El gran desaire de los sinaloenses por el proceso electoral del pasado 7 de julio no contribuye a la transición democrática en nuestro estado ni en nuestro país, los políticos no se dan por aludidos cuando la gente no participa. Basta ver el gran festejo del PRI al ganar las elecciones de Culiacán, en lo que ciertamente fue una paliza para sus contrincantes, pero en la que comparandose con el proceso electoral inmediato anterior tuvo 65 mil votos menos.
La ausencia de votantes manda un mensaje equívoco, los políticos e incluso la misma sociedad atribuyen los resultados a factores que no lo son, pero lo más grave es que la ciudadanía aparenta indiferencia frente a una democracia que mucho trabajo y sufrimiento le ha costado.
La desaparición del Consejo de Participación Ciudadana de la PGR es un pésimo augurio ante los temores de una regresión autoritaria. El hecho de tomar la decsisión durante el período vacacional de Semana Santa solo agrava el incidente. El argumento de la dependencia es que se requiere modernizar el instrumento, otorgando el beneficio de la duda habrá que estar muy al pendiente de la instrumentación de la nueva ley orgánica de la dependencia y del lugar que ocupará un órgano de participación y/o rendición de cuentas.
La decisión de liberar a Florence Cassez por parte de la SCJN, aunque en apariencia está dada en apego al estricto derecho, buscó dos objetivos: mejorar la situación diplomática con Francia, la cual se venía deteriorando desde la visita de Sarkozy y su exigencia de liberar a la Cassez; y por otra parte, disminuir los reflectores sobre el caso Monex, el cual recibía la exoneración del PRI por parte del IFE. El uso de la justicia, aún con decisiones apegadas a derecho, para el logro de objetivos políticos, es una característica típica de un gobierno autoritario. En este momento no lo tenemos aún, pero es importante mantener la vista en este tipo de acciones, para evitar que se consume una regresión autoritaria en el proceso de transición que aún vivimos.