Por Silvia del Valle
@TipsMama5Hijos
www.tipsdeunamamade5hijos.blogspot.com
En estos días en los que hemos sido testigos de atrocidades inimaginables en nuestro país y donde la impunidad y la corrupción son la base del desarrollo de las actividades de algunos de nuestros gobernantes, donde la vida ha perdido su valor y por lo mismo se puede quitar a la hora que alguien disponga; me he dado cuenta que nosotros los padres de familia jugamos un papel importante en la solución de esta situación.
¿Cómo? Pues educando a nuestros hijos para ser hombres y mujeres de bien, con sentimientos y valores trascendentes que rijan su vida y que le den sentido a cada una de sus acciones.
Por eso aquí les dejo 5 tips para educar a nuestros hijos
PRIMERO. UN POCO DE FRÍO Y UN POCO DE HAMBRE
El primer error que cometemos como padres de familia es querer darles todo a nuestros hijos. ¿Por qué digo que es un error? Porque es lógico que queramos que nuestros hijos no sufran lo que nosotros hemos pasado, pero cuando los niños se esfuerzan por obtener lo que quieren los estamos educando para la vida y les estamos enseñando que lo que vale la pena cuesta trabajo.
Bien dice el dicho que si quieres a un delincuente por hijo le des todo lo que te pide.
Un poco de frío y un poco de hambre les hará valorar lo que tienen.
Con mis hijos hemos implementado el que si quieren algo, deben ganárselo haciendo méritos terminando sus labores a tiempo o ayudando en casa un poco más de lo normal. Así lo valorarán más.
SEGUNDO. LA VERDAD ANTE TODO
Si acostumbramos a nuestros hijos a decir mentiras piadosas les estamos ayudando a crear un vicio porque al final de cuentas son mentiras.
Pero ¿por que digo que los acostumbramos a decir mentiras? Porque cuando suena el teléfono y vemos que es alguien con quien no queremos hablar les decimos que digan que no estamos, o cuando llaman a la puerta y vemos que es alguien a quien no queremos atender les decimos que les digan que nos estamos bañando aunque en realidad estamos atrás de la puerta.
Por mucho que les digamos que no digan mentiras, con estos pequeños detalles les estamos dando mensajes contradictorios que simplemente los mal educan ya que les hacen pensar que pueden mentir poquito.
Con mis hijos los he acostumbrado a que decimos siempre la verdad aunque tengamos que asumir la responsabilidad de lo que hemos hecho o dicho. Esto no es fácil pero si queremos hombres y mujeres de bien, que no le le echen la culpa al otro por lo que hacen, debemos comenzar desde pequeños.
TERCERO. LOS VALORES NO PASAN DE MODA
Han oído la fase ¿Tienes el valor o te vale? Esta es una campaña que los medios de comunicación han implementado por la falta de valores tan fuerte que hay en la sociedad. Claro que los mismos medios son, en parte, responsables de ésta carencia de valores por el tipo de programas que se han dedicado a exponer, llenos de violencia y agresividad.
Esta carencia de valores se ha ido agravando al grado de mandara matar a personas sólo por que caen mal o porque incomodan o estorban en una carrera política.
Los valores son como la conciencia de las personas, son esa base que nos ayuda a actuar bien, a actuar conforme a lo que la moral nos marca.
Nosotros como padres de familia debemos tener bien claro que valores queremos inculcar a nuestros hijos para que todo en nuestra vida familiar gire alrededor de ellos.
En mi familia, mi esposo y yo, hemos decidido educar a nuestros hijos en la humildad, honestidad, veracidad, alegría, honradez y respeto tanto a las personas como a la vida; entre otros. Y trabajamos por que nuestros hijos no solo sepan que existen esos valores, sino que los vivan día con día.
Concretamente hemos implementado vivir un valor al mes.
CUARTO. AMOR POR LA VIDA
Esto es algo que, tristemente, hemos perdido en nuestra sociedad. A las personas ya no les importa pasar por encima de las otras personas, los jóvenes ya no respetan la vida porque no les importa provocar accidentes por manejar bajo los efectos del alcohol o matar a un inocente al abortar porque no se pudieron aguantar.
La vida es el tesoro más preciado que tenemos y debemos aprender a respetarla y cuidarla. Y somos nosotros los padres de familia los que debemos ayudar a que nuestros hijos amen la vida.
¿Cómo? Pues valorando la vida de cada uno de ellos, celebrando sus éxitos y sufriendo con ellos sus errores o sinsabores. Si nuestros hijos ven que lo que ellos hacen o dejan de hacer es importante para nosotros entenderán que la vida vale.
Con mis hijos hemos llegado al acuerdo de que si hay algo que le afecta a alguno de la familia, todos vamos a trabajar, en equipo para superar esa situación, con esto educamos en la solidaridad.
Y QUINTO. EDUCA CON ACTITUDES Y NO CON PALABRAS
Es muy fácil decir que algo está mal o que no se debe hacer pero cuando hay que poner el ejemplo somos pocos lo que estamos dispuestos a hacerlo. Por ejemplo, si nos para una patrulla ¿qué hacemos? ¿aceptamos la multa o lo arreglamos con una mordida? Y nuestros hijos están ahí pendientes de nuestras acciones ya que de ellas aprenden a resolver los problemas de la vida cotidiana.
Otro ejemplo es que les decimos a nuestros hijos que no fumen pero cuando no están aprovechamos para fumar, al fin que no nos están mirando, pero es importante ser coherentes. No podemos decir una cosa y hacer otra porque nunca sabemos en que momento alguien nos va a ver y nuestros hijos se enterarán.
Si nuestros hijos ven que nosotros actuamos así, no dudemos que después se convertirán en personas llenas de resentimiento y serán capaces de robar, matar o hacer lo que sea con tal de conseguir lo que quieren. Al fin que nosotros no tendremos cara para pedirles que actúen conforme a los que les hemos enseñado.
Nunca es tarde para comenzar a actuar bien. No digo que seamos perfectos pero si digo que tengamos la mejor intención de hacer bien las cosas y que nuestros hijos vean nuestro esfuerzo por ser mejores cada vez.
Ojalá que podamos decirle a nuestros hijos que nosotros pusimos nuestro granito de arena para tener una mejor familia y sobre todo un mejor país. Por eso eduquemos a nuestros hijos para no tener después, que castigarlos cuando sean hombres.