Por Silvia del valle
@Tipsmama5hijos
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Es muy padre encontrarte con gente que irradia alegría a pesar de los problemas y de los retos que presenta la vida pero tristemente, esto cada día es menos común.
En nuestros días, el ritmo de vida y las distancias, nos hace estar todo el día bajo tensión y bajo presión por lo que es común que estemos mucho tiempo lamentándonos y enojados.
Por eso he intentado implementar una estrategia para mi familia para lograr estar felices y alegres a pesar de todo y sobre todas las cosas. Aquí te dejo los 5Tips que apliqué para lograrlo.
PRIMERO. Cuestionen el porqué de las cosas.
Con nuestros hijos es importante acostumbrarlos a que busquen las causas y razones de las cosas.
Una forma eficaz de lograrlo es cuestionándonos en cuanto a cada hecho.
Nuestros hijos no saben cuestionarse las cosas por sí solos, es necesario que al principio les enseñemos, haciéndolo nosotros.
Por ejemplo: ¿porqué será que se rompió el juguete? O ¿porqué será que se enojó Jorge?
Cuando logramos irnos a la causa de lo que nos pasa, es más sencillo entenderlo y así evitar estar enojados o frustrados porque no pasaron las cosas como queremos.
Si vemos que la causa depende de nosotros, para que nos preocupamos, mejor nos ocupamos y buscamos corregir o poner solución a las cosas; pero si vemos que la causa no depende de nosotros, para que nos amargamos.
Si nuestros hijos desde pequeñitos se acostumbran a tener esta actitud serán niños felices porque no dejarán que los acontecimientos tos los determinen y vivirán alegres.
SEGUNDO. Encuentren tiempo para pensar.
Es muy necesario tener momentos de reflexión y pensar en lo que va sucediendo en el día, así podemos analizar y en algunos casos corregir el rumbo o asimilar lo que nos va pasando.
Cuando mis vos eran pequeños, lo hacíamos de camino a la escuela, cuando el tráfico estaba muy pesado y nos daba perfecto tiempo de hacer este tipo de reflexiones.
No importa a qué hora del día o en qué lugar lo hagamos, pero busquemos mineros para pensar y reflexionar.
De verdad que nos traerá mucha paz interior y por lo mismo podremos dar paso a la alegría.
TERCERO. Revisa tu vida y aprende de ella.
En muchas ocasiones y sobre todo a nosotros los adultos, lo que nos impide ser verdaderamente felices son los acontecimientos que a lo largo de nuestra vida, nos han ido marcando.
Para solucionarlo es necesario hacer una reflexión sobre nuestra vida y tratar de sacar lo bueno y lo malo que hemos hecho, lo bueno y lo malo que nos ha pasado y así aprender de ello y poner remedio a lo que se pueda.
Una forma muy sencilla y eficaz es escribir como un diario de todo lo que nos vayamos acordando, hecho por hecho y debajo de cada uno, hacer el análisis y poner el balance, si hay que corregir algo, o si hay que perdonar o si hay que reparar lo que sucedió.
Con nuestro es hijos pequeñitos lo podemos hacer pidiéndoles que hagan un dibujo de cómo les fue en el día y así ellos podrán sacar sus reflexiones y después preguntarles que nos digan si lo que pasó estuvo bien o mal y porque.
CUARTO. Aprende a sonreir.
La sonrisa puede abrirnos muchas puertas. Y esto no siempre lo entendemos.
Por medio de ella dejamos ver lo que tenemos en el alma.
Yo no digo que estemos toda la vida riendo a carcajadas, pero si es necesario que la sonrisa se vuelva parte de nuestra expresión cotidiana.
Y digo que hay que aprender a sonreír porque muchas veces nos volvemos inexpresivos y no permitimos que los demás sepan cómo nos sentimos.
Sonreír es una forma visible de tomar la vida con una buena actitud, a pesar de los problemas que se nos presentan.
Si nuestros hijos ven que nosotros sonreímos en todo momento comprenderán que es importante y tomarán como propia esta actitud positiva.
Recordemos que educamos con el ejemplo y que además lo hacemos en todo momento. Nuestros hijos aprenden más de nuestras actitudes que demuestras palabras.
Y QUINTO. Oración familiar por la familia.
Este punto es muy importante. Como familia podemos tratar de solucionar todo con lo que está en nuestras manos y si las cosas no salen podemos sentirnos mal y de malas.
Afirmaba san Ignacio: "Haz las cosas como si todo dependiera de ti y confía en el resultado como si todo dependiera de Dios". Y una forma de confiar es haciendo oración.
Si aprendemos a dejar las cosas en las manos de Dios es más fácil poder estar alegres y además transmitir esa alegría a los demás porque el resultado de las cosas no nos afectará ya que estaremos confiados en que son como Dios las permite.
En verdad que esto es un estilo de vida en el que debemos educar a nuestros hijos.
Y dijo sea de paso, nos ayudará a no visitar tanto al medico ya que algunos de los grandes males de nuestra época están causados por un estrés desmedido.
Aprendamos a ser alegres a pesar de las situaciones que cada día nos presente.
No pongamos nuestra felicidad en las cosas materiales, aprendamos a ser felices por nosotros mismos ya que el simple amanecer cada día es un motivo para estar alegres.