Redacción Vertical Mx
Hablar de corrupción en México, desgraciadamente es una mala costumbre que culturalmente se ha aceptado por muchos ciudadanos; ya no es un tema novedoso. Hablar de políticos vinculados a la delincuencia organizada tampoco. Sin embargo, el último escándalo sobre este tema donde se ha relacionado con Humberto Moreira; Ex Gobernador de Coahuila y Ex Presidente Nacional del Partido Revolucionario Institucional, nos hace reflexionar y al mismo tiempo escribir sobre la historia de la política y la corrupción en nuestro país.
Es necesario hablar de actores protagónicos del México contemporáneo como Carlos Salinas de Gortari; de su hermano Raúl, de Mario Villanueva "El Chueco"; de Julio César Godoy Toscano; Jesús Reyna García, Greg Sánchez, Natividad González, Eugenio Hernández, Tomás Yarrington o de funcionarios de alto nivel relacionados con la seguridad nacional como el General Gutiérrez Rebollo.
En los últimos 25 años; más de 50 funcionarios que han dirigido Municipios; Entidades o hasta misma nación, han sido juzgados y muchos de ellos encontrados culpables por estos nexos con la delincuencia organizada.
Hablar de la detención de Moreira no es casualidad, como tampoco es casualidad que su partido que en el pasado lo arropó y lo hice presidente, ahora se deslinde de sus prácticas desleales y deshonestas; pues en caso de ser inocente; el mismo PRI habría metido las manos al fuego por él (cosa que no ha hecho).
Si nos vamos a los números; vemos que cerca de 30 militantes del PRI han sido vinculados con corrupción de estas magnitudes; de éstos; al menos 5 son prófugos de la justicia Norteamericana (Moreira, Yarrington, Hernández, Medina de la Cruz y Mario Villanueva); por otro lado el PRD tiene 2 y el PAN (aún) ninguno. En términos porcentuales; el 90% de los perseguidos por la ley por temas de corrupción y vínculos con el narcotráfico son (o fueron) militantes del PRI; 10% del PRD. Los números hablan; un servidor solamente los expone.
Nos encontramos ante un reto que impacta a varias generaciones; pues el poder ciudadano que se ha apoderados de las candidaturas independientes en coordinación con la sociedad civil no tienen el derecho sino también la obligación de solicitar una rendición de cuentas en lo general y en lo particular de cada servidor público.
Hoy, existe un poder real en el que la presión social puede lograr grandes resultados.
Si se comprueba la culpabilidad de Moreira (y las de todos los demás); solo resta que los partidos políticos, el ejecutivo federal y la justicia hagan lo conducente para que estos corruptos paguen por sus crímenes.