Por Silvia Del Valle
@TipsMama5Hijos
Últimamente nuestro país está muy lastimado por tantos eventos dolorosos, no sólo en la parte económica, sin también en la parte social de nuestra vida y como familia estamos sufriendo los efectos que todos estos hechos traen consigo.
A nadie le gusta tener que gastar más y mucho menos tener que pagar impuestos que a nadie benefician, pero eso no nos da el derecho a perturbar La Paz ni a afectar a terceros inocentes.
Y en nuestras manos está poner solución a este tipo de manifestaciones malsanas educando a nuestros hijos en valores y con una autoestima adecuada. Aquí están mis 5Tips para lograr que nuestros hijos expresen adecuadamente sus sentimientos.
PRIMERO. Que aprendan a esperar su turno.
Cuando nuestros hijos son pequeños requieren de toda nuestra atención pero es necesario que los acostumbremos poco a poco a que no son el centro del mundo y esto les dará una perspectiva social.
Los pequeños deben comprender qué hay otras personas a su alrededor y que también ellas tienen necesidades. Por esto es importante que aprendan a compartir nuestro tiempo.
Cuando sean grandes podrán lidiar con las situaciones que la sociedad les presente sin tener que hacer berrinche para solucionar los problemas
SEGUNDO. Que le pongan nombre a lo que sienten.
Nadie nace sabiendo lo que siente, pero es muy bueno ubicar a nuestros hijos y ayudarles a poner nombre a los sentimientos.
De esta forma podrán ser objetivos y dar solución a sus problemas.
Cuando crezcan podrán buscar soluciones reales a problemas reales y no caer en las trampas que la sociedad nos pone para cumplir sus fines.
Una forma muy sencilla de lograrlo es que cuando nuestros hijos hagan berrinche, en lugar de regañarlos y castigarlos solamente, les hablemos cara a cara y les digamos que lo que sienten se llama de tal forma y les digamos como se llama ese sentimiento, así aprenderán y después nos podrán decir como están.
TERCERO. Que le den el justo valor a las cosas.
Mientras más pequeños sean nuestros hijos ven los problemas más grandes y sin solución, pero conforme crecen debemos ayudarlos a que los vean como retos y a encontrar soluciones a cada uno de ellos.
Es difícil que por sí solos lo logren pero si nosotros nos tomamos el tiempo de educarlos y de explicarles lo qué pasa y sobre todo de ofrecerles opciones de solución a los diferentes retos, seguro que aprenderán a vivir así y cuando sean grandes no habrá reto que los detenga, sin tener que recurrir a la violencia o al ataque a otros.
CUARTO. No les des todo lo que piden.
Cuando tenemos hijos, lo primero que pensamos es que ellos si cama tener lo que a nosotros nos hizo falta.
Y esto es muy bueno, siempre y cuando no lleguemos al extremo de hacer cualquier cosa, aún si esto implica hacer grandes sacrificios fuera de proporción para lograrlo.
Nuestros hijos deben esforzarse por tener lo que quieren. Es bueno que vean que si cooperan con los deberes de casa nosotros podemos darles algo de lo que quieren o que si son buenos y obedientes es más sencillo que obtengan algún permiso.
Si los acostumbramos a que todo lo que nos piden le damos, estamos formando a un delincuente ya que cuando no podamos darles algo, ellos harán lo que sea por obtenerlo, no importa que estas acciones afecten gravemente a otras personas porque lo que importa son ellos y su bienestar.
Y QUINTO. Que no se aferren a las cosas.
Cuando nuestros hijos son pequeños es muy difícil que presten sus juguetes pero conforme van creciendo debemos educarlos para que sean desprendidos y generosos.
Si los dejamos que vayan atesorando y aferrándose a las cosas después serán adultos egoístas que no podrán quitarse algo para darlo a los demás.
Y aprovecharán cualquier oportunidad para sacar provecho propio sin importar si con sus acciones afectan a muchas personas.
La generosidad es una virtud que debemos vivir en familia ya que desde ahí es muy necesaria para una sana convivencia. Y si la llevamos a la sociedad es más necesaria para que la vida sea más llevadera.
Si logramos hijos generosos tendremos ciudadanos conscientes de que es mejor dar que recibir y que vale más ayudar a muchos que obtener un beneficio personal.
Donde está tu corazón está tu tesoro y espero que logremos que el tesoro de nuestros hijos este en los valores y no en el tener.