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Cómo hacer que los niños retomen sus rutinas y duerman a sus horas

cambiohrSilvia del Valle M.

@TipsMama5Hijos

Después del periodo vacacional es común que nuestros hijos tengan problemas para retomar su horario y por lo mismo, les cueste dormir.
Esto es muy normal y debemos armarnos de valor y paciencia para retomar el hábito de nuestros hijos.
Si retomamos las rutinas poco a poco lograremos regresar a la normalidad.
Por eso hoy les comparto 5 tips para lograr que nuestros hijos retomen sus rutinas y duerman a sus horas.

PRIMERO. Explícales que las vacaciones terminaron.
Como son pequeños, pierden la noción del tiempo así que debemos ayudarlos a hacer conciencia de en que día viven.
Si es necesario, podemos poner un calendario grande con numeros grande y letreros de diferentes colores para que entiendan en que día están y que deben hacer ese día. Y para los más pequeños podemos usar además, dibujos o imágenes sencillas para que los niños las identifiquen.
Con mis hijos yo lo hacía y me funcionaba muy bien. El color azul era para el tiempo de clases y el rojo para vacaciones.

SEGUNDO. Pon la rutina en un lugar visible.
Esto e muy importante ya que si no la conocen y la tienen presente no la podrán seguir.
Una rutina es una secuencia de acciones a seguir para lograr un objetivo.
Cuando mis hijos estaban pequeños la rutina que seguía para hacer que se durmieran era así:
- Comer
- lavarse los dientes y las manos
- hacer la tarea
- recoger sus útiles
- jugar
- ver un poco de televisión
- cerrar las cortinas (sobre todo cuando el horario provoca que aun haya luz)
- bañarse
- ponerse la pijama
- cenar
- Mamá les lee un cuento
- hacer las oraciones de la noche
- se apagan las luces y a dormir.

TERCERO. Se constante
De nada sirve comenzar si a la primera semana dejamos de hacer lo que establecimos.
Debemos ser constantes y a la vez flexibles. ¿Cómo puede ser eso? Pues debemos tener en cuenta que las rutinas no se obtienen a la perfección de la noche a la mañana, es un proceso y por eso necesita un poco de flexibilidd. Estoy segura que no lograremos hacer todo perfecto el primer día pero con la práctica y el paso de los días lo iremos perfeccionando.
Si no somos constantes perderemos autoridad ante nuestros hijos y ellos dejarán de sentir seguridad en nosotros. Además de que nuestros hijos aprenderán a no terminar lo que se comienza.
Siempre es valido hacer cambios o ajustes a la rutina pero debemos explicárselos a nuestros hijos.

CUARTO. La rutina tiene que ser familiar
Si no involucramos a toda la familia es más difícil todo. La dinámica familiar debe ayudar a que nuestros hijos entiendan que ya e hora de dormir.
Si les decimos que ya es hora de dormir pero seguimos con la música a todo volumen o con las luces encendidas el mensaje es contradictorio.
Nuestros hijos escuchan nuestras palabras pero también se fijan en nuestras acciones, así que podemos acomodar nuestras ocupaciones para que  ellos vean que ya es hora de dormir y ya que lo hayan logrado seguir con lo que nos falta.
En ese tiempo yo aprovecho para leer, ver un poco de televisión como algún documental o película, doblar ropa, hacer pares de calcetines o simplemente descansar un poco y en cuanto se duermen enciendo las luces otra vez y sigo lavando los platos o lavando la ropa que falta.
Solo es cuestión de organizarse.

Y QUINTO. Que todo sea con amor
Si nuestros hijos tienen algún trastorno al dormir que les impida conciliar el sueño debemos ser muy amorosos y comprensivos.
Siempre es bueno que vean que lo que les pasa nos importa así que es bueno ir a su recámara y platicar un poco con ellos, quizá contares alguna historia o cuento o simplemente hacer que ellos nos cuenten lo que les preocupa.
A veces están tan cansados que no pueden dormir así que es muy bueno que los apapaches y les des un poco de masaje en lo pies y piernas para liberar  la tensión y que puedan dormir.
Cuando mi tercer bebe nació tenia el horario invertido, dormía de día y despertaba de noche. Al principio me ayudó mucho  porque podía atender a los otros pero después de una semana ya no era posible seguir así.
Me arme e valor y con mucho amor le fue recorriendo los horarios de la rutina para que entendiera que era tiempo de dormir. Procuraba no hablarle y mantener la luz apagada o my baja.
De verdad que no fue fácil pero después de una semana lo había logrado. Simplemente fue tener paciencia y constancia.
Ahora que están grandes mis hijos y no se quiere dormir porque quieren seguir hablando y platicando de todo lo que hicieron en el día, les pido que dejen de hablar y si no lo hacen entonces los invito a que se bajen a seguir con alguna tarea de la casa para que dejen a los demás dormir.
¡Esto es mágico porque al minuto están dormidos!  Jajaja...
No hay cosa que el amor y la comprensión no puedan lograr.