"Promoviendo la Participación Ciudadana"

sd-05

InicioEDITORIALESEditoriales

Prohibición de drogas ¿a quién beneficia?

Luis Pazos (Reforma)

Hay un maniqueísmo entre quienes están a favor de la legalización de la droga y los que opinan que debe seguir el actual esquema de prohibición.

Legalizar el uso de una droga, como en el caso del alcohol, no quiere decir que se venda a menores y en todas partes, tiene sus limitaciones. En el caso del cigarro, otra droga que ha matado a millones de personas, su venta legal tiene límites: altos impuestos y la prohibición de consumirla en edificios, aeropuertos y lugares públicos donde perjudique a terceros.

Si la prohibición del alcohol, droga que destruye la vida de millones de personas y desintegra familias, redujera su consumo excesivo y desaparecieran sus dañinos efectos, yo sería partidario de su prohibición y de cerrar todas las cantinas, bares y antros. Pero su prohibición en los años 20 en Estados Unidos solo generó violencia, corrupción y le dio un gran poder a las mafias.

Es necesario un cambio en la reglamentación de los cientos de drogas prohibidas, en tal forma que se abran canales legales, donde los adictos de clase media y humilde, que constituyen la mayoría, encuentren una fuente legal de oferta de droga, que les quite el mercado a las mafias y evite que obliguen a los adictos a robar, delinquir, prostituirse a las mujeres y a un gran número a convertirse en sus distribuidores a cambio de droga.

Los canales legales deben limitarse en principio a hospitales, clínicas y centros de rehabilitación, en donde les proporcionen las drogas prohibidas o substitutos a los adictos para quitarles la dependencia del crimen organizado y su principal fuente de financiamiento.

Respetamos y aplaudimos la labor de la Marina, el Ejército, la policía federal y la DEA en la captura de capos, aunque en cuestión de días su lugar sea ocupado por otros. La persecución del crimen organizado por las fuerzas armadas les resta impunidad, obstaculiza su aumento de poder y de control social, pero en poco o nada reduce la oferta de drogas a los adictos, a lo más aumenta su precio.

Es necesario luchar contra el crimen organizado que secuestra, extorsiona, roba y asesina, pero es importante buscar nuevas vías para quitarles las principales fuentes de financiamiento y el monopolio de la venta de drogas prohibidas que causan adicción.

  Escribir comentario (0 Comentarios)

Acabando con la política

Aarón Sánchez (El Debate)

La democracia es un factor que permite proyectar adecuadamente el desarrollo de una región. Ya es tiempo de comprenderlo. Si se carece de ella, todo esfuerzo colectivo para estimular un mayor dinamismo social y productivo resulta inútil. Difícilmente se logran superar rezagos sociales y tampoco se puede mejorar la calidad de vida de la población, si a la democracia se le adjudica un papel secundario.

La democracia vende. Es requisito indispensable para impulsar el desarrollo económico y social. Por eso debe estar en todas las decisiones políticas y en las acciones cotidianas que se ejecutan desde las instituciones públicas. Muchos de los problemas que ahora existen, son consecuencia de haber relegado a la democracia. No es percibido qué es lo que otorga legitimidad política a quienes ejercen el poder y representan a la población.

Quienes hoy participan en política, ya sea como aspirantes a un cargo de elección popular, como dirigentes de partido o funcionarios públicos, o simplemente como ciudadanos, deberían proponerse dar mayor atención al desarrollo de la democracia. Esta se ha erosionado fuertemente, y este hecho es una amenaza a todo intento por mejorar lo económico y lo social.

Ahora existe una crisis de legitimidad política que a nadie conviene. Crisis que no se quiere admitir, pero cada día está presente. Los dirigentes de los partidos políticos, tan sólo representan a pequeños grupos que les sostienen en el poder. Algo similar sucede con quienes integran las instancias legislativas, ya no representan el interés de la sociedad. El gobierno frecuentemente avanza también en sentido opuesto a lo que pide la ciudadanía.

