Sinaloa tiene una gran cantidad de pequeños poblados incrustados en medio de la sierra que resultan todo un tesoro para el viajero que gusta de estos recónditos lugares; son recuerdos de un pasado colonial en el que la producción minera, artesanal y representaba su modo de vivir. En el mundo moderno han quedado olvidados y apartados por la importancia de desplazarse con velocidad de un lugar a otro, pero su riqueza y leyendas permanecen. Esta semana trataremos de desenterrar algunas de ellas.