JUAN es un chico de 16 años que lleva un año interno y le queda poco más de otro año para cumplir su sentencia.
Él nació en “x” y nunca conoció a su padre ni sabe dónde nació y tampoco sabe dónde nació su madre con quien sólo vivió hasta los 7 años. A esa edad decidió abandonar su casa porque había mucha violencia y se fue a vivir a la calle.
Juan tiene 3 hermanos y 2 medios hermanos. Cursó apenas los primeros años de la primaria pero no le gustaba la escuela porque se aburría y porque había golpes entre compañeros y terminó saliéndose de la escuela porque lo corrieron.
Su madre nunca fue a la escuela y se dedicaba al comercio. Desde los 7 años comenzó a trabajar primero como diablero en la Central de Abastos y luego como albañil, ayudante en una tortillería, mesero y ayudante en una vidriería. Antes de ingresar al centro de internamiento continuaba viviendo en la calle.
La persona que considera más valiosa en su vida es su madre, aunque ya falleció, y la que considera que más daño le ha hecho es su padre. Señala que cuando era pequeño lo golpeaban con frecuencia, lo humillaban y se burlaban de él y que también fue víctima de abuso sexual y que no encontraba apoyo en ninguna persona cuando tenía algún problema o sufría algún maltrato.
También dice que no confía en nadie. Refiere que tanto su padre como su madre, su abuelo, un tío y un primo han estado en prisión por distintas circunstancias. Recuerda que de niño acudía a visitar a su mamá en el reclusorio.
Viviendo en la calle, Juan consumía drogas diariamente. Lo detuvieron por haberse metido a una casa a robar junto con otro muchacho que lo estaba esperando afuera en una camioneta. El dueño de la casa llamó a la policía y los vecinos se juntaron para lincharlo. Juan dice que antes de esta ocasión la policía lo había detenido muchas veces “aunque nunca había llegado hasta acá”. Cuando lo detuvieron los policías “sólo” lo llevaron a golpear a un baldío. Dice que se sintió mal tratado por la policía, por el Ministerio Público y, en cuanto a los jueces, dice: “les vale gorro, todos tienen su precio”.
El trato que recibe en el centro de internamiento le parece “malo” y el que recibe de los compañeros “muy malo, porque aquí es una cárcel, el más viejo te pisotea”. Nadie de su familia ha acudido a visitarlo.
En cuanto a las actividades que realiza, le gusta el box “porque te hace sacar el coraje”. Lo que le gustaría hacer cuando salga del centro de internamiento es estudiar música, dejar de drogarse y hacer una vida nueva, sin embargo, considera “muy poco probable” que pueda lograrlo.
Historia tomada de LA REINSERCIÓN SOCIO FAMILIAR DE LOS ADOLESCENTES EN CONFLICTO CON LA LEY: DE LA SITUACIÓN ACTUAL HACIA UNA PROPUESTA DE INTERVENCIÓN. Autora de la investigación: Elena Azaola. Agosto, 2014.