¿Cómo explicar que la sociedad exija detener el incremento en el precio de los combustibles, y el gobierno continúe incrementándolos? ¿Por qué los agricultores no pueden vender sus cosechas a precio justo y se prefiere importar grandes volúmenes de productos agrícolas? ¿Por qué las leyes no son iguales para todos? ¿Cómo es posible que los órganos legislativos voten una ley y días después vuelvan a votar su derogación? ¿A quién se consulta para la toma de decisiones que afectan a todos? ¿Dónde está la democracia que todos pregonan?

Es evidente que la democracia ahora existente, no genera los frutos que de ella se esperan. Hay un marcado déficit de ella. Ciudadanos y políticos parecen tener intereses, no sólo opuestos, sino hasta contradictorios. Se desprecia la opinión y las demandas ciudadanas. Predominan comportamientos ajenos a lo que la sociedad necesita. Es por ello que los procesos electorales ya no legitiman a nadie, y esto debe preocupar a todos.

Los protagonistas de la vida política deben dialogar, tienen que darse cuenta que una democracia debilitada impide el desarrollo económico y social. Y esto, a su vez, reduce significativamente las posibilidades de hacer política. Por eso, los políticos de hoy, están acabando con la política.

  Escribir comentario (0 Comentarios)

Tambores de Guerra

Rodrigo Iván Cortés Jiménez (yoinfluyo.com)

Cuando se supone que tendríamos que haber aprendido la lección de conmemorar este preciso año, cien años de lo que fue la primera gran conflagración mundial, que fue la Primera Guerra Mundial, e inició justo en 1914, curiosamente y dramáticamente, se repiten ciertas condiciones que podrían hacernos pensar en una nueva conflagración.

Dentro de este mundo turbulento y fragmentado, y sin pautas de dirección estables, como dice Brzezinski, vemos que, ante la ahora fantasmagórica expresión “Occidente”, Putin regresa a la geopolítica clásica que copiaron desde Stalin a la Alemania nazi, de este espacio vital, de esta actitud tan primitiva, tan simplona, pero también tan dura; y que se necesita un gandalla para poder hacerlo, como la que tuvo Hitler, cuando dice: “Bueno, en esta región de los Sudetes hay alemanes, hablan alemán, por lo tanto, tienen que ser de Alemania”, y procede a invadir

Putin, de una manera semejante, dice: “En una parte de Ucrania hay tipos que son pro rusos, que hablan ruso, y por lo tanto, tienen que ser de Rusia”; financia y promueve una revuelta interna pro rusa, pro Putin, en donde aporta a los estrategas y mercenarios las armas.

De repente, éstos, con mucha iniciativa, se ponen a derribar avión comercial, con una cantidad de muertos muy fuerte. Esto obviamente es un atentado que implicaría una unión muy clara de lo que es Occidente. Nada más que el problema es que Occidente quién sabe dónde está quedando.

Ante este mundo que está fragmentado, turbulento y además contradictorio, pueden darse más llamitas, inicios, conatos que podrían derivar en conflictos bélicos más fuertes.

Esperemos que Occidente se ponga las pilas, ubique un poco más los valores que le dieron origen, le dieron sentido y se puedan contraponer a esta hambre de Putin, de avanzar en la escuela geopolítica muy clásica que resulta más bien gandalla.

  Escribir comentario (0 Comentarios)

El PAN desconfía de sí mismo

ClouthierPascal Beltrán del Río 28/03/2014 01:28

En un lapso de tres días, dos lapsus dejaron ver lo que atiza el subconsciente del panismo:

Domingo 23 de marzo. Puebla, Puebla.—
El alcalde de esa capital, el panista Antonio Gali Fayad, toma el micrófono en el mitin de apoyo a Gustavo Madero —el presidente de Acción Nacional con licencia, quien busca reelegirse— y proclama: “El 18 de mayo ganará el PRI, ganará Madero”.

Miércoles 26 de marzo. Mérida, Yucatán.— El senador Ernesto Cordero, exsecretario de Estado y retador de Gustavo Madero, afirma, voz en cuello, ante auditorio lleno: “Yo quiero ser presidente del PRI para ordenar ese legado de miles de mexicanos que desde 1939 han construido un país”.

