"Promoviendo la Participación Ciudadana"

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Amor con amor se paga.

Uno de los más entusiastas promotores de la reunificación del priismo sinaloense es el diputado federal Heriberto Galindo. No desaprovecha oportunidad para restañar las heridas abiertas en la élite a raíz del proceso electoral de 2010. Respecto de la relación de Malova con la cúpula priista nacional —y con el propio presidente Peña Nieto— insiste una y otra vez en sus excelentes términos, que sintetiza en las expresiones "Me tratas bien, te trato bien" y "amor con amor se paga". La reciente visita del dirigente nacional del PRI, César Camacho, aunque dio para lecturas encontradas, dejó en términos generales la impresión de que, más allá de la confrontación y el pago de facturas, habría de predominar una política conciliadora, buscando acuerdos y compromisos para potenciar las coincidencias y dar un trato respetuoso a las diferencias. Así, parecería que el planteamiento estratégico del coordinador del grupo parlamentario priista en el Congreso, estaba dando resultados. Sin embargo, a medida que nos vamos adentrando en la coyuntura electoral, las cosas no parecen caminar en esta dirección. Los recientes eventos partidistas en Ahome, donde no se
Parar el Golpe Alfonso Ussía (La Razón)
Después de ver y, sobre todo, de oír a Mariano Rajoy, creo que lo creo. Me gustaría preguntarle el motivo de tan retrasada comparecencia. No obstante, estimo que ha parado el golpe. No el golpe personal a su figura y su honradez, sino un nuevo golpe de Estado. Aznar se ha querellado contra «El País». Rajoy haría bien en acompañarlo. Lo curioso es que «El País» sobrevive a su escandalosa situación administrativa gracias a las ingenuas y estúpidas ayudas de los Gobiernos del Partido Popular. Pero me refería al Golpe, ahora con mayúscula. La izquierda en España no tolera que los ciudadanos depositen su confianza en la derecha. Cayo Lara anunciaba anteayer un posible «estallido popular». Rubalcaba ya conoce los beneficios de un cruento Golpe de Estado. Esos renglones en papel amarillo pueden ser fácilmente manipulables. Los señalados y ofendidos tienen el deber de emprender el camino de la Justicia. Si algún señalado se considera culpable, no puede tener en el inmediato horizonte otra salida que la dimisión y el sometimiento a sus públicas responsabilidades. En España, un Registrador de la Propiedad gana al año seis veces más que lo que percibe un Presidente del Gobierno. Rajoy viviría en la delicia, allá en su tierra. Puedo creer todavía en la vocación política. Ningún dirigente del PSOE – y menos de Izquierda Unida – estaría en condiciones de vivir profesionalmente mejor que en su actual situación. Y ese dato es relevante. Rajoy ha lamentado la actitud de Rubalcaba. Es decir, que todavía no ha terminado de conocerlo. En Andalucía, con la trama de los ERE falsos, se han repartido entre socialistas y comunistas 800 millones de euros que correspondían a los parados. Pero Cayo Lara no mira hacia el sur. Y Rubalcaba, menos aún. Tiene mucha culpa Mariano Rajoy, por su cachaza y parsimonia, de que los nuevos golpistas hayan incendiado a quienes están deseando arder. Pero la lentitud en la reacción es un defecto, no un delito. Mientras no se demuestre lo contrario, aquí hay un individuo que fue tesorero del Partido Popular con una cuenta en Suiza de veinte millones de euros. Mientras no se demuestre lo contrario, aquí hay un nuevo «Verstrynge», amigo de Garzón y de Bárcenas, diputado fallido y a quien tengo personal aprecio, que por los motivos que sean ha cambiado de acera, y no me refiero a otra acera que la de los intereses personales. Me lo figuraba más inmerso en las lealtades. Esa izquierda que ha permanecido callada y quieta mientras España era devastada social y económicamente durante siete años se ha movilizado ahora. Rubalcaba está detrás, no lo duden. La calle, el sucedáneo de las urnas cuando el socialismo es derrotado. En una palabra, el Golpe de Estado coactivo y amenazante, que triunfó cuando los españoles se despertaron entre gritos de dolor y sangre. Y no se han encontrado todavía las mochilas. Rajoy ha dicho que su pretendida acción ilegal es una calumnia. Que es falsa. No tengo ningún derecho a la duda, y me sobran motivos para escribirle que la calma, en ocasiones, es muy mala compañía. Ante lo que se estima calumnioso y falso, hay que actuar con inmediata indignación y aclarar las dudas mediante la Justicia. El Golpe ha sido detenido, pero no derrotado. Las izquierdas y sus colaboradores resentidos saben muy bien calentar la calle. Me hubiese gustado un Rajoy sometido a las preguntas de los periodistas. Un Rajoy decidido a cortar por lo sano las posibles maledicencias. De cualquier forma, aquí y ahora, en este caso, el único golfo presumible es el que ha dado su apellido al asunto. Que declare de nuevo ante el juez. Y como comencé. Creo que creo a Rajoy.
7 de Febrero de 2013
incluyó en la lista de delegados a la asamblea estatal a Arturo Duarte, una de las figuras del malovismo priista que aspira a ganar la candidatura tricolor a la alcaldía, o en El Rosario, donde se confeccionó una lista que incluyó de manera sorpresiva a otra figura de esta corriente "herética", Karim Pechir, y que aspira a una candidatura priista, advertirían que las heridas siguen abiertas, y que no será fácil alcanzar esa conciliación. Tengo la impresión de que contribuye a mantener esa tensión y desencuentro, el juego ambiguo —o indefinido— del propio gobernador, cuyos gestos, señales y signos encontrados, traen a maltraer a un sector del priismo, pero también del panismo y perredismo. Escribí hace unos días que esta estrategia le había dado a Malova buenos resultados, pero que podía estar llegando ya a su agotamiento. Por ejemplo, la columna Bajo Reserva, de El Universal (6/II/13) dice que los gobernadores aliancistas, "todos de cepa priista, están ofreciendo en sus respectivas elecciones locales apoyo bajo cuerda a abanderados del tricolor… a condición de ser ellos quienes designen a los respectivos candidatos. El tema se complicará, nos anticipan".
Un comentarista local, Jorge Luis Telles, afirma: Malova "medita a fondo cómo va a jugar sus cartas en el proceso electoral que se avecina… tiene ya los naipes en la mano, no hay duda. Lo que nadie sabe todavía —ni tan siquiera sus más íntimos— es cómo los va a jugar, llegado el momento adecuado para ello". Desde una perspectiva analítica más académica, José Manuel Luque sostiene que la estrategia de Malova de "jugar en ambos lados es un arma de dos filos que puede servir para hacer cirugías de precisión que no ocasione problemas, pero también puede provocar heridas permanentes en la relación del gobierno del cambio con alguno de los actores principales en esta elección." En fin, los plazos se abrevian, y pronto sabremos si triunfa la política de "amor con amor se paga", o se imponen los que prefieren tener "una víbora comiéndoles el pecho".