Por Silvia Del Valle
@SilviaMdelValle
@TipsMama5Hijos
Esta semana recibí una noticia que me dejó pensando en lo fácil que es sufrir algún daño cuando un desastre natural sucede.
Después del temblor de hace unos días una buena amiga que vive en Puerto Rico, me escribió para preguntarme qué cómo estábamos por el temblor y que estaban rezando por nosotros.
Le di las gracias y le pregunté qué cómo estaban ellos con el huracán y ella me contó que un árbol cayó sobre su casa rompiendo la tubería del agua, por lo que ahora estará sin agua por un largo tiempo. También me dijo que varios árboles tiraron los cables de la luz, por lo que grandes regiones de la ciudad no tiene el servicio.
Yo le dije que nosotros hemos rezado por ellos también.
Si volteamos los ojos a México, también nuestros hermanos han sufrido este tipo de problemas ya que acaba de entrar una tormenta tropical muy fuerte y además, en otra región del país, un terremoto muy fuerte sé sintió hace unos días.
Lo que me hace pensar si estamos prevenidos para enfrentar tales eventos y sobre todo me hace reflexionar si somos capaces de ayudar a levantar a nuestros hermanos en desgracia.
Estoy completamente convencida de que en tiempos difíciles lo que nos mantiene fuertes es la caridad, por eso hoy te dejo mis 5Tips para educar a nuestros hijos en esta virtud.
PRIMERO. Platica con ellos para que hagan conciencia de que otras personas pasan por situaciones difíciles.
Dependiendo de la edad de nuestros hijos es común que no tengan la dimensión real de lo que sucede pero es bueno que por lo menos sepan qué hay personas que no la están pasando bien.
Es bueno que reflexionemos con ellos sobre lo afortunados que somos al no sufrir a consecuencia de los desastres naturales.
También es bueno ayudarles a llegar a la conclusión de que es necesario ayudar a los que están sufriendo y en desgracia.
SEGUNDO. Qué escojan ropa que puedan donar.
Una forma muy sencilla es hacer una limpia de closet para ver qué ropa ya no nos queda y poderla donar.
Es importante que la ropa esté en buen estado y limpia.
Para nuestros hijos esto es muy impactante porque ubican con claridad que lo que a ellos ya no les queda o ya no les gusta a otras personas les puede ayudar a estar bien, porque el que se ha quedado sin lo más básico, cualquier cosa le cambia el panorama.
TERCERO. Comparte la comida con los que están en desgracia.
Para nuestros hijos puede ser difícil hacer pequeños sacrificios para con ello ayudar a los demás, pero es excelente oportunidad para educarlos y que puedan dar un poco de lo que tiene a los que nada poseen.
Una forma muy fácil de poder ayudar es guardando las monedas que nos dan de cambio para después comprar despensa para los necesitados.
Otra forma es que nuestros hijos escojan dejar de comer algo para después llevarles a las personas que lo necesitan.
Siempre es bueno involucrarlos en este tipo de actividades familiares.
CUARTO. Busquen los centros de acopio más cercanos.
En todas las ciudades de nuestro país hay centro de acopio como es la Cruz Roja o Caritas.
Si ubicamos el que esté más cercano a casa podremos darnos una vuelta para que nuestros hijos lo conozcan y vean que otras personas también están sonando, esto les ayuda mucho a comprender lo qué pasa.
Después, podemos ir a comprar lo que vamos a donar y llevar a nuestros hijos para que sean ellos quienes entreguen las cosas.
Seguro que será una experiencia que los dejara marcados para toda la vida, les ayudará a darse cuenta de la necesidad del otro y a ver qué nuestras acciones puede ayudar a los demás para que estén mejor.
Y QUINTO. Enséñalos a orar por los necesitados.
Una vez solucionada la parte material, podemos también enseñarles a cuidar de los demás en la parte espiritual con nuestras oraciones.
Nuestros hijos deben comprender que es necesario hacer todo lo que esté en nuestras manos para ayudar a los que lo necesitan y que cuando nuestras fuerzas se acaban, podemos llamar a los refuerzos, podemos pedirle ayuda a Dios.
Una oración hecha con amor puede hacer posible un milagro de Amor, por eso es bueno que desde pequeños nuestros hijos se acostumbren a pedir por las necesidades de los demás.
Recordemos que quien pide por los otros, recibe lo que necesita de forma gratuita, porque Dios no le niega al que ora por el prójimo.
Ayudemos a los hermanos en desgracia y oremos por ellos para que Dios les conceda también la salud del alma y el remedio de sus necesidades.