Cuantas veces se platica con los hijos acerca de que la violencia verbal o física no es la forma mas apropiada para resolver las diferencias con los demás.
Lo anterior porque mi hijo de 11 años llega ayer de su clase vespertina de inglés muy enojado y triste a la vez, enojado porque con quien se lleva mejor le jugó una broma pesada cuando ya había mencionado que no son de su agrado, y triste porque la forma que tuvieron de solucionarlo fueron los golpes.
¿Qué hago mamá?
Le recordé que tenemos todo el derecho de enojarnos cuando alguien o algo nos lastima, hiere, o nos hace sentir mal, en especial de aquellos a los que sentimos cercanos a nosotros, y que precisamente esa sensación nos tiene que servir para hacer un alto y reflexionar antes de antes decir algo, este alto por así decirlo nos va a ayudar a calmarnos y poder expresar nuestro sentir de la mejor manera .
El utilizar nuestras palabras para expresar aquello que nos disgusta o desagrada, es un camino que nos lleva a poder entablar una verdadero canal de comunicación y demuestra respeto hacia la otra persona.
Llegó a la conclusión que le pediría disculpas y le recordaría porque no le gustan las bromas pesadas, hoy que volvió de su clase se le veía contento porque utilizando palabras habían logrado volver a su amistad.