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Deben ciudadanos insistir en la urgencia de mejorar la educación

educacion2Bernardo Ardavín Migoni (yoinfluyo.com)

Las elecciones pasan… el problema educativo permanece

Pasadas las elecciones, así como la solución de los problemas de las impugnaciones y las decisiones al respecto del INE y del tribunal electoral, será necesario volver sobre las mociones de las organizaciones de la sociedad civil, que han estado insistiendo en la necesidad de instrumentar los cambios derivados de la reforma educativa, en beneficio de los estudiantes mexicanos, especialmente aquellos de las zonas más pobres y marginadas, y la población indígena, grupos poblacionales que obtienen los peores resultados en las evaluaciones que se han hecho acerca de la situación educativa del país.

Para entonces, tendremos información adicional. Por ejemplo: sabremos si la ciudadanía ha castigado, con sus votos, a los partidos que no han mostrado interés en aplicar la reforma educativa.

¿Cuál es el juego del gobierno con respecto a la reforma educativa?

También, después de las elecciones, podremos percibir, si la aparente indiferencia del gobierno para imponer la ley a los maestros que la rechazan, ha sido pasajera, como consecuencia de cálculos político-electorales, o si realmente el gobierno no va a imponer la ley de manera indefinida, porque no quiera o no pueda hacerlo. No deja de ser interesante observar cómo, los aguerridos alborotadores, dizque maestros de la Sección 22, de la CNTE, en Oaxaca, no se aparecieron para molestar, en lo más mínimo, la reciente visita a esa entidad del presidente del PRI, César Camacho. Por algo será…

En cualquier caso, los ciudadanos no podemos dejar de insistir en la urgencia y la necesidad insoslayable de mejorar la educación, lo cual implica la selección de los maestros mejor calificados, para poner en sus manos el futuro de nuestra niñez y juventud. De otra manera, todo lo que se pretenda para lograr el desarrollo, la prosperidad y el crecimiento del país, será una utopía o un beneficio para solo unos cuantos.

¿Qué debemos hacer?

No debiéramos permitir que los escándalos y el ruido que producen los procesos electorales, eclipsen, o peor aún nos hagan olvidar, la tragedia tan grave que padecemos en la educación de nuestros niños y jóvenes.

Por lo contrario, debemos unirnos en la exigencia de unas elecciones transparentes, equitativas y confiables, impulsando, simultáneamente, un salto en el proceso de mejora de la calidad en la educación. Sabemos que será imposible nuestro progreso, si no tenemos una buena calidad educativa, pero tampoco será posible disfrutar de una democracia auténtica y, por ende, de unas buenas elecciones, si seguimos teniendo una ciudadanía lastrada, en su inmensa mayoría, por una pésima educación.

Por eso, es necesario felicitar y apoyar a todas las asociaciones y ciudadanos que han ligado la solución de esos dos asuntos tan trascendentes para el país, al solicitar a los partidos por un lado, y a los candidatos por otro, que consideren la lista de los diez compromisos relativos a la educación, obligándose a cumplirlos, y que, en contrapartida, los sufragantes se responsabilicen de hacer un análisis serio de la posición de aquéllos, en el momento de decidir su voto.