívoco, los políticos e incluso la misma sociedad atribuyen los resultados a factores que no lo son, pero lo más grave es que la ciudadanía aparenta indiferencia frente a una democracia que mucho trabajo y sufrimiento le ha costado.