Por Luis Pazos (yoinfluyo.com)
Hace 20 años los críticos del TLC con Estados Unidos y Canadá afirmaron que con el tratado aumentaría el desempleo, las quiebras de empresas y se generaría un mayor déficit en balanza comercial.
En Estados Unidos los sindicatos auguraron un mayor desempleo por el TLC. Apoyaron la rebelión zapatista en Chiapas para acusar al gobierno de México de violar los derechos humanos de los indígenas y echar abajo el TLC en el Congreso de EEUU.
Al analizar los resultados del TLCAN basados en cifras, más allá de posiciones ideológicas y políticas, el déficit en balanza comercial con Estados Unidos se convirtió en superávit, se diversificaron las exportaciones y nos convertimos en uno de los principales exportadores a Estados Unidos de autopartes y automóviles.
Las maquiladoras que llegaron a México, gracias al TLCAN, generaron cientos de miles de empleo con salarios mayores al promedio existente en la industria mexicana. Con el TLC las exportaciones aumentaron siete veces y la inversión extranjera nueve.
Es un hecho que el TLC ha sido un apoyo fundamental para la economía mexicana. También en Estados Unidos se crearon más empleos. Importar de México beneficia más a los EEUU que importar de Europa, China o Japón, debido a que en aquellos países por cada dólar que reciben de exportaciones a Estados Unidos, les compran a EEUU de 5 a 15 centavos, mientras los mexicanos por cada dólar que exportan a Estados Unidos, le compran más de 60 centavos.
El TLC favoreció a los tres países, pero ahora tenemos que evolucionar hacia un completo libre comercio, que implica la abolición de las fronteras para bienes y servicios, como en Europa, donde desaparecieron los engorrosos trámites burocráticos, que con la excusa del cumplimiento de las reglas de origen o cualquier otra causa, restan agilidad a las transacciones entre los tres países y son fuente de burocracia, extorsión y corrupción.
El TLCAN es un éxito, una ayuda para incrementar la actividad económica en la región, pero ya no es suficiente. Necesitamos un completo libre comercio entre México-Estados Unidos y Canadá.