Por Silvia del Valle
@Tipsmama5hijos
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Después de leer la triste noticia del asesinato de dos sacerdotes en la diócesis de Papantla, en la ciudad de Poza Rica, Veracruz me he llenado de indignación y en verdad me he dado cuenta que es necesario perdonar a las personas que se atrevieron a llevar a cabo un acto tan bajo.
Perdonar no es sinónimo de olvidar, por el contrario es recordar sin que nos duela, pero para llegar a este punto es necesario pasar por un proceso de duelo que no es mas que un proceso de adaptación emocional que sigue a cualquier pérdida, de cualquier tipo.
Es así que podemos decir que la Iglesia completa está en duelo y por lo mismo nuestra familia también lo esta.
¿Y que pasa con nuestros hijos? Ellos también pasan por momentos de duelo y es necesario respetarlos, por ejemplo, la pérdida de una mascota o el que un amiguito muy querido se cambie de escuela; o que tal que se vaya a vivir lejos algún familiar muy querido.
Cuando la pérdida es tan grande que afecta a la familia completa es necesario que nuestros hijos también pasen este proceso de duelo y que mejor que seamos nosotros, sus papás, quienes los ayudemos a pasarlo.
Aquí te dejo mis 5Tips para lograr vivir el duelo en familia.
PRIMERO. Negarlo, es natural.
Cuando te enteras de la mala noticia, viene como un shock y la primera reacción es negar esta realidad dolorosa. Esta negación puede ser consciente o inconsciente como un mecanismo de defensa.
La frase "Esto no me puede estar pasando a mi" es muy común en esta etapa, pero es temporal ya que solo dura hasta que podemos hacer frente a la situación que estamos viviendo.
En esta etapa los niños pueden presentar episodios de berrinches que debemos comprender pero también controlar a tiempo.
Para lograrlo debemos cargar a nuestros hijos y verlos a los ojos y tratar de explicarles con claridad lo que está sucediendo. Nuestros hijos nos entienden muy bien, sólo es cuestión de verlos a los ojos.
Si son más grandes es necesario dejarlos que pasen el primer impacto para después hablar con ellos.
Es importante estar al pendiente de nuestros hijos porque pueden presentar en esta etapa síntomas físicos como dolor de estómago, dolores de cabeza y hasta mareos.
SEGUNDO. Se vale estar enojado.
Cuando ya no podemos negar más lo que está pasando, viene entonces la ira y el resentimiento contra todos.
Es importante comprender que el enojo es parte del proceso de duelo y no ser tan estrictos con nuestros hijos ya que podemos hacer más profundo el dolor y el resentimiento.
Las frases como "¿Por qué yo? ¡no es justo! o ¿cómo puede pasarme esto a mi? Nos ayudan a comprender el por qué de las cosas y si las reflexionamos en familia nos pueden ayudar a encontrar cierta paz.
Para ayudar a nuestros hijos a manejar esta ira podemos pedirles que nos dibujen como se sienten o que le hagan una carta.
Aquí se puede llegar a cuestionar a Dios diciendo ¿Dónde estabas mientras me pasaba esto?
TERCERO. Cuidado con los pensamientos y fantasías
En este punto es importante tener cuidado ya que viene una etapa de negociación donde imaginamos que podríamos cambiar las cosas para que dejen de ser malas o dolorosas.
Aquí hay que tener mucho cuidado con nuestros hijos porque pueden llegar a imaginar que la pérdida o la situación grave se da por su culpa y generar situaciones complicadas de personalidad.
Debemos estar muy atentos a los comportamientos de nuestros hijos y observar sus reacciones.
También es necesario no dejarlos mucho tiempo solos ya que esto sólo puede ayudar a que vuele su imaginación. Con los hijos es importante tratar de seguir con la vida cotidiana, sin romper las rutinas de cada día ya que esto les puede dar un poco de comodidad para realizar la tareas cotidiana y no estar pensando en lo que pasa.
Gracias a Dios esta etapa dura muy poco, es como el último esfuerzo por hacer que las cosas no pasen.
CUARTO. ¡Cuidado con la depresión!
Es normal sentir tristeza, miedo e incertidumbre ante lo que pasará, pero es necesario que nuestros hijos sepan que esta tristeza es pasajera y que con el tiempo se ira quitando poco a poco.
Algunos síntomas de la depresión son: largas horas de sueño, agotamiento físico y mental extremo, irritabilidad o incapacidad para concentrarse y realizar sus tareas.
La depresión no es un problema solo de adultos, los niños también pueden caer en depresión y es más difícil detectarla, así que debemos estar muy al pendiente de nuestros hijos y ser muy comprensivos con ellos.
Estoy segura que ellos no saben que les está pasando y nosotros debemos explicarles por que se sienten así y ponerle nombre a lo que sienten.
Y QUINTO. Todo va a estar bien.
Si logramos llegar a este punto, entonces estamos por finalizar el proceso de duelo, es decir, ya estamos aceptando que el problema si esta sucediendo y que si podemos vivir con el.
Aquí es importante reflexionar un poco y encontrar como podemos crecer en esta situación, es decir, que podemos aprender de ella.
Para nuestros hijos no es fácil llegar a este punto, por eso es necesario que los guiemos para que aprendan a sacar sus conclusiones y sobre todo las enseñanzas de cada situación.
Nosotros, como familia, acostumbramos a que después de cada evento nos preguntamos que aprendimos y lo compartimos en familia ya sea en el coche, en la mesa o en algún momento que tengamos de convivencia familiar.
Por último, debo decir que es necesario pasar los momentos de duelo desde el amor y para el amor, es decir con caridad.