Sin pretender hacerle al sicoanalista, está claro que los bandos hoy enfrentados en el PAN no están pensando en su partido sino en el que los expulsó del paraíso el año pasado.

Muchas de las figuras prominentes de Acción Nacional están verdaderamente obsesionadas con el PRI, al que aman odiar con la intensidad que sólo muestran los entusiastas de clóset.

Hubo un tiempo en el que el PAN tenía identidad. Es cierto, los panistas eran muchas veces objeto de mofa. No los bajaban de mochos y de místicos del voto.

Pero al menos en aquellos días Acción Nacional no intentaba copiar a nadie.

Su democracia era caso de estudio y hasta de referencia y respeto. Sus debates se realizaban a puerta cerrada. Y los candidatos derrotados en procesos internos no osaban gritar fraude.

El PAN pasó de ser un partido de ingenuos soñadores a uno de gente enojada.

Sólo un grupo de gente enojada cruza acusaciones como lo hicieron ayer los equipos de Madero y Cordero. Sólo en un partido que ha perdido su identidad puede haber tantas referencias a otro partido —el PRI— en una campaña por renovar su dirigencia.

¿Acaso los panistas carecen de ideas propias que pudieran servir como eje de la discusión interna? Parece que sí.

En 1989, Acción Nacional se tenía la suficiente confianza como para emprender una negociación con un Presidente de la República señalado como espurio a cambio de sacar adelante reformas que consideraba importantes para el país.

En 1988, su candidato presidencial Manuel Clouthier sabía que no tenía nada que perder haciendo campaña en una playa de Veracruz, sin otra prenda que unas bermudas, y afirmando que su rival del PRI le había robado su programa.

Acción Nacional era un partido que, aun con los rasgos de solemnidad que le heredaron sus fundadores, esencialmente no se tomaba demasiado en serio.

¿Qué pasó con aquella Ana Rosa Payán, con aquel Vicente Fox? ¿Qué le hizo el poder a panistas como ellos y qué le hizo el poder al PAN? ¿Cuándo empezó a ser Acción Nacional el refugio de bribones como Sergio Estrada Cajigal y Armando Reynoso?

De ese PAN a ratos inocentón, pero siempre inconfundible no queda ni sombra. Sus principales figuras hoy hablan como si su biógrafo los observara por encima del hombro y actúan como si su vida pública y su vida privada fueran el ying y el yang.

Éste es un PAN que en el gobierno quiso ser como el PRI y ahora, de vuelta en la oposición, se comporta como el PRD. Pero ha caído muchas veces en el ridículo tratando de calcar uno y otro modelos.

El PAN pensó que los electores le agradecerían abrir su proceso interno “a la militancia”. En realidad a quien se lo abrió —a menos que los bandos en contienda demuestren lo contrario— es a los mapaches y a los expertos del denuesto.

Hoy los panistas saben que quieren el poder, como el adicto anhela la droga, pero no saben para qué. Idos están los días en que el PAN apoyaba, desde la oposición, medidas que podían reforzar la imagen del gobierno si juzgaba que esas medidas convenían al país. Hoy el PAN puede votar incluso contra lo que dice creer, si calcula que eso le dará votos o se los quitará a otro.

Dudo que el electorado premie el espectáculo que los panistas están dando con su campaña abierta “a la militancia”.

A una parte de la izquierda le costó trabajo entender que a los votantes no les gustan los políticos con los guantes puestos. Por eso el PRD ha dejado de presentar falsos espectáculos democráticos y resolverá el relevo de su dirigencia nacional en el seno de su Consejo Nacional.

Pero eso pasa porque el PAN ha dejado de innovar y se ha dedicado a imitar las fórmulas de otros, incluso cuando los otros ya las han desechado por obsoletas.

Eso pasa porque el PAN ha renunciado a ser el PAN.

  Escribir comentario (0 Comentarios)

Página 17 de